La Moncloa reconocerá ya al Estado palestino con el malestar de sus socios y sin diálogo con el PP

Para ese reconocimiento, que se basa en una resolución del Congreso de 2014, aprobada por unanimidad con mayoría absoluta del Partido Popular (PP), no se ha contado en ningún momento con el primer partido de la oposición. Y ayer Sánchez no perdió ocasión de arremeter contra AlbertoNúñez Feijóo. «No sabemos si el PP apoya o no el reconocimiento de Palestina», le espetó en su dúplica, tildando de «vacía» su réplica previa. Además, arremetió contra José María Aznar por las reticencias expresadas por el expresidente sobre la idoneidad de reconocer ahora a Palestina, dado que a su juicio eso demuestra que «no ve lo que todo el mundo». El reconocimiento que hace ahora España lo han hecho un centenar largo de miembros de la comunidad internacional, incluidas potencias del sur global como Brasil o países europeos de la antigua órbita soviética. Pero en la lista de quienes no lo ven necesario, o que en todo caso creen que sería el final del camino y no el principio, figuran EE.UU. y los grandes países de la Unión Europea (UE), como Alemania, Francia e Italia.

En un denso discurso mayoritariamente dedicado a la política exterior, en la que reclamó que España tenga un papel ambicioso, Sánchez confirmó la fecha de ese reconocimiento y lanzó una dura diatriba contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien a su juicio ha provocado con su ofensiva sobre Gaza después de la masacre de Hamás del 7 de octubre «tanto dolor y destrucción que la solución de los dos estados está en serio peligro».

Ni por su parte ni por la del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, faltó énfasis y grandilocuencia. «Por muchos muros que se levanten, Palestina seguirá siendo la tierra de nuestros corazones», afirmó desde la tribuna de oradores el presidente. «Hoy es un día importante en la historia de España», señaló Albares en declaraciones a los periodistas al término del pleno.

Pero el debate parlamentario fue menos cómodo de lo que cabría esperar para Sánchez. Y no sólo por las previsibles críticas de Feijóo y Abascal, sino por las exigencias de sus socios, que le pidieron ir más allá y romper relaciones con Israel. El líder de los populares le reprochó que «no puede intentar erigirse en líder internacional cuando ni siquiera es capaz de liderar su propio Gobierno, como vimos el pasado martes. Prácticamente solo tiene asegurada aprobar la ley de amnistía, así que antes de afrontar la paz en el mundo debe intentar lograr la paz en su Gobierno». El líder de Vox le reprochó ser «equidistante» entre Israel y el «terrorismo satánico de Hamás».

Pero tampoco de los socios llegaron sólo parabienes. Hubo quien incluso, como el portavoz de ERC Gabriel Rufián, le reprochó que lo que se va a reconocer es «más escombros que territorio», una afirmación que provocó aspavientos de negación de Sánchez desde su escaño. La exministra y líder de Podemos, Ione Belarra, le pidió la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel por el «genocidio» que a su juicio ha perpetrado el Estado judío. El portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, le instó a que el fiscal general del Estado abra una investigación a Tel Aviv por crímenes de guerra contra españoles gazatíes. Y para rematar la advertencia, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que no intervenía en el debate, se detuvo ante los medios en el pasillo contiguo al Hemiciclo para decir con el mismo énfasis que «es un día histórico», pero sin dejar de recordar a la parte socialista de la coalición que «queda mucho por hacer».

En Moncloa se respiraba satisfacción e incluso euforia por lo que consideran que es un éxito internacional de Sánchez. Todo estaba previsto para que el reconocimiento se hubiera hecho ya, en el último Consejo de Ministros de este pasado martes. Fue el propio Alto Representante de la Unión Europea, el socialista español Josep Borrell, quien dio por segura la fecha del 21 de mayo, en una entrevista radiofónica en la que desveló que fue el propio Albares, en ese momento de visita oficial a Washington, quien se la comunicó. Pero finalmente la incorporación de Noruega ha obligado a retrasar una semana el reconocimiento. El pasado 13 de abril Sánchez firmó en Oslo una declaración conjunta en favor de reconocer a Palestina con el primer ministro noruego, Jonas Garh Store, si bien éste no quiso precisar una fecha. El Parlamento de este país que no forma parte de la UE, y que tiene una inveterada tradición de nación mediadora, ya aprobó en noviembre una resolución a favor del reconocimiento. Fuentes del Gobierno aseguran que sumar al país que albergó los acuerdos de Oslo en los años noventa del siglo pasado es un duro golpe diplomático para Israel.

Despejada la incógnita de la fecha, y de los países con los que se hará el reconocimiento de manera simultánea, queda por saber en qué formato se producirá el próximo martes. Aunque muy probablemente será el propio presidente del Gobierno el que proclame con solemnidad el reconocimiento español de Palestina como un Estado más de la comunidad internacional , quizás en las escalinatas de La Moncloa, la ubicación de las grandes ocasiones.