El jefe de la UDEF de Madrid daba toda la cobertura a la red para evitar que la 'molestaran'

El matrimonio de policías fueron arrestados en su vivienda de Madrid y se les intervinieron más de 20 millones de euros. Solo entre las paredes de una de las habitaciones de la casa se hallaron 8 millones, pero lo más extraño es que nada menos que 900.000 euros fueron localizados en su despacho de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, lo que indica que se sentía impune. Aún no se ha terminado de contar el dinero, por lo que las cifras podrían aumentar.

Para corroborar la afirmación de que se trata de la mayor trama de tráfico de estupefacientes desarticulada hasta ahora en nuestro país basta dar un par de datos. El primero, que se intervinieron un centenar de coches, algunos de lujo; el segundo, que la organización era capaz de meter en España mil contenedores al año -como es lógico, no todos contaminados- a través de distintos puertos siempre españoles. De hecho, el núcleo duro de la trama es de nuestro país y habían alcanzado una enorme sofisticación en su 'modus operandi'.

Hay otro dato que corrobora la afirmación: esta operación se produce después de que la Policía, en una investigación conjunta con Vigilancia Aduanera, interviniera el pasado 14 de octubre más de 13 toneladas de cocaína en un contenedor que había llegado al puerto de Algeciras (Cádiz). Se trata del mayor alijo de esta droga de la historia de España y el segundo de toda Europa. El martes pasado la Policía informó de esta aprehensión y de que los agentes habían realizado cinco entradas y registros en domicilios y oficinas de Madrid y Alicante.

El contenedor había zarpado del puerto de Guayaquil (Ecuador), desde donde viajó con destino Algeciras. El exportador ecuatoriano figuraba en bases de datos aduaneras y policiales con antecedentes por tráfico ilícito. A su llegada al puerto de Algeciras, fue inspeccionado y se detectaron discrepancias entre la carga declarada y la real, lo que motivó su apertura.

El contenedor contaminado contaba con una pantalla formada por cajas realmente cargadas con plátanos para ocultar la droga. Detrás de esta pantalla se encontraba una gran cantidad de cajas, idénticas a las anteriores, pero en cuyo interior se ocultaban ladrillos de cocaína empaquetados al tamaño exacto de esas cajas.

El inspector jefe Óscar Sánchez era el hombre de confianza de los narcotraficantes y quien facilitaba y propiciaba la entrada de droga. Es decir, les proporcionaba toda la cobertura necesaria para que pudieran actuar con total seguridad. No se trataba de unos narcos cualquiera, sino de la organización que está detrás de la mayoría de contenedores de cocaína que entraban por el puerto de Algeciras. El método consistía en reventar esas entradas. Cada semana enviaban contenedores de fruta procedentes de Suramérica, sobre todo de Ecuador, con droga camuflada, de forma que fuera imposible abrirlos todos. Es fácil deducir la capacidad económica que es necesaria para poder operar de esa manera, lo que habla también del nivel de la organización criminal.

El inspector jefe tenía acceso a las investigaciones antidroga y de blanqueo abiertas en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco) y, en consecuencia, podía tanto alertar a sus cómplices de si había una empresa exportadora o importadora española en el punto de mira de algún Cuerpo como avisar para que los narcos desviaran su mercancía y colaran enormes cantidades de cocaína en medio de contenedores con menos carga que les valía la pena perder a manos de los agentes.

Además, las fuentes consultadas por ABC explicaron que la organización tenía en los puertos personas de confianza para poder actuar con más tranquilidad a la hora de sacar los contenedores con la mercancía rumbo a su primer destino. Desde allí la cocaína se distribuía por España y otros países europeos.

El policía llevaba mucho tiempo actuando. Antes de ascender a inspector jefe y hacerse cargo de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de Madrid estuvo destinado durante años en la Brigada Central de Estupefacientes, aunque no en la sección de cocaína, sino en la de sintéticos. En los últimos años tuvo un papel relevante en operaciones como Titella, en la que el principal implicado era el artista y productor José Luis Moreno. Conocía las investigaciones y poco le costó llegar hasta los presuntos delincuentes, con quienes llegó a intimar y hacer el negocio del siglo. «Jamás hemos visto algo igual», sostienen fuentes de las pesquisas. «Cuando se sepa todo muchos se van a llevar las manos a la cabeza», añaden. Los cómplices del inspector jefe son quienes proporcionaban las empresas pantalla para importar la droga, sobre todo una de Toledo cuyos responsables han sido detenidos y están entre los encarcelados.

Como ya se ha señalado, Óscar y su pareja, también policía, tenían guardados -emparedados y en otros escondites- bastante más de 20 millones de euros. Y ese dineral no procede de una o dos operaciones, como apuntan las fuentes consultadas, sino de años de colaboración con los traficantes. «No era dinero de la organización, sino sus beneficios», precisan las fuentes. Pese a todo, al parecer vivían de forma austera.

El origen de la droga era Colombia, pero los cargamentos procedían de Ecuador, donde también se hacen investigaciones. Este país se ha convertido en uno de los mayores emisores de droga hacia España. Un ejemplo de ello es la operación de agosto del pasado año, en el que se intervinieron 9.430 kilos de cocaína, lo que entonces era el mayor alijo de la historia. Curiosamente estaban en un contenedor dentro de cajas de bananas que había llegado al puerto de Algeciras y la procedencia era ese país centroamericano. Exactamente igual que en el caso de ahora, aunque entonces el destinatario era una empresa gallega.

La conmoción en la Policía con la detención de Óscar Sánchez es total. Uno de sus antiguos jefes afirma que nunca sospechó de él, que su comportamiento era impecable y que era apreciado por los subordinados. Era reservado, eso sí, y le gustaba hablar poco. Normal.

El inspector jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de Madrid, Óscar Sánchez, ya en prisión provisional por orden de la Audiencia Nacional, tenía tantos billetes escondidos en su domicilio que hasta las máquinas de contar usadas en los registros llegaron a atascarse. Tal era la cantidad de dinero, parte emparedado en las paredes de su domicilio, que los agentes tuvieron que encintarlo todo para poder contar después los millones de euros que tenía ocultos -se estima que más de 20-, fruto de sus vínculos con una presunta organización criminal dedicada al tráfico de drogas, a la que proporcionaba, según las investigaciones, protección para evitar que acabaran en el punto de mira de las autoridades.

Según ha podido saber ABC, con un pico y una pala, y después de que el Grupo de Operaciones de Intervenciones Técnicas (GOIT) localizara el dinero, los agentes rompieron las paredes del domicilio para poder requisar el botín que Sánchez habría venido amasando en los últimos años. Se sospecha que el inspector jefe hizo obras en su domicilio para contar con este 'escondite' secreto, entre los muros, donde ocultar sus ganancias.

Las fuentes policiales consultadas por este diario aseguran que «es lo más gordo que se ha visto nunca». Sólo en el registro de su despacho, ubicado en la Jefatura de Madrid, los agentes interceptaron 900.000 euros.

Fue la Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía Nacional quien procedió a la detención del inspector jefe y su mujer, también policía y destinada en la comisaría madrileña de Alcalá de Henares. El Juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional ordenó ayer, después de que pasaran a disposición judicial, su ingreso en prisión provisional, junto a otros 13 detenidos en la operación.