Caso de las niñas de Alcàsser: Antonio Anglés sigue oficialmente vivo para la Interpol
El considerado autor material del triple asesinato continúa en busca y captura y los investigadores han actualizado su edad en su ficha policial
Caso Cristina Llorca: el otro crimen atroz sin resolver por el que se investigó a Antonio Anglés
Caso Gloria Martínez: la adolescente que desapareció dos semanas antes que las niñas de Alcàsser
Ficha policial de Antonio Anglés en la base de datos de la Interpol
Fue en marzo de 1993 cuando se perdió, después de varios meses de búsqueda y persecución, la pista de Antonio Anglés, considerado el autor material del asesinato, rapto y violación de Miriam García, Desirée Hernández y Toñi Gómez, también conocidas como las niñas ... de Alcàsser. En cuanto a su huida, se han contado decenas de versiones, pero la realidad es que para los investigadores del caso sigue oficialmente vivo, veintinueve años después.
Así aparece recogido en la última actualización de la base de datos sobre las personas más buscadas por la Interpol, organismo policial que ha actualizado la ficha de Anglés tras haber cumplido 56 años el pasado lunes 25 de julio. En ella, todavía se detallan signos distintivos del fugitivo como sus tatuajes: un esqueleto con guadañas en el brazo derecho; «Amor de madre», en el izquierdo, así como una mujer china vestida y con sombrilla en el antebrazo. Además, describe un quiste sebáceo en la garganta sobre la nuez, su naturaleza desconfiada y el consumo de Rohypnol para combatir la adicción a las drogas.
MÁS INFORMACIÓN
Hace apenas tres semanas, el titular del Juzgado de Instrucción número 6 de la localidad valenciana de Alzira ordenó la realización de nuevos análisis genéticos en la ropa que portaban las tres niñas asesinadas por Anglés y Miguel Ricart, único condenado por los hechos. También solicitó comprobar la moqueta en la que fueron envueltos sus cadáveres.
Estas últimas diligencias, solicitadas por la acusación popular representada por la asociación Laxshmi, buscan utilizar técnicas forenses avanzadas que no existían a comienzos de la década de los 90, con el objetivo de encontrar pruebas que incriminen al delincuente hispano-brasileño buscado por todo el mundo.
Asimismo, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses también tiene previsto analizar la sábana que cubría el colchón de la caseta abandonada en la que torturaron y violaron a las menores, así como un trozo de madera de este lugar y un pedazo de tapizado del Opel Corsa de Ricart, vehículo en el que fueron secuestradas.
Imagen del traslado del coche de Miguel Ricart desde un depósito de Valencia
En el mismo turismo, dos meses antes, agentes del Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil hallaron nuevas muestras de restos de sangre en el asiento del copiloto, lo que supuso «el primer avance forense real del caso desde los años 90», según los investigadores.
Una huida de película
El caso de las niñas de Alcàsser se convirtió en un calvario televisivo retransmitido en directo durante casi tres meses, que se convirtió en todo un icono de la crónica negra española. Pese a que el único condenado fue Ricart, quien pasó en prisión sólo 21 de los 170 años que le impuso la Audiencia de Valencia gracias a la anulación de la doctrina Parot, la sentencia considera autor material a Antonio Anglés.
Su vinculación con el caso comienza con el hallazgo de un volante médico de su hermano Enrique en la zona en la que se perpetró el crimen. Cuando los agentes de la Guardia Civil se personaron en la vivienda familiar ubicada en el municipio valenciano de Catarroja, el fugitivo saltó por la ventana para emprender una huida de película por diferentes tejados.
Posteriormente, tras eludir múltiples cercos policiales en municipios de Valencia y Castilla-La Mancha, apareció en el puerto de Lisboa. Allí, la tripulación del mercante City of Plymouth lo descubrió a bordo escondido en un almacén cuando viajaban a Liverpool.
El capitán del barco identificó sus documentos como falsos, pues pertenecían al toxicómano muerto que le ayudó a esconderse en la capital lusa. Tras avisar a las autoridades, lo encerraron en un camarote pero en plena noche se subió a un bote salvavidas para escapar pero fue localizado en el mar por un avión francés y devuelto al transporte marítimo.
No obstante, una vez parados en Dublín, la Policía irlandesa no encontró ni rastro de Anglés. No estaba allí y, fue el día siguiente, cuando se encontró un chaleco salvavidas en la bahía, que anteriormente había desaparecido de la cubierta del City of Plymouth. Años después, en el programa Equipo de Investigación, el capitán del buque dejó caer que un marinero contribuyó a su última huida.
Retrato robot, 29 años después
A partir de ahí, la búsqueda se limitó a indicios inconexos sin ningún patrón. Muerto o vivo, en su Brasil natal o en cualquier otra parte del mundo, la pieza judicial en torno a Anglés no se cerrará hasta diciembre de 2029, año en el que esté se convertirá en inimputable.
Por ello, la Europol y la Policía Nacional pusieron en marcha una campaña internacional para solicitar la colaboración ciudadana con el objetivo de encontrar pistas sobre su paradero. Su ficha, con el expediente 1993-9069, continúa vigente en la web de la Interpol reservada a los fugitivos más peligrosos.
Ficha de la Europol sobre Antonio Anglés
De hecho, la Europol actualizó su perfil con un nuevo retrato robot sobre cuál podría ser su actual estado físico, cuyo montaje fue realizado por el antropólogo forense y doctor en Ingeniería Biomédica, Ricardo Ortega, y la criminóloga y especialista en imagen digital, Noelia Medina.