España reconocerá a Palestina como Estado el día 28 junto a varios países europeos

En varios momentos de esa intervención, y como viene haciendo desde hace meses, el jefe del Ejecutivo ha arremetido en términos muy duros contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, del que ha dicho que «no tiene un proyecto de paz para Palestina» y al que ha acusado de estar provocando en Gaza «tanto dolor y destrucción que la solución de los dos estados está en serio peligro».

Sánchez se ha esforzado en establecer un paralelismo en la política hacia Oriente Próximo con la que se lleva hacia Ucrania, tras anunciar un acuerdo con ese país que se firmará, ha precisado, «cuando la situación en el frente lo permita». Sánchez ha enfatizado que «defendemos los derechos humanos y un orden internacional basado en reglas, en Ucrania y en Palestina, sin dobles raseros», y ha insistido en que el reconocimiento no es ni contra Israel ni contra el pueblo judío, cuyos lazos históricos y culturales con España ha subrayado. El presidente ha presumido de haber defendido el reconocimiento del Estado judío entre los países árabes que aún no lo contemplan como Arabia Saudí, en una reciente gira que le llevó también a Jordania y Catar.

Al anuncio se suma también Noruega, país que no pertenece a la Unión Europea (UE), y cuyo Parlamento instó a reconocer el Estado palestino el pasado mes de noviembre. En Oslo, a mediados de abril, Sánchez y su homólogo noruego, Jonas Garh Store, firmaron un documento conjunto a favor de impulsar ese reconocimiento, dentro de una gira del presidente español que le llevó también a Varsovia y Dublín. En el caso de España, fue justo hace una década, en 2014, cuando un Congreso con mayoría absoluta del Partido Popular (PP) aprobó una resolución similar, y lo hizo por unanimidad. El Gobierno no ha considerado pertinente consensuar esta decisión con el primer partido de la oposición, más allá del contacto habitual con todos los grupos parlamentarios del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.

España y sus socios en esta iniciativa se suman al más de un centenar de países de la comunidad internacional que desde hace décadas han reconocido a Palestina. Muchos del sur global, incluyendo potencias como Brasil. También lo han hecho Islandia y Suecia y países europeos de la antigua órbita soviética. Pese a ello, muchos otros países se oponen a este reconocimiento, singularmente EE.UU. y los grandes países de la UE, como Alemania, Francia e Italia. También Portugal, los Países Bajos, Bélgica, Austria, Grecia las repúblicas bálticas, Finlandia, Dinamarca, Canadá, Japón y Corea del Sur.

La discrepancia fundamental, en el contexto del conflicto en Gaza, está entre quienes como Sánchez creen que el reconocimiento ahora hará irreversible la solución de los dos estados en Oriente Próximo y quienes como Washington y otras potencias estiman que en todo caso el reconocimiento debe ser el final y no el principio del camino.

El discurso del presidente del Gobierno ha estado plagado de afirmaciones enfáticas, sobre todo referidas a la tragedia humanitaria que se vive en Gaza. «Por muchos muros que se levanten, Palestina seguirá siendo la tierra de nuestros corazones», ha afirmado, al tiempo que ha manifestado su convicción de que Netanyahu «sigue bombardeando hospitales y escuelas castigando con hambre frío y terror a niños inocentes hasta el punto de que se haya pedido su detención por parte de la Corte Penal Internacional». Según ha expresado con la misma solemnidad, «cuando todo esto pase y se pueda acceder a Gaza, nos daremos cuenta de que hemos presenciado uno de los episodios más oscuros del siglo XXI, y cuando eso ocurra quiero que los españoles pudan decir con la cabeza muy alta que ellos estuvieron del lado correcto de la historia».

Sánchez no ha perdido la oportunidad, al hilo del reconocimiento de Palestina, de tratar de congraciarse con los estudiantes que se manifiestan en las universidades españolas en contra de Israel y tildando su actuación en Gaza de genocida, como también hacen sus socios políticos. Les ha elogiado definiendo su protesta, que sigue la estela de las que tienen lugar desde hace meses en los centros universitarios de EE.UU., como «legítimas, valientes y admirables».

Tampoco se ha olvidado de criticar a José María Aznar en varios momentos de su intervención, algo que luego le ha reprochado en su primera réplica el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. Para Sánchez, el expresidente no ve «lo que todo el mundo», por sus reticencias a realizar un reconocimiento unilateral de Palestina, pese a que se trata de la posición de mandatarios actuales como el presidente norteamericano, el demócrata Joe Biden. Y además ha vuelto a sacar a colación la guerra de Irak de hace veinte años, donde a su juicio fue la única ocasión en que la derecha tomó la iniciativa en política exterior, pero «para meternos en una guerra ilegal».

En su turno de dúplica, Feijóo le ha reprochado al presidente que no se guíe en la cuestión del reconocimiento de Palestina por el consenso en la UE al que sí ha apelado Sánchez, durante la misma comparecencia, para justificar que no se retirase al embajador en Rusia después de la invasión de Ucrania en el año 2022. Previamente, en la primera réplica, el presidente del PP le ha espetado al jefe del Ejecutivo que «no puede intentar ser líder internacional cuando no puede liderar su propio Gobierno, como vimos ayer. Prácticamente solo tiene asegurada aprobar la ley de amnistía, así que antes de aprobar la paz en Palestina debe intentar lograr la paz en su Gobierno», ha sentenciado.

En ese turno de dúplica, Sánchez ha calificado de «vacía y llena de injurias» la intervención desde la tribuna de Feijóo y le ha reprochado que «no sabemos si el PP apoya o no el reconocimiento de Palestina». Sin embargo, el asunto de Oriente Próximo le ha provocado también problemas a Sánchez con sus socios, como viene siendo habitual. Casi todos le piden mayor contundencia con Israel e incluso diversos tipos de boicot. Pero incluso algunos han expresado dudas sobre la utilidad del propio reconocimiento.

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha reprochado que lo que se va a reconocer es «más escombros que territorio», una afirmación que ha provocado aspavientos de negación de Sánchez desde su escaño. La exministra y líder de Podemos, Ione Belarra, le ha pedido la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel por el «genocidio» que a su juicio ha perpetrado el Estado judío. El portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, le ha instado a que el Fiscal General abra una investigación a Tel Aviv por crímenes de guerra contra españoles gazatíes.