Feijóo intenta contener la euforia y activa su plan para atraer voto útil de PSOE y Vox
El líder del PP sube su apuesta y advierte de que el voto a Vox puede ayudar a la continuidad de Sánchez
Feijóo: "Los que voten a Vox son la garantía de que Vox se quede en La Moncloa, y lo vamos a decir claramente"
El constitucionalismo pone deberes a Feijóo para Cataluña de cara al 23J
Manejar la euforia es en ocasiones en política un reto tan complicado que gestionar emociones más funestas. El PP vive desde la noche del lunes con una emoción desbordante que los más prudentes intentan rebajar. «La relajación y la euforia son irresponsables. No hemos ... ganado las elecciones. Hemos ganado un debate», reflexionan en el entorno del líder del PP.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, experimentó en carne propia la dulce sensación del viento a favor. Tras una noche en la que durmió apenas tres horas, en la madrileña estación de Atocha era abordado por diferentes grupos de personas que lo felicitaban por el debate y le pedían fotos con él. Sucedió lo mismo al llegar a Ciudad Real. Se rozaban los 40 grados cuando Feijóo se dirigía a centenares de personas en los Jardines Del Prado. Lo hacía minutos después de que lo hicieran el líder territorial, Paco Núñez. El hombre que se quedó a las puertas pero que vive esta campaña como una redención. Y de la vicesecretaria de Política Social, Carmen Fúnez, que lidera la lista por Ciudad Real. Figura a seguir en el universo PP. Y en el futuro inmediato.
Pero esa prudencia que Feijóo y su equipo reclaman se esfuma cuando el furor del mitin se impone. «La calle está queriendo votar y votar ya. Van a perder por mucho. Y vamos a ganar las elecciones el 23J», clamó Feijóo. El presidente del PP volvió a defender su idea de un pacto entre las dos principales fuerzas que funcione como «una clarificación» porque el presidente «no debe ser otro que aquel que salga directamente de las urnas y no aquel que esté en los despachos en contra de las urnas».
El PP va a poner todo su mensaje en una línea estratégica clara: que el 23 de julio sea una elección entre un Gobierno con Feijóo en solitario u otro con Vox. «Ayer murió cualquier atisbo de remontada del PSOE», analizan en Génova. El líder de la oposición reclamó en Ciudad Real un voto «para evitar el bloqueo».
Un 'catch all party'
Feijóo enumeró todas las papeletas de los partidos que de una u otra forma han apoyado a Sánchez estos años. Pero también se lanzó de lleno a esa apelación al voto útil en la derecha: «También se puede votar a aquellos que dicen que quiere que gobierne el PP para bloquear en una comunidad. El voto útil a Sánchez tiene todas esas papeletas. La única papeleta que garantiza el cambio es la papeleta del PP», dijo Feijóo.
Lo que pretende el PP es generar un marco discursivo en el que Feijóo sea la única respuesta posible a diferentes cuestiones sobre las que pivota la campaña. Pero que tienen el punto en común, se sea un elector de izquierdas o de derechas, de querer poner fin al mandato de Pedro Sánchez. Y hacerlo además un Gobierno que en términos de gestión diaria se distancie de los pulsos que han marcado la convivencia en la coalición PSOE-Podemos. Feijóo activa el modo 'atrapalotodo'. Lo que los anglosajones llaman 'catch all party'. Es algo que ya intentó hacer el 28 de mayo pero que en Génova creen que funcionará mejor ahora que la papeleta socialista es la de Sánchez y no la de sus alcaldes o presidentes autonómicos. Presentar al PP como una plataforma por el cambio de ambición transversal. Asumiendo que para muchas de esas personas el PP no será su partido, pero que sí puede ser la solución.
Génova persigue una atracción de voto en todas direcciones. Todavía no se atreven a medir el impacto del debate. Se ve como muy sólido el nivel de los 150 escaños. La barrera de los 160 no ha sido desbordada todavía en ningún sondeo que haya pasado por la sede de los populares. Pero no se considera imposible si una dinámica alcista sirve para decantar el último escaño en una decena de circunscripciones donde el PP lo pelea con PSOE y Vox. Con el debate de ayer ven factible atraer votantes del espectro central, que vieron claro que Feijóo quiere gobernar sin Vox, como por su derecha por haber ido al choque con Sánchez en todo momento.
