Los hábitos de vida sana que Jayson Granger recomienda a los niños que hacen deporte
El jugador del Movistar estudiantes es uno de los deportistas profesionales que participa en el proyecto educativo de Aramark «Alimentando el futuro de una generación»
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El jugador de baloncesto del Movistar Estudiantes, Jayson Granger, recuerda perfectamente el punto de inflexión que le llevó a cambiar sus hábitos de vida por otros más saludables. «Siempre lo cuento. Tendría yo once o doce años, y era un poco ... gordito. En Uruguay se come mucho dulce, mucho bizcocho, alfajores, dulce de leche… Y mi entrenador le dijo a mi madre que si yo quería dedicarme a esto de forma profesional tenía que cambiar la alimentación. Después, cuando fui creciendo, con el paso de los años, fui aprendiendo y trabajando con profesionales y entendiendo que mi cuerpo es mi herramienta de trabajo».
El deportista, que participa en la tercera edición del proyecto Aramark«Alimentando el futuro de una generación», hace esta confesión tras su entrenamiento semanal en la Caja Mágica, donde se prepara el equipo. «Por fortuna -reconoce, agradecido y sincero-, he tenido la suerte de tener buenos mentores que, desde que empecé a trabajar a nivel profesional, con 17 o 18 años, que han ido explicando y me han enseñado buenos hábitos para poder rendir no sólo la cancha, sino en el día a día. Al final, es mucho tiempo siguiendo rutinas y hábitos constantes. Son más de diecinueve años como profesional, jugando al máximo nivel y obviamente, cuidándome para poder funcionar».
Un día normal en la vida del uruguayo empieza «rompiendo el ayuno con algún batido de proteínas o fruta, sigue con un almuerzo, que va variando dependiendo del día, de cómo se sienta y termina con una cena, baja en carbohidratos y alta en proteínas para poder afrontar el entrenamiento o lo que se me presente el día siguiente de la mejor manera posible. También bebo mucha agua, es importantísimo». Además, este deportista profesional le confiere mucha importancia a la calidad del sueño. «Intento dormir entre siete y nueve horas aunque tengo hijos pequeños y uno de ellos es diabético por lo que a veces es complicado», reconoce.
Todos los deportistas que participan en la iniciativa de Aramark son un ejemplo para niños y adolescentes. ¿Cuáles serían, digamos, los elementos clave del mensaje que te gustaría que les llegara sobre la alimentación?
Entiendo y comprendo que a veces lo que está rico es lo que peor hace a tu cuerpo. Pero es verdad que hay comida saludable que requiere tiempo y dedicación que está muy buena también. Por fortuna hoy en día tenemos mucho acceso a la comida sana que es fundamental. Creo que alimentarse bien está muy relacionado con la familia, y con el hecho de que los padres intenten inculcarles a sus hijos desde jóvenes la importancia de comer verdura, fruta… que tal vez no es tan habitual como podemos pensar. La familia es un punto clave para que el niño pueda aprender cómo alimentarse de cara al futuro. Pero es verdad que también es crucial lo que te puedan dar en el colegio. Siempre cuento mi experiencia personal. He llevado a mis hijos a un centro donde la alimentación es fundamental. ¡Les dan unos menús que me encantaría comerlos también en casa!
Es verdad que para muchos jóvenes, sobre todo en la adolescencia, comer sano cuesta y no es fácil.
No es fácil. Tengo 36 años y me cuesta. (Risas). O sea, no te voy a decir que sea fácil pero bueno, creo que al final si creas el hábito desde joven, luego es automático y tu cuerpo y tu mente te lo van a agradecer. Hay que ser conscientes de que esto va a beneficiar a los chicos que hagan deporte, que estudien…. Al fin y al cabo, creo que está todo conectado en el mismo círculo, es un poco una cadena. Creo que se van a sentir mucho mejor y a la larga lo van a agradecer, porque los buenos hábitos son importantes incluso para mantener el foco de atención a la hora de ir a clase, a la hora de escuchar a sus padres…
Volviendo a la iniciativa de Aramark, lo cierto es que los adolescentes que están estudiando y encima hacen mucho deporte, salvando las distancias, obviamente, están a un nivel enorme en cuanto a gasto calórico.
