Más de un tercio de los universitarios provienen de fuera de la Comunidad

El curso anterior (2020-2021) el dato era de un 35 por ciento -en ese caso sí fue el más elevado de España-, mientras que siete años atrás era del 28,5 y ha ido aumentando progresivamente. Siguen siendo mayoría los estudiantes de Castilla y León que se sientan en las facultades de la Comunidad, seguidos, principalmente, de los de las regiones limítrofes. Los extremeños, colindantes con la provincia de Salamanca, suponen un 5,02 por ciento, seguidos de los madrileños -3,91-, los gallegos -3,23-y los andaluces -2,74-, éstos últimos más alejados de la frontera castellano y leonesa.

País Vasco, Asturias y Cantabria suponen también alrededor del 2 por ciento cada una y en el otro extremo -las regiones que menos universitarios aportan a Castilla y León- son Murcia, Baleares y Cataluña. Los alumnos matriculados que proceden de otros países son casi el 3 por ciento.

Por provincias, son los vallisoletanos quienes acaparan el mayor número de inscritos (17 por ciento), por delante de los salmantinos (11,45) y leoneses (10,40). Se da el caso, además, de los sorianos (1,56) y segovianos (2,93), que aportan un porcentaje inferior al de territorios externos a la Comunidad y que quizá también optan por salir al exterior a cursar sus estudios superiores.

En el caso de los inscritos en enseñanzas de máster el escenario es más contundente. Son más de la mitad los matriculados procedentes de otras regiones, mientras que los alumnos autóctonos suponen el 48 por ciento. En este caso, la distribución varía también respecto al grado. El porcentaje más alto de foráneos es el de los estudiantes extranjeros (7,87 por ciento), seguido de los madrileños (7,68) y andaluces (7,46).

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Los datos son, según la Consejería de Educación, «un reflejo de la calidad de nuestro sistema universitario y la capacidad de Castilla y León para atraer talento». «La oferta de grados y máster es muy variada, cubre todos los campos de conocimiento y eso hace que la oferta universitaria sea más atractiva que otros territorios», apuntan desde el departamento dirigido por Rocío Lucas.

«No obstante, todo esto puede mejorar con una EBAU única, que daría sentido a tener un distrito universitario único y que cada joven pueda estudiar donde quiera en igualdad de condiciones», añaden también desde la Consejería.

Y es que el hecho de que no exista una misma prueba de acceso en todo el territorio puede dar lugar a examenes de distintos niveles y, por tanto, desventajas entre autonomías a la hora de ingresar en distintas carreras en un distrito único como el actual. Es decir, los estudiantes pueden optar a los centros de todo el territorio con su calificación de la prueba de acceso.

Castilla y León, con la Consejería de Educación a la cabeza, ha abanderado en los últimos tiempos la lucha por un examen único en toda España, en lugar del modelo actual, con diecisiete ejercicios distintos diseñados por las autonomías. En este caso, la región viene denunciando que un mayor nivel de exigencia en su prueba -que no está dispuesta a rebajar- hace que sus estudiantes obtengan una calificación más baja que los de otros lugares. Esto se traduce en que se queden fuera de algunas de las titulaciones más demandadas -y con mayor nota de corte- de la Comunidad, como, por ejemplo, Medicina. Algo que repercute también, según ha lamentado también en ocasiones la Consejería de Sanidad, en poder retener a los sanitarios y los MIR.

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Este escenario es uno de los aspectos que destaca en el informe 'Las universidades españolas. Una perspectiva autonómica' la Fundación Conocimiento y Desarrollo. Así, resalta que Castilla y León «presenta uno de los tres valores más reducidos de alumnos que residen en la región en la que están matriculados», pero a la vez es la tercera «con más proporción de estudiantes internacionales sobre el total de los universitarios matriculados».

Sobresale también la Comunidad en cuanto al tiempo teórico en el que los estudiantes deben terminar sus estudios -cuatro años para el grado- o en el número de mujeres tituladas en las denominadas enseñanzas STEM, vinculadas a las ciencias y la tecnología, con el tercer mayor porcentaje del país (38,3 por ciento). Es, además, la segunda con más féminas entre los investigadores (46,5 por ciento).