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Del fango y los fandangos
Fango y fandango, vilipendio y pasión no son buenos elementos para gobernar y construir un proyecto político estable y perdurable
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Iniciar sesiónLa segunda acepción de la palabra fango es vilipendio, degradación. Este vocablo se está haciendo un hueco entre el vocabulario político de nuestros representantes públicos. El presidente del gobierno la usa con frecuencia para vilipendiar y descalificar a todos aquellos que no piensan como él ... y apoyan sus proyectos políticos o abrazan sus ideas y ocurrencias. Pero sobre todo la utiliza para degradar a todos los que no se postran ante su poder y en el ejercicio de su libertad se atreven a poner en duda sus promesas y decisiones. Durante cinco días tuvo a todo un país pendiente de sus cavilaciones. Cinco días en los que afloraron proclamas cuyo origen la mayoría quiere olvidar, como «no pasarán». Se dividió a los españoles en dos grupos, los buenos, los míos, los que siguen al líder, y los malos, todos aquellos que no se sienten atraídos por una personalidad narcisista y egocéntrica. Nuestra democracia no puede ni debe ser manchada con actitudes y proclamas que conduzcan a enfrentar y dividir a los españoles.
La realidad social de España es nítida. No queremos enfrentamientos. Sabemos que la paz es el camino para conseguir la realización social de la justicia, la igualdad, la libertad y el pluralismo, además es necesaria e ineludible para establecer y mantener el estado de bienestar del que gozamos ahora. Los españoles no quieren confrontaciones, ni líderes que fomenten la fractura social. Exigimos a quien voluntariamente asume la tarea de gobernar que lo haga para todos y en beneficio de todos.
¿Por qué fandango? Porque el fandango es un antiguo baile español que se ejecuta con movimientos vivos y apasionados. En esta época estamos viviendo momentos donde la pasión por el líder está tiñendo de color toda la política de un partido centenario, que ha realizado importantes aportaciones la modernización de España.
Fango y fandango, vilipendio y pasión no son buenos elementos para gobernar y construir un proyecto político estable y perdurable. Quizá lo que se quiere y se busca es algo diferente y para conseguirlo se necesita fracturar a la sociedad y dividir a los españoles. ¿Qué se sigue de una adhesión al líder? Normalmente un plebiscito para mantenerlo en el poder y tener la posibilidad de realizar una revolución, que se concreta en un cambio de forma de Estado y de gobierno. Así de sencillo y así de fácil. Este plebiscito sería poner a los españoles a en la tesitura de votar entre una forma de Estado republicana federal, o mejor aún confederal, y la actual forma que es una monarquía democrática. El líder convocante tendría la posibilidad de convertirse en el primer presidente de la III República. ¿Es esto lo que buscan los partidos que sostienen al gobierno? Me malicio que este es el objetivo final. Pero hasta llegar a realizar este sueño quedan todavía muchos pasos. La única forma de impedir este nuevo cambio de régimen político es votar, participar en las elecciones para otorgar una mayoría suficiente de gobierno a los partidos constitucionalistas. Una vez más el futuro está en nuestras manos y en nuestro compromiso con nuestra actual democracia que nos ha proporcionado un largo período de paz y prosperidad.
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