Gastronomía
Madrid rinde homenaje a Lucio Blázquez, su tabernero universal, y a sus huevos estrellados
El fundador de Casa Lucio, a punto de cumplir 90 años, recibe el calor de los hosteleros de la Cava Baja tras toda una vida dedicada al noble arte de dar de comer
Madrid
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Iniciar sesiónEl número 35 de la Cava Baja de Madrid ha visto desfilar más autoridades –civiles y militares– que cualquier Ministerio de España. No es una exageración, habida cuenta de que la mayoría de los clientes –muchos de ellos celebridades de todo el mundo– que han ... pisado alguna vez Casa Lucio vuelven a hacerlo al menos otra vez en su vida. Regresan por su cocina, obviamente por sus célebres huevos estrellados, pero también por cruzar de nuevo unas palabras con quien ha dado alma y vida al restaurante: Lucio Blázquez.
A punto de cumplir 90 años, el próximo 12 de febrero, el tabernero más universal sigue bajando cada día a comer al restaurante y a cruzar unas palabras con los comensales que entran por la puerta. Da igual que entre el rey Juan Carlos o una turista panameña. Lucio saluda, se presta a hacerse una foto y da la gracias. El abulense (de Serranillos) aprendió el oficio desde los 9 años y se ha convertido en algo más que un maestro intergeneracional.
Este restaurante, que fue sede del Real Madrid, cumple un siglo de historia
Adrián DelgadoLa familia Bustingorri celebra el centenario de este establecimiento icónico, nacido en un frontón en 1922, que introdujo las angulas en la capital y colaba vacas en ataúdes en la posguerra
Por eso, tras obtener reconocimientos como la medalla al mérito en el trabajo y un sinfín de galardones de hostelería, la Cava Baja, su barrio, le rinde este martes 7 de febrero un homenaje especial. Un acto organizado por la Asociación de Empresarios de La Latina (Adela).
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, será el encargado de inaugurar la placa conmemorativa que el Ayuntamiento de Madrid dedica al restaurador sobre la fachada emblemática de Casa Lucio. Un espacio que fundó en 1974 pero en el que trabaja desde que solo era un niño. Entonces se llamaba el Mesón El Segoviano, una casa de comidas heredera a su vez de la antigua Posada de San Pedro.
Allí empezó a trabajar hace ocho décadas haciendo recados, fregando o lo que se terciara a cambio de una peseta al mes y el cariño que recibía de los dueños. Los mismos a los que compró más tarde el negocio para hacerlo suyo. Su padre le mandó a Madrid desde el pueblo con nueve años a que se labrara un porvenir. Y lo hizo. Sus habilidades hosteleras y sociales, se desconoce en qué proporción exacta, le han convertido en una de las celebridades a caballo entre los dos últimos siglos.
Premios nobeles como Severo Ochoa, Kofi Annan o Gabriel García Márquez, empresarios, jefes de estado, políticos de todas partes del mundo, reyes, celebridades de Hollywood y lo más granado de la farándula española han comido huevos estrellados en su casa.
No hay secreto. Son solo huevos fritos con patatas lo que se paga. Todo lo demás, el mimo por el que se regresa, va incluido en la cuenta.
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