Un oftalmólogo aclara si es malo abrir los ojos en el mar o la piscina: «Puedes encontrar de todo»
El joven médico valenciano Vicente Miralles resuelve en sus redes una de las dudas típicas del verano que ya han visto medio millón de personas
Un podólogo explica lo que todos hacemos mal con nuestros pies en verano y debemos evitar: «Acabarás en la consulta»
Kike Cervera
Valencia
«Cuando nadamos no sólo estamos en contacto con el agua, también hay restos de sudor, maquillaje, cosméticos, orina o, incluso, en algunas piscinas puedes encontrarte de todo». Así ha categorizado el joven oftalmólogo valenciano Vicente Miralles ante medio millón de espectadores ... en TikTok e Instagram sobre una de las costumbres más extendidas entre la población en época estival: abrir los ojos dentro del agua al darse un chapuzón en el mar o la piscina. Y la gran pregunta: ¿Es malo?
«Creo que todos lo hemos hecho», responde. «Si los abres durante unos segundos puedes tener sensación de escozor e irritación, pero suele ser algo leve y temporal, sin consecuencias graves», apunta el doctor sobre el agua del mar, y explica: «tiene una osmolaridad —concentración de partículas en líquido— muchísimo mayor a nuestras lágrimas naturales, además puede haber arena y otros organismos que contribuyan a esas molestias».
Sin embargo, aclara que el riesgo de infección «es poco frecuente aunque existe, especialmente si tienes una herida en la córnea, si te bañas en zonas contaminadas o, sobre todo, con lentillas». Si eso ocurriera, «lo mejor que se puede hacer es ponerse lágrimas artificiales y, si la molestia persiste, acudir al médico», finaliza Miralles.
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Por otro lado, en un nuevo vídeo que ha colgado en sus redes, plantea directamente «por qué es malo abrir los ojos en la piscina», sin dar lugar a la duda: «El agua de la piscina no es sólo agua y cloro, cuando nadamos también hay restos de sudor, maquillaje, orina o, incluso, en algunas piscinas puedes encontrarte de todo», advierte el oftalmólogo, que recordaba un escatológico reto viral que tuvo lugar hace unos años.
«El cloro reacciona con todas esas sustancias que encontramos y forma las cloraminas —sustancias químicas— que alteran la fina película lagrimal encargada de proteger nuestros ojos, por eso se produce esa sensación de arenilla y escozor o, en algunos casos, infecciones y visión borrosa», explica Miralles en sus redes sociales.
Y, si bien ha intentado tranquilizar apuntando que «la mayoría de veces no pasa nada grave», asegura que «todos los veranos nos llegan a urgencias diferentes casos de infecciones o complicaciones que se han producido por abrir los ojos en la piscina».
Por ello, para finalizar, el doctor Miralles ha querido dar a sus seguidores dos consejos muy básicos: «el primero es intentar llevar gafas de bucear y el segundo, no os bañéis nunca con lentillas, porque el riesgo de infección aumenta considerablemente».
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