La burbuja de las redes sociales en la batalla de Sol: más agitación que influencia y votos

Solo así se explica que Vox quintuplique su número de seguidores, entre Twitter, Facebook e Instagram, respecto al PSOE , el último de la fila en este campo pero el segundo en intención de voto según la encuesta de GAD3 que publica hoy ABC. El PP de Isabel Díaz Ayuso , claro favorito de cara al 4-M, afianza el segundo lugar de este particular podio debido a sus buenas expectativas y el tirón de su candidata, aupada en las redes por sus declaraciones tras la puesta de largo de Pablo Iglesias o el anuncio de la incorporación de Toni Cantó (anulada después por la Justicia).

Los partidos de izquierdas, Unidas Podemos y Más Madrid , pierden fuelle pese a que ambos partidos pertenecen al grupo de ‘nativos digitales’ . Ciudadanos , por su parte, mantiene una amplia comunidad de usuarios, fruto de sus buenos resultados anteriores, pero prácticamente inactiva. Un estudio de la agencia especializada en posicionamiento SEO y redes sociales Internet República muestra estas y otras conclusiones tras analizar el papel de los partidos en la red, basándose en la actividad digital de los mismos y el interés de los usuarios en cuanto a búsquedas.

«El problema de analizar las redes sociales en términos electorales es que son métricas muy engañosas , debido a que los partidos hacen campañas tanto ‘online’ como ‘offline’. Es verdad que las redes son un elemento fácilmente viralizable, que salta rápido a la televisión y se convierte casi más en un elemento de entretenimiento que de política», explica Pablo Simón, politólogo y profesor en la Universidad Carlos III de Madrid. Ello, unido al bajo coste que presenta este contenido (si se compara con la implementación de mítines, reparto de folletos, mesas informativas y otros proyectos físicos), representa una clara oportunidad para tratar de ganar adeptos sin implicarse en demasía.

Sin embargo, la estrategia se desvanece al observar la escasa permanencia en el tiempo de los mensajes. «Son impactos muy efímeros» , resume Simón, consciente de que el votante mayor se sigue informando por medio de los canales tradicionales. Cabe resaltar, además, que las redes sociales representan un espacio multiplataforma, «donde los usuarios acceden a través de Twitter pero acaban consumiendo la información en medios como ABC.es».

Por otro lado, también destaca el poder de los picos que obtiene cada partido en función de los hechos de actualidad más significativos. En ese sentido, el día más relevante del PSOE coincide con el anuncio de Ángel Gabilondo como cabeza de cartel; en Ciudadanos, con la salida de Ignacio Aguado; en Unidas Podemos, con la presentación por sorpresa de Pablo Iglesias, el ataque a la sede de Cartagena, su marcha del debate de la Ser o las amenazas de muerte recibidas; en Más Madrid, con el rechazo a confluir en una lista unitaria con Podemos o el papel de Mónica García en el debate de Telemadrid ; y en Vox, con los disturbios de Vallecas y Navalcarnero o la reciente polémica de los carteles colocados en Metro acerca del supuesto dinero destinado a los menores extranjeros no acompañados.

Con todo, la comunidad de las redes sociales la integra solo una reducida parte del electorado. «Hay mucho ruido detrás, donde ciertos partidos, como Vox y algunas formaciones de izquierda generan mucha interacción porque tienen sus propias tribus y varios perfiles conocidos que los ayudan a amplificar los mensajes», remarca la consultora de GAD3, Marta Marcos, con un claro aviso a navegantes: «No deja de ser una burbuja política muy pequeña» .

Una burbuja de la que cada formación hace uso según el momento. A mayor consolidación, menor será el interés. «En el caso de Iglesias, por ejemplo, hemos visto que en sus inicios no le importaba tanto que hablaran bien o mal de Podemos porque así entraban en la agenda política», resume Marcos. Más que partidos, hay episodios concretos. Una guerra digital que aún tardará tiempo en transformar por completo la dirección del voto en las urnas.