La apelación al cambio que hace Feijóo no es ideológica. Tiene más que ver con un estado de ánimo. ¿Qué es el cambio? «El cambio es que España pueda tener un Gobierno en el que se pueda confiar», responde Feijóo. En el entorno del presidente del PP siente al partido «enchufado». La salida de Feijóo de los jardines de la ciudad manchega fue complicada logísticamente por la cantidad de personas que rodeaban al candidato popular en busca de su beso, su foto o simplemente un contacto.
En Génova trabajan desde hace días con la estrategia que debía seguir al debate. La necesidad de optimizar el voto en la derecha para que no se pierdan votos en provincias donde Vox no tendrá representación y la vez desequilibrar totalmente la relación de fuerzas en el bloque es un objetivo prioritario: «A nosotros nos puede quitar la presidencia del Gobierno Vox. La única oportunidad del PSOE es que Vox arañe votos al PP. Pero Feijóo está convencido de que «hay votantes de Vox que están pensando en cambiar el voto» porque está calando la idea de que «la única forma de evitar a Sánchez es votar masivamente al PP», pero que sí los votantes de Vox reparten el voto «hay posibilidad de que Sánchez se quede».
Mejor de lo esperado
Este martes el PP todavía se frotaba los ojos. «Sabíamos que nos iba a salir bien, pero no tan bien». Le atribuyen una parte del mérito a Pedro Sánchez. «Estuvo muy mal. Le pesó la presión de que fuera todo o nada. Han hecho un malísimo juego de expectativas», reflexionaban en el equipo del líder gallego. Las encuestas corroboran que el sentir mayoritario es que Feijóo será el próximo presidente. El PP cree que eso puede ser definitivo entre los indecisos para hacer posible el Gobierno en solitario.
Tras Ciudad Real el presidente del PP tomó tren a Sevilla para de ahí marchar a Cádiz a un acto por la tarde. El presidente del PP va a tener dos actos al día de aquí a que termine la campaña. Este miércoles Feijóo va a estar en Murcia y Alicante. En el primero de los actos estará acompañado por José María Aznar. En pleno pulso con Vox por el bloqueo de la investidura de Fernando López Miras. El expresidente del Gobierno es puntal en esa franja electoral.
Durante su intervención en Cádiz Feijóo ha subido la apuesta en la confrontación con Vox. El líder del PP aseguraba que para que siga Sánchez se puede votar «al partido sanchista, a Sumar, a ERC, a Bildu o a los de Puigdemont». Pero también ha advertido de que «también podemos votar a aquellos que quieren que gobierne el PP pero que no votemos al PP (…) que lo que pretenden es dividir». Feijóo ha justificado su reflexión por el efecto que un voto a Vox puede tener en algunas circunscripciones en las que el PP se está jugando el último escaño con el PSOE: «Lo que pretenden es que perdamos cuatro o cinco escaños en Andalucía para no votando al PP, por los restos, el PP pierda un diputado y vaya al partido sanchista», ha criticado. «Por eso los que voten al partido sanchista, los que voten a Sumar, los que voten a ERC, los que voten al partido de Puigdemont o los que voten a Vox son la garantía de que Sánchez se quede en La Moncloa. Y lo vamos a decir claramente. Y le vamos a pedir el voto a los votantes de Vox para que no se quede en La Moncloa».
La idea es no bajar la intensidad. Pero superado el debate, el entorno de Feijóo ya ve la meta del 23J como una etapa llana. Han sido semanas de recopilación de documentación. En la que han participado personas más allá del PP. Los amantes del ciclismo saben que en esos tramos tras la dura montaña es donde muchas veces se generan las grandes distancias. Pedalear sin mirar atrás mientras los perseguidores dudan es la mejor receta para aumentar el margen. Feijóo ha pedido a los suyos no levantar los brazos hasta la línea de meta. Porque nadie está exento de una mala curva o un pinchazo. En estas elecciones para el PP eso solo puede traducirse en un exceso de confianza.
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