El curioso obsequio de un párroco de Zamora al Papa León XIV: la foto de una señal de tráfico

Galán acudió a Roma como secretario de monseñor Francisco Simón Piorno, un obispo emérito que reside en su pueblo y que trabó una gran amistad con Robert Prevost durante las dos décadas que ambos ejercieron como prelados en diócesis vecinas de Perú. «Nos llevamos muy bien y yo le acompaño siempre porque él ya tiene 80 años». Cuenta el cura zamorano que tras ser elegido Robert Prevost Sumo Pontífice, su amigo Francisco Simón pidió ser recibido en audiencia y hace poco fue el propio secretario del Papa quien les emplazó a la cita que tuvieron el pasado viernes. Un encuentro en el que León XIV «estuvo súper cariñoso, se notaba que eran amigos». Durante 30 minutos «estuvieron despachando cuestiones relativas a Perú».

Fue entonces cuando le entregaron al Papa los presentes que llevaron de Zamora: jamón de la tierra, unas pastas de la zona de Sayago, el catálogo de la exposición de Las Edades del Hombre que alberga actualmente la Catedral y la citada instantánea: «Recuerdo que cuando salió elegido apareció en redes sociales la fotografía y de ahí que se nos ocurriera la idea de gastarle la broma de llevar su punto kilométrico en España». Cuenta este sacerdote que la primera reacción del Sumo Pontífice fue la de quedarse «sorprendido», pero cuando se lo explicó «le hizo gracia».

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Sobre el encuentro, detalla que fue «de lo más distendido». «Nos contó que un día a la semana juega al tenis y estuvieron recordando anécdotas de Perú». En realidad, añade, «fue como un encuentro de amigos que hace mucho que no se ven». «Estuvo muy afable».

Explica también que no perdieron la ocasión, y que invitaron a León XIV «a venir a Zamora y a España», algo que vaticina que ocurra «no a muy largo plazo», ya que recuerda que el Papa «tiene mucha querencia a nuestro país», pues lo visitó muy frecuentemente cuando fue general de los Agustinos. «En sus planes va a estar. Es muy probable», sostiene el sacerdote zamorano, incrédulo aún por la «repercusión tremenda» que ha tenido el obsequio.