ERC y Junts señalan a los jueces y advierten a Sánchez de que «si no hay avances en las negociaciones» peligra la legislatura
Rufián acusa a los jueces de estar «al servicio de PP y Vox» y Pedro Sánchez calla ante el señalamiento al magistrado García Castellón
El líder del PSOE agrava la fractura entre españoles para tapara la amnistía
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Madrid
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Iniciar sesiónDespués de una jornada plena de reproches y descalificaciones, resultaba complicado que se pudiera subir el tono de las intervenciones, pero Gabriel Rufián lo consiguió. Lo hizo con su tono habitual. Irónico y tendente al chascarrillo, pero lanzando puñales muy directos. El portavoz de ERC ... dedicó buena parte de su intervención a dirigirse a la derecha y no al candidato. Palabras duras que alcanzaron su clímax cuando expuso el 'lawfare' o guerra judicial, señalando a los jueces y acusándolos de estar «al servicio de PP y Vox».
«El lawfare es la utilización por parte de la derecha española de parte del poder judicial español para ganar con togas lo que pierden con votos. La guerra judicial en España es un montón de jueces en una sala del VAR al servicio del PP y de Vox. Quieren ejemplos de esta guerra judicial. Por ejemplo, meter en la cárcel a ocho chavales de Alsasua por una pelea de bar; inventarse un delito llamado violencia ambiental para meterle 100 años de cárcel a nueve demócratas por un referéndum; o imputar por terrorismo a Marta Rovira porque a un señor le dio un infarto en una manifestación», señaló antes de referirse, con nombre y apellidos a uno de esos magistrados, al que acusó de prevaricación.
«García Castellón, el mismo juez que aún no sabe quién es M. Rajoy, que sacó de la cárcel a Ignacio González, que salvó a Cospedal de la Kitchen y que archivó lo del Rey. ¡Qué casualidad! Todo esto es guerra judicial y negarlo es como negar que sale el sol. Existe porque en este país la derecha se cree que todo esto es suyo y tiene muy mal perder», señaló el catalán, quien trató de quitar importancia a la amnistía, señalando otros problemas cotidianos que, según él, preocupan más a los españoles. «Lo que rompe España es que la gente compre menos pescado porque no pueden o que tengan que pagar el 60 por ciento de su sueldo a la hipoteca. Eso rompe España y no que un grupo de partidos voten una ley para solucionar un partido político», apuntó. En su réplica, Sánchez no afeó la acusación directa a los magistrados ni la personal a García Castellón, algo que sí hizo Cuca Gamarra, que pidió la palabra para pedir a Armengol que no apareciera esa acusación en el diario de sesiones.
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Tomó entonces la palabra Míriam Nogueras, representante de Junts, que con un tono más calmado, pero mucho más amenazante, lanzó varias advertencias a Sánchez. Calmado, sobre todo, porque minutos antes había tenido una reunión con Santos Cerdán, número tres del PSOE, para serenar los ánimos que estaban caldeados entre los independentistas tras el discurso de investidura tibio de Sánchez. De hecho, la portavoz de Junts ha tildado la intervención del candidato de poco «valiente».
Entre las advertencias de Nogueras, la primera tuvo que ver con la estabilidad de la legislatura que, como quedó reflejado en el acuerdo con el PSOE. «Con nosotros no tiente a la suerte. La estabilidad depende del avance de las negociaciones en los dos ámbitos recogidos en el acuerdo: el del reconocimiento nacional, donde nosotros pedimos el referéndum de autodeterminación, y el del déficit y autogobierno, en el que plantearemos la transmisión del cien por cien de los impuestos que se pagan en Cataluña».
La impronta de Bildu
Para este jueves se espera la intervención de los grupos vascos, a los que este miércoles solo se pudo escuchar en una breve valoración del discurso de Sánchez. En ella, tanto Bildu como PNV dejaron clara la misma idea que sus vecinos catalanes, advirtiendo de su papel decisivo para sacar adelante leyes y para que no haya oleaje durante los próximos cuatro años. «En todas las decisiones que se tomen en la legislatura se va a notar la impronta de Bildu, que nadie tenga ninguna duda de esto. Somos determinantes junto al resto de fuerzas soberanistas y vamos a utilizar esa fuerza», apuntó Mertxe Aizpurua, portavoz de Bildu, quien pidió a Sánchez «valentía y determinación» para avanzar en los conflictos políticos y «dar respuesta a los retos de la ciudadanía vasca como el reconocimiento de las identidades vascas, gallega y catalana».
Algo más crítico fue Aitor Esteban, representante del PNV, quien torció el gesto ante los anuncios hechos por el candidato socialista que colisionarían con competencias autonómicas. «Sánchez ha hecho una serie de anuncios importantes, algunos de los cuales ha reconocido que entran en competencias de las comunidades autónomas. Con algunos de los anuncios podemos estar de acuerdo, pero quiero recordar que ha firmado con nosotros el respeto a las competencias y ahí les puedo asegurar que el PNV va a ser inflexible, aunque nos quedemos solos como ha sucedido en muchas ocasiones en este hemiciclo». Hoy, el PNV tratará de marcar de nuevo unos límites que dejó claros ayer Esteban y que pasan por más autogobierno para el País Vasco.
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