Leonor, el enigma de la Princesa desconocida
El hermetismo con el que los Reyes han preservado la intimidad de su hija genera un interés genuino por ella
La Heredera estudia chino, ha recibido una formación de letras y ciencias y conecta con la gente joven
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El 31 de octubre las Cortes Generales se reunirán en el Congreso de los Diputados para un pleno extraordinario en el que serán testigos de la jura de la Constitución por parte de una joven de 18 años. Todo el mundo sabe su nombre ... y desde hace unos meses ha venido protagonizando con más frecuencia portadas de periódicos, espacios de televisión y radiofónicos y, sobre todo, publicaciones en redes sociales. Pero, pese al interés que ha despertado Leonor de Borbón Ortiz, la hija de los Reyes no deja de ser una gran desconocida.
«El hermetismo y la poca transparencia que ha tenido la Casa de S.M. el Rey todos estos años a la hora de comunicar la vida, los gustos y las aficiones de la Princesa ha generado un fuerte deseo por saber más sobre ella», explica a ABC Paco Lorente, profesor de la universidad ESIC Business School. «Cuando prohibimos algo, despertamos el deseo de querer saber más. Lo oculto nos gusta. Nos llama la atención y nos mantiene alerta. Nos lleva a preguntarnos qué va a pasar y cuándo vamos a saber más», añade.
El próximo martes, al alcanzar la mayoría de edad, la Princesa Leonor asistirá al acto más importante en su etapa como Princesa de Asturias. Se abrirá entonces un nuevo tiempo para ella, que se reflejará en que cada vez tendrá más presencia institucional, con más actos oficiales en solitario en la agenda de la Familia Real. El cambio se irá produciendo muy poco a poco y todavía faltan muchos años –ocho, al menos– para que comience a estar más dedicada en exclusiva a la representación de la Monarquía.
Pese a que Don Felipe y Doña Letizia siempre han sido partidarios de que sus hijas pasaran una infancia y adolescencia al margen de la actividad de la Casa del Rey, la Princesa de Asturias ha asistido en toda su vida a unos 70 actos oficiales de la Familia Real. Su primer acto en solitario fue el 24 de marzo de 2021, por el 30 aniversario del Instituto Cervantes. Desde entonces, la Heredera ha asistido a 43 actos en total: 28 con sus padres y su hermana, diez con la Infanta Sofía y cinco en solitario. En cada uno de ellos se han mostrado sus intereses por las letras, la ciberseguridad, el medioambiente, la ayuda humanitaria y el desarrollo y la innovación.
Con su ingreso en la Academia General Militar del Ejército de Tierra el pasado 17 de agosto, la Princesa Leonor comenzó a trazar su propio destino. Llegó a Zaragoza «con muchas ganas y convencida» y con este paso al frente transmitió su compromiso como futura jefa suprema de las Fuerzas Armadas. Al terminar su formación castrense, estudiará una carrera universitaria, que complementará con su correspondiente máster. Si sigue los pasos de su padre, se graduará en Derecho y realizará algún curso de Económicas.
Programación y robótica
Los Reyes siempre han sido conscientes de los abrumadores avances tecnológicos, que han llevado a la irrupción de la Inteligencia Artificial, con su correspondiente paradigma en la sociedad. Por eso han tenido la ambición de orientar a sus hijas desde pequeñas para que cuando fueran mayores tuvieran los recursos necesarios para no caer en el estigma de las profesiones STEM, esa barrera psicológica que hace pensar a las mujeres que no pueden estudiar carreras de ciencias, matemáticas, tecnología e ingeniería. Por eso la Princesa Leonor ha recibido desde que era niña una formación mixta, de humanidades y ciencias. Y ha estudiado robótica y programación en su tiempo libre para estar familiarizada con estas disciplinas. En cuanto a idiomas, no es nada nuevo que –además de hablar las lenguas cooficiales– es bilingüe en inglés, habla francés, chapurrea árabe y desde hace años estudia chino.
Desde la Casa del Rey no dan ninguna pista sobre el futuro de la Princesa de Asturias más allá de su formación militar. Van día a día y mes a mes. Tampoco se sabe nada sobre los gustos, aficiones y preferencias de la futura Reina de España. «Es como la veis», se apresuran a decir desde Zarzuela cada vez que algún periodista se interesa por algún aspecto un poco más privado de Leonor, algún detalle que permita conocerla un poco más. No se sabe si comparte con sus padres la pasión por las artes; es más de estar en casa; o si, por ejemplo, pinta en su tiempo libre. Lo que no ha heredado de los Reyes es la pasión por el deporte.
Cada edad tiene su afán. Mientras la Princesa vivía una infancia y adolescencia tranquilas, en su casa le transmitían la importancia del esfuerzo y disciplina diarios. Prudencia, sensatez, amabilidad, ejemplaridad... son otras de las cualidades con las que se desenvuelve la Princesa. Los Reyes han sido unos padres preocupados y ocupados en su formación, tanto personal como profesional.
Don Felipe y Doña Letizia no querían, bajo ningún concepto, criar a una princesa guisante. De ahí que ella se haya hecho la cama todos los días de su vida desde que su madre le enseñó a hacerla, de la misma forma que es su responsabilidad ordenar su cuarto y guardar la ropa en el armario. En el internado en Gales también se lavaba la ropa, pero nada que ver con el quebradero de cabeza que supone hacer la colada en 'la general', donde tiene que estar pendiente de una aplicación móvil para reservar una de las tres lavadoras que hay en todo el recinto para todos los estudiantes del Ejército de Tierra.
Aquellos que la conocen y la han visto crecer, coinciden al afirmar que los dos años que pasó en Gales y la instrucción castrense que recibe ahora, le han sentado muy bien. «Tiene mucha más confianza en ella misma. Cuando va a los actos hace más preguntas. Se nota que le interesan más las cosas porque va con los temas muy aprendidos. Está muy informada y documentada», explican. Tiene «dos buenos ejemplos» de los que aprender. Tanto es así que la Princesa de Asturias tiene muchos rasgos en el carácter que recuerdan a Don Felipe y Doña Letizia, como la prudencia, la atención o el interés genuino que tiene por todo, además de un sentido del humor que comienza a asomar con cierta destreza y discreción.
Capacidad de observar
La Princesa Leonor es, además, una joven que transmite serenidad y calma porque es muy observadora. Esta cualidad le ha permitido comenzar a desarrollar una intuición que le será muy útil en su vida personal y profesional, porque con ella podrá anticipar movimientos y reacciones de todos aquellos que se acerquen a ella.
Después de unos años de crisis institucional a causa de los escándalos de Juan Carlos I, la