Isabel I de Castilla: ejemplo de reina
Que alguien que no tenía ninguna posibilidad de reinar, llegara a ser reina y fuera capaz de convertir una empresa local en una multinacional, merece el reconocimiento
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Iniciar sesiónEste año se conmemora la proclamación de Isabel I como reina propietaria de Castilla. Después de Berenguela I la Grande, que reinó entre el 6 de junio y 1 de julio de 1217 y que abdicó en su hijo que sería Fernando III el Santo, ... la siguiente mujer que reinó en Castilla fue Isabel. Fue la primogénita del segundo matrimonio de su padre, el rey Juan II, cuando nació no hubo grandes fiestas en la Corte. Había un heredero el que sería Enrique IV y, por tanto, la sucesión no era un problema. Y precisamente este fue el problema.
Su hermanastro Enrique sucedió a su padre Juan II, pero no tenía descendencia. Se casó en segundas nupcias con la princesa Juana de Portugal, que dio a luz una hija, Juana llamada la Beltraneja, porque se atribuyó la paternidad al noble Beltrán de la Cueva. Eso significaba que era una hija bastarda que no tenía derecho a ser la heredera al trono. Isabel se propuso llegar al trono y logró alcanzar el acuerdo de los Toros de Guisando en el que se le nombraba Princesa de Asturias y heredera de Enrique IV, con una condición: necesitaba la aprobación de Enrique para casarse. Enrique buscó pretendientes para apartarla del trono. Pero la determinación de Isabel, una característica suya, provocó que se casara con el príncipe de Aragón Fernando en Valladolid.
Isabel fue desposeída de su condición de Princesa de Asturias. Pero a la muerte de Enrique IV, promovió en Segovia y desde Segovia su proclamación. Esto provocó una guerra civil por la sucesión entre los partidarios de Isabel y de Juana. Venció el bando isabelino, pero Isabel fue magnánima con los rebeldes y no los castigó. Los integró en su proyecto político porque todos eran necesarios.
Los dos hechos que marcaron su reinado fueron la conquista de Granada que completaba la Reconquista y el descubrimiento de América. Dos acontecimientos en los que su determinación y arrojo fueron fundamentales para concluirlos con éxito. Cuando llegó al trono Castilla era un reino extenso e importante, pero circunscrito a unos límites territoriales dentro de la Península Ibérica. A su muerte el reino estaba asentado en tres continentes: Europa, América y África. Y la monarquía se estaba convirtiendo un reino universal que daría lugar al primer imperio global.
Que alguien que no tenía ninguna posibilidad de reinar, llegara a ser reina y fuera capaz de convertir una empresa local en una multinacional, merece el reconocimiento a su proyecto político y a su acertada forma de gobernar. En su biografía y en su reinado hubo luces y sombras, pero las luces fueron más brillantes y duraderas que las sombras. Por eso su recuerdo se ha asentado en nuestra memoria colectiva y su ejemplo sigue vivo entre nosotros.
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