La traducción literal de su nombre del latín al castellano -manzana dulce- ya da una pista de lo que este superalimento, de color amarillo-dorado cuando alcanza su madurez, ofrece con la llegada del otoño.
El membrillo es una fruta con un bajo ... aporte calórico y un abundante contenido en fibra (pectina y mucílagos) y taninos, sustancias que le confieren la propiedad astringente, que suaviza la digestión y previene los trastornos gastrointestinales. También destaca la presencia de potasio.
Tal y como señala la Fundación Española de la Nutrición, su consumo ayuda a cortar la diarrea, a evitar la deshidratación provocada por vómitos (ya que los mucílagos retienen agua), y a fortalecer los estómagos delicados.
Y no solo eso. Las pectinas y mucílagos también reducen la absorción intestinal del colesterol y potencian la acción depurativa del hígado. Además, el membrillo también contiene ácido málico, un ácido orgánico que forma parte del pigmento vegetal que proporciona sabor a la fruta, con propiedad desinfectante y favorecedora de la eliminación de ácido úrico.
No obstante, esta fruta que empieza a consumirse a finales de septiembre y alarga su temporada hasta febrero también presenta un inconveniente: se consume, en la mayoría de las ocasiones, en forma de dulce de membrillo, con bastante azúcar añadido, lo que dispara su valor calórico.
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