Expertos avisan de las consecuencias del veto a barcos: «EE.UU. e Israel toman nota»
PSOE, Sumar y Podemos se enzarzan con acusaciones de «bulos» y confusiones sobre los cargueros
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Pilar De la Cuesta , Gerard Bono y Isabel Vega
Madrid
«Estados Unidos e Israel toman nota». Es el aviso de algunos expertos tras la polémica generada alrededor de la escala en puertos españoles de buques mercantes con material militar. El Gobierno prohibió ayer la parada en España de todos aquellos barcos que con ... esta carga tengan como destino Israel, pero en el ojo del huracán han sido puestos de facto todos los que trabajan en el sector de defensa. Los expertos en industria militar consultados por ABC coinciden en que hay debates políticos internos que tienen impacto en el exterior. Y eso es, a su juicio, lo que sucederá con la polémica sobre el traslado de armamento. «Consecuencias claro que tiene», da por hecho uno de los consultados, general retirado y profesor de Relaciones Internacionales. Para empezar, coinciden en que decisiones de este tipo afectan a la imagen exterior de España, además de tener efectos tanto en las esferas diplomáticas como comerciales.
El primer barco puesto en el foco, el Borkum, es un buque de armador y propietarios alemanes y con pabellón de Antigua y Barbuda. A él se sumó un segundo barco, el Marianne Danica, de bandera danesa con destino a Israel. Su escala en España sí fue vetada igual que se hará con todos los cargueros con material militar que vayan a sus puertos, según adelantó el Gobierno. «Es obvio que todo esto no pasa desapercibido fuera de España», insisten los analistas consultados, que recuerdan que al final el cargamento llegará igual a destino, pero haciendo escala en otros lugares.
«Si hay polémica, los armadores pueden optar por otros puertos», insiste otro experto en industria de defensa poniendo sobre la mesa las consecuencias económicas que la polémica puede generar a medio o largo plazo. Una opinión que coincide con fuentes del propio Puerto de Cartagena consultadas por ABC, donde explican que los últimos hechos «no son beneficiosos» para el complejo portuario. Según avisa Gabriel Cortina, analista en asuntos estratégicos, el debate está generado por una visión «cortoplacista» de la política y su ambición por «marcarse un tanto» ante la cercanía de las elecciones al Parlamento Europeo del 9 de junio.
Pero los expertos van más allá y recuerdan que esta polémica llega después de la decisión de Pedro Sánchez de reconocer a Palestina como Estado, sin haber logrado un gran respaldo internacional, o la carta enviada por el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy (Sumar), a empresas españolas con actividad en Israel. «No hay una narrativa conjunta». Según subrayan, hay asuntos internacionales que afectan a la seguridad y la defensa con los que se debe ser muy cuidadosos. Y recuerdan que con Israel tenemos acuerdos para la transferencia de tecnología, ciberseguridad o comunicaciones. «Hay que saber ver más allá», insisten apuntando una «descoordinación» en el Gobierno. Una posición similar a la que mantiene el PP que, pese a defender el alto al fuego en Gaza y mostrarse colaborativo para «que ese escenario se produzca», denuncia que «las dos mitades del Gobierno se ponen la zancadilla». «Por desgracia hace que el papel internacional del país cada vez sea más deprimente y menos relevante», afirmó ayer el vicesecretario de Relaciones Institucionales del PP, Esteban González Pons, informa Emilio Escudero.
Cruce de reproches
Una división evidente en las acusaciones cruzadas entre PSOE, Sumar —que comparten el mismo Ejecutivo— y Podemos, que hasta hace medio año formaba parte del mismo. El ministro de Transportes, el socialista Óscar Puente, respondía este jueves a sus socios: «Se equivocan de barco. [...] Se van a los tribunales sin la menor prueba y sin el más mínimo rigor. [...] Siguen con los bulos y las acusaciones». Duros reproches que retomó ayer la número dos del Gobierno y del PSOE, María Jesús Montero, aunque contribuyendo ella misma a la ceremonia de confusión al equivocarse de buque. «Lo que se denuncia en el día de ayer [por el jueves] era un bulo, como fuimos demostrando, es un barco danés, con bandera danesa, que iba a República Checa», afirmaba confundiendo el Borkum y el Marinne Danica. El primero, con destino a República Checa y bandera de Antigua y Barbuda, zarpó después de fondear. El segundo, éste sí con bandera danesa, iba a Israel y fue el que no recibió la autorización de Exteriores para hacer escala en España.
Una denegación del permiso de tránsito que, según figura en el oficio del ministerio, se firmó el jueves a las 16.42 horas. Más de un día después de que Podemos y Sumar señalaran al primer barco. Y, aunque fuentes gubernamentales trasladan a ABC que la decisión se tomó nada más detectarse el navío, no concretan fecha ni hora, por lo que no es posible descartar si estuvo condicionada por la presión ejercida por los partidos a la izquierda del PSOE.
De hecho, Podemos sugirió ayer que España podría formar parte de la ruta de armas a Israel «desde hace meses». Su candidata europea, Irene Montero, apuntó sobre el Borkum que este barco no atracó en Cartagena, pero sí antes en Las Palmas: «El Gobierno debe asegurarse de que las armas no lleguen a Israel, estaríamos siendo responsables del genocidio en Palestina».
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