Exacto. En mi caso me puedo permitir tal vez hacer ayuno, pero un niño tiene que cenar, desayunar, almorzar, cenar, y en cada comida ingerir sus piezas de fruta, verdura, proteína, carbohidratos… Al final es un cúmulo de cosas pero pienso que es mucho más importante vigilar esto durante la edad de crecimiento y en la adolescencia. Por eso aprender, conocerse a uno mismo y encontrar unos hábitos que nos beneficien a la larga en el futuro son importantes.
¿Tienes alguna recomendación para que esos menores construyan sus hábitos?
Al final, en mi caso, tuve suerte de tener gente gente estupenda que con diecisiete años me enseñó cómo funciona esto. He tenido la suerte de tener un entorno muy bueno, aunque soy consciente de que no todo el mundo va a ser tan afortunado. Mi recomendación sería que se informen, que busquen qué les puede ayudar o venir bien. Lo ideal es encontrar ese punto donde la vida va a ser mucho más llevadera. Y en la actualidad existen un millón de recetas y de opciones a las que cualquier persona puede tener acceso para tener una alimentación saludable.
¿Le damos la importancia que merece a la hidratación?
La verdad es que no le damos tanta importancia pero es fundamental, sin duda. Y no solo para la gente que hace deporte. Todo el mundo dice beber dos o tres litros diarios, pero no tengo claro que se haga. E insisto, es fundamental, ya que estamos básicamente hechos de agua, y si en vez tomarla nos tomamos cualquier otra bebida gaseosa, el cuerpo lo va a notar. Yo debería beber tres litros. ¿Cómo lo hago? En mi entreno me tomo un litro y medio y en casa, otro litro y medio. Depende del día pero cuando no lo hago mi cuerpo lo nota.
Ha insistido mucho también en los hábitos de descanso. ¿Cuál sería su recomendación en este sentido para los estudiantes que, según los estudios, suelen ir privados de sueño?
Que intenten irse a dormir todos los días a la misma hora, que soy consciente de que es súper difícil. A mi me viene bien, pero sé que hoy en día es complicado porque en estas edades un día tienen exámenes, otro entrenamiento de fútbol, o natación, baloncesto… lo que sea. Pero si son capaces de dormirse en sus parámetros digamos, entre las nueve y las once de la noche, o encontrar un punto intermedio a las diez y media, si saben que al día siguiente te levantas a las siete… Lo suyo es encontrar un poco ese equilibrio, que ayuda a crear ese hábito saludable. El descanso es primordial. Es verdad en mi caso madrugo mucho porque me gusta, y hacia las nueve, nueve y media 'se me baja la persiana', la PC como digo. Al fin y al cabo, estoy a las seis de la mañana en pie otra vez.
El deporte conlleva muchos aprendizajes que sirven para la vida. ¿Cuáles resaltaría?
Desde mi punto de vista, a través del deporte de equipo, el compañerismo está muy presente, la resiliencia, tan de moda hoy en día, el hecho de no rendirse, de querer mejorar, de crear hábitos, el ser responsable, ser puntual… Hay cien mil valores que te inculca el hacer deporte. Podría compartir una lista enorme, pero creo que me quedo con el respeto a la persona que tienes enfrente, que es primordial.
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¿Cuál sería tu consejo final para los 7.500 escolares a los que llega esta iniciativa de Aramark?
Que aprendan a conocerse, que intenten crear hábitos saludables, que disfruten y que intenten tener una vida sana, que esto es una inversión para el futuro. Es algo que tal vez no ves con 15 años, ni con 23, pero en diez años tu cuerpo y tu cabeza te lo van a agradecer. Saber cuidarse es quererse.
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