Sánchez deberá comparecer en el Senado al menos una vez al mes

Según la iniciativa del PP, a la que ha tenido acceso ABC y que saldrá adelante gracias a su mayoría absoluta, «el presidente del Gobierno responderá preguntas en el Pleno de la Cámara al menos una vez al mes durante los periodos ordinarios de sesiones, salvo que motivos justificados, notificados a la Cámara, se lo impidan». Además, en esa nueva redacción del artículo 164 se añade específicamente la figura del presidente como destinatario de las preguntas del control, ya que hasta ahora sólo aparecían los ministros. Una modificación que va más allá y que incluye, también, la regulación de las cuestiones que el jefe del Ejecutivo puede recibir en cada una de sus visitas. «Será la Mesa, oída la Junta de Portavoces, la que acordará el número de preguntas que se pueden dirigir en cada Pleno al presidente del Gobierno, así como el criterio de distribución entre los Grupos y los tiempos de intervención», refleja la propuesta para el artículo 164.

«El Senado se ha convertido en la institución más incómoda para el sanchismo. En unos días se cumplirá un año de la primera y última vez que el presidente del Gobierno acudió a una sesión de control en la Cámara Alta en esta legislatura, una muestra de la anomalía democrática a la que nos ha conducido Pedro Sánchez, que quiere máximos poderes con mínimos controles y eso se refleja en que no quiera venir a la Cámara Alta a dar explicaciones», señala Alicia García, portavoz del PP en el Senado, que es la que suele anunciar cada semana que «Pedro Sánchez ha excusado su presencia».

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Una frase que se ha convertido ya en una tradición ante los medios tras la Junta de Portavoces, en la que Rafael Simancas -secretario de Estado de Relaciones con las Cortes- es el encargado de comunicar la ausencia de Pedro Sánchez y también las de los ministros que no acudirán la próxima semana al control de la cámara.

Por eso, además de regular la presencia de Sánchez en los plenos, el Partido Popular quiere acabar con las reiteradas ausencias de los ministros del Gobierno, que acumulan un 70% de faltas en los controles de esta legislatura. A la zaga del jefe del Ejecutivo están Pilar Alegría, ministra de Educación, Diana Morant, ministra de Ciencia, y Jordi Hereu, de Industria, que sólo han comparecido en 5 de las 28 sesiones desde principios de 2024. En el otro extremo, el que más veces ha participado en el control al Gobierno en la Cámara Alta ha sido José Manuel Albares, ministro de Exteriores (16 veces), seguido de Carlos Cuerpo, titular de Economía (13), y María Jesús Montero, vicepresidenta y ministra de Hacienda (12). Para acabar con las ausencias, los populares proponen reformar el artículo 163 del Reglamento, incluyendo la necesidad de que el Ejecutivo justifique el motivo por el que no pueden acudir a la llamada del Senado.

«Veinticuatro horas antes del plazo fijado para la presentación de las preguntas, el Gobierno notificará a la Cámara, motivadamente, los ministros que estarán ausentes en la próxima sesión del Pleno», refleja la nueva redacción impulsada por el PP, que quiere acabar con lo que ellos consideran un «desprecio» a la Cámara Alta. «Aquí también reside la soberanía nacional y cuando se niegan a dar la cara, no es al PP a quien no le responden, sino que es a todos los españoles», apunta García, el rostro más visible del PP durante las sesiones de control en la Cámara Alta.

La reforma del Reglamento del Senado no busca solo acabar con el absentimo del Gobierno, sino que está pensada para adaptar el texto a los nuevos tiempos. De hecho, en la propuesta registrada por el PP se abordan asuntos como la distribución de los tiempos de intervención, la regulación del voto telemático y la reducción de los plazos en la contestación de las preguntas parlamentarias.

Para que los plenos no se alarguen en exceso, el PP quiere limitar a 40 minutos las intervenciones de los miembros de Gobierno, mientras que las de los representantes de los distintos grupos se reducirán a diez minutos, en lugar de los veinte de los que disponen actualmente. Todo, con el objetivo de dar agilidad a las sesiones y que no se eternicen como ocurre actualmente. En cuanto al voto telemático, se amplían y se detallan los casos en los que un senador puede solicitarlo. Como novedad, se incluye el cuidado del menor y el acompañamiento familiar como motivos para pedir este voto a distancia, fundamental para una Cámara Alta en la que hay muchos senadores que ejercen funciones en sus ayuntamientos y que necesitan de esa flexibilidad.

Además, se reducen los plazos para que el Gobierno responda a las preguntas escritas remitidas por los diferentes grupos de la Cámara. Si el Ejecutivo tenía antes hasta 30 días para formular la contestación, ahora ese tiempo se reduce hasta los 20 días, con una prórroga posible del mismo tiempo, si la Mesa así lo acuerda. Esta reforma ha seguido el mismo modelo que rige actualmente al Congreso de los Diputados.