Veinte colectivos apenas reúnen a 200 personas contra las capillas
Repartieron panfletos blasfemos y convocan a una procesión atea en Madrid
Veinte colectivos apenas reúnen a 200 personas contra las capillas
Pincharon en hueso en Valencia y Alicante a mediados de semana. Ayer, se repitió en Madrid. Veinte colectivos «anti-capillas», antisistema y radicales solo lograron reunir a doscientas personas en el «acto cívico y laico» convocado en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla, de la ... Universidad Complutense. Tenían permiso del rector, Carlos Berzosa. Les falló el poder de convocatoria.
En el estrado, bajo el panel anunciador del acto, colocaron a once jóvenes de las asociaciones que propiciaron los desnudos del pasado 10 de marzo en la capilla del campus de Somosaguas. Los había de «Contrapoder» y de RQTR, ubicadas en Políticas y Sociología. De esta facultad eran, precisamente, los profesores que había pedido el permiso para el acto. Y entre tales jóvenes, Rita Maestre y Héctor Meleiro, dos de los detenidos por la Policía en su casa. Fueron ovacionados en varias ocasiones por un público que empezó gritando vivas a la República y pidiendo, en repetidas ocasiones, el cierre de todas las capillas de la Universidad.
Como la sala apenas tenía capacidad para noventa personas, se puso una pantalla en el vestíbulo para poder seguir desde ahí el episodio. A la entrada, una hucha donde recolectar dinero contante y sonante para los gastos procesales de los detenidos. «Es nuestro cepillo particular», dijo, en tono jocoso, el profesor de Políticas que condujo el acto.
A los asistentes se les repartía, además del «Manifiesto por una Universidad pública y laica», un panfleto blasfemo y de mal gusto convocando a una «procesión atea» para la próxima Semana Santa en el centro de Madrid: «oficiará» el «reverendo» Leo Bassi, «payaso y activista», tal y como reza en la octavilla. Y allí, en el patio de butacas, estaba dicho actor de la extravagancia, Leo Bassi. Junto a él políticos, escritores, ateos y librepensadores, así como algún teólogo y representantes de los colectivos feministas,homosexuales, bisexuales y transexuales. La nota de color la puso Shangay Lily: «¡Basta ya de homofobía en el PP!», dijo.
La nota más seria corrió a cargo del portavoz de IU en el Congreso de los Diputados, Gaspar Llamazares, para quien «la derecha ultramontana considera la “performance” de Somosaguas poco menos que un sacrilegio». Inés Sabanés, también de IU pero en la Asamblea de Madrid, se quejó amargamente de «lo que he sufrido con el Gobierno de Esperanza Aguirre». Había anunciado su presencia, Pedro Castro, no como alcalde de Getafe, sino como responsable de la Federación de Asociaciones de Vecinos. Por allí no apareció.
El actor Willy Toledo, en plan guasa, dijo a los chicos del estrado: «¡Chicos, os habéis pasado tres pueblos!», logrando así risas y aplausos del respetable. Boti García, del colectivo feminista, pidió «respeto a los derechos de las mujeres» y rechazó «el discurso tutelar que la Iglesia católica mantiene para con lesbianas, gays, transexuales y bisexuales».
Semidesnudo en el estrado
De las más de diez personas que tomaron la palabra, ninguna se refirió al ataque a la capilla de Somosaguas como una profanación. Al contrario, siempre se habló de una «performance» (chistosa, eso sí), de una «señal de libertad de expresión» o de algo que no merece ser «criminalizado».
Se criticó la «rápida acción» de la Policía con las detenciones y que el ataque a la capilla esté tipificado como un delito en el Código Penal. Rita Maestre, una de las arrestadas, dijo: «Nos detienen por decir que somos radicales y de izquierda».
El remate de fiesta fue para el semidesnudo, también de cintura para arriba, de María Araneta, una transexual que dijo ser activista de «las redes de despatologización».
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