Raquel Sánchez insiste en que el Gobierno no ha gastado «ningún euro público» por la chapuza ferroviaria en Cantabria

En rueda de prensa este viernes tras la firma de un convenio para la rehabilitación energética de vivienda en el ámbito metropolitano de Barcelona, y precisamente antes de presentar avances en el reclamado soterramiento ferroviario en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), la ministra ha lamentado que «lo que se va a producir es un retraso» en la fabricación y la entrega de los convoyes.

Además de referirse a las explicaciones que ya ha dado el Ministerio, Sánchez se ha remitido a los resultados de las auditorías que han encargado tanto a Renfe como a Adif, con la implicación de la Dirección General de Inspección del Ministerio, para tener más información sobre la tramitación del contrato.

En un tono similar se ha mostrado la vicepresidenta primera del Gobierno de España y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, que desde Cantabria y tras un encuentro con su presidente Miguel Ángel Revilla ha señalado que el préstamo previsto del Banco Europeo de Inversiones (BEI) a Renfe, por valor de 150 millones de euros, por para financiar los 31 trenes para Asturias y Cantabria no corre peligro a pesar de que su adquisición se producirá con retraso por el problema en el cálculo de las medidas.

«Nos hemos puesto en contacto inmediatamente con el BEI y nos ha confirmado que no hay ningún tipo de problema», ha asegurado Calviño tras reunirse este viernes con el Gobierno de Cantabria. Su presidente ha aprovechado para dejar claro que la «indignación» y el «cabreo» reinan en la comunidad ante este fracaso.

Las nuevas máquinas, de hecho, tenían que poner solución a un problema de envejecimiento de la infraestructura ferroviaria que «venimos arrastrando durante décadas», ha remarcado Revilla. «No vale solo con pedir disculpas, tiene que tener una reparación urgente», ha exigido el presidente.