«Los cocineros somos muy mediáticos, cocinar es lo más importante, pero también tenemos la oportunidad de lanzar mensajes y de cambiar de cierta manera el mundo», explicó la cocinera a Gastronomía ABC en el congreso Féminas, que reunió durante tres días en Asturias a las figuras femeninas más importantes de la gastronomía nacional e internacional.
Su manera de hacerlo -está convencida- es terminar con las jornadas interminables , que no dejan espacio más que a dormir para juntar fuerzas para ir a la cocina al día siguiente. «Amamos nuestro trabajo, pero también lo que hay fuera», afirmó, por eso en esta nueva etapa no sirve el menú largo después de las 14.15 ni coge reservas más allá de las 14.45 (por la noche, 21.15 y 21.45).
Le explica los motivos a sus clientes, y dice que de momento solo encuentra buenas respuestas. «El comensal viene a disfrutar y no tiene por qué saber la horas que llevamos, es trabajo de los empresarios poner en valor a su equipo y hacerse respetar», sostuvo.
Freitas, que se formó en el País Vasco y pasó por las cocinas de El Celler de Can Roca, Mugaritz y El Bohío, no lo pasó bien durante el cierre obligado por la pandemia. Tampoco llegó hasta entonces gracias a la suerte, pues comenzó en A Tafona con un menú del día de 12 euros y se dejó la piel ( «tardé nueve años en conseguir una estrella, y fue gracias a entregar mi vida» ). Pero lo tiene claro: «Tienes dos caminos, el fácil es es decir lo vengo de pasar muy mal, todos estamos económicamente muy tocados y me vendo a cualquier precio, o decir ahora es el momento, empezamos de cero, vamos a hacerlo bien ». Ella, lo está haciendo ya.
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