De Cartagena de Indias a Estepona, las huellas de la caída de Ignacio González

Hace nueve años, el entonces vicepresidente de la Comunidad de Madrid fue objeto de seguimientos con cámara oculta en un viaje a Cartagena de Indias. González fue descubierto con unas bolsas blancas en compañía del gerente del Canal, Ildefonso de Miguel, y el ahora detenido Edmundo Rodríguez Sobrino, entonces presidente de la compañía de aguas en el extranjero. El contenido de las bolsas fue objeto de todo tipo de debates. Según González en ellas llevaba toallas. La investigación cree que contenían dinero. Mucho dinero.

La sombra de ese viaje a Cartagena de Indias sobrevoló siempre sobre su gestión. Ignacio González fue el «número dos» del Gobierno autonómico de 2003 a 2012 y presidente de la Comunidad de 2012 a 2015. Su poder era absoluto en el Ejecutivo regional. Era el único hombre de confianza de Esperanza Aguirre, lo que le granjeó no pocas enemistades en el partido y también dentro del propio gobierno madrileño.

Conocida ya es por todos sus diferencias con Francisco Granados , entonces, consejero de Justicia, Presidencia e Interior del Ejecutivo madrileño, ahora en la cárcel por ser el cabecilla de la Púnica. González siempre pensó que detrás de su espionaje en Cartagena de Indias se encontraba el exalcalde de Valdemoro.

Desde el primer minuto que aterrizó en el Gobierno madrileño se hizo con el control del Canal de Isabel II . El gran «tesoro» de la Comunidad de Madrid. Una máquina de ganar -y hacer- dinero. Fue en 2012 cuando González y Aguirre diseñaron una operación para privatizar la compañía y sacar a Bolsa el 49% del capital . La maniobra, enseguida, contó con la oposición del resto de partidos políticos en la Asamblea de Madrid. PSOE e IU intentaron, sin éxito, conocer el trasfondo de una decisión que, bajo su punto de vista, «no era necesaria».

La crisis económica y el escaso atractivo de la Bolsa echaron por tierra el proyecto del Ejecutivo, que aparcó la privatización del Canal «hasta que se recupere la economía».

Un año, además, el propio González fue investigado por la compra de un ático de lujo en Estepona que en 2008 empezó a disfrutar en régimen de alquiler, pero que adquirió en 2012 por 770.000 euros, muy por debajo de su valor de mercado. Lo cierto es que la causa judicial se ha archivado y reabierto en numerosas ocasiones.

Las investigaciones apuntaban que esa vivienda era una comisión para favorecer varias operaciones inmobiliarias de Fernando Martín, dueño de Martinsa e imputado por la trama Gürtel en relación a una operación urbanística en Arganda del Rey (Madrid). Aguirre siempre apoyó la inocencia de su mano derecha. Ayer, tras conocer su detención, optó por guardar silencio y refugiarse en su vivienda.