Fabiola Martínez, sobre su hijo Kike: «Es el primer año que va a un colegio. Está más rebelde y reivindicativo»

Martínez ha alzado su voz para explicar lo mal que lo pasan las fundaciones para «recaudar fondos»: «En cada proyecto, intentamos cubrir los costes con empresas o ayudas públicas, pero no siempre lo conseguimos». Por ello, «el equipo comenzó a pensar sobre qué podíamos hacer para recaudar fondos propios». Fabiola es consciente de la dificultad de «decir a la gente que done cierta cantidad». Eso sí, asegura que «hay mucha gente buena, no hacen ruido y parecen que no están, pero hay muchísima». Así mismo y tras un tiempo pensando en qué llevar a cabo «dijimos que íbamos a hacer algo que fuera accesible y que la gente pudiera. Que con poco sientan mucha gratificación. Pensamos en un euro, pero era como nada y decidimos que dos. Además, el juego de palabras no parecía bonito: Dona2».

Para ella, es muy reconfortante toda la labor que está haciendo porque «yo ayudo y eso me ayuda a mí. Me ha dado una energía que ni si quiera sabía que tenía». Además, el hecho de escuchar a otras familias y saber que les estaban ayudando motivaba que no quisiera tirar la toalla en sus momentos más difíciles: «En el caso de Kike, nos dieron dos años de esperanza de vida». Ahora, a punto de que su vástago cumpla los 17 años, Fabiola ha dado a conocer que la fundación cambiará de nombre en los próximos meses pasando de llamarse Fundación Bertín Osborne a Fundación Kike Osborne: «Queremos esperar a que tenga la mayoría de edad para hacerlo».

Fabiola Martínez quiere resaltar que «cambiar el nombre de una fundación, en términos legales, no es fácil. Es un proceso que estamos iniciando ya. Hemos mandado el escrito al protectorado de fundaciones para que tengan en cuenta que estamos iniciando este proceso y esperamos llegar a tiempo». Además, tendrán que hacer muchos cambios: el logotipo, los dominios, los correos electrónicos... No obstante, tanto el cantante como ella quieren llevarlo a cabo pese a que sea un proceso largo y tengan que cambiar tantas cosas. Ambos quieren que la fundación tenga el nombre de su primogénito.

Respecto a Kike Osborne, Fabiola desliza que está «muy grande» y que «este año es la primera vez que él está en un colegio» -«antes no estaba escolarizado, hacíamos mucha terapia con él en centros, pero no era oficialmente un colegio»-. Y estos primeros meses han hecho que esté más «rebelde y reivindicativo». «Le están enseñando autonomía. Está en un momento tan adolescente que no se quiere duchar. Antes era más dócil. Ahora, no. Está reivindicándose. Estoy feliz», confiesa la orgullosa madre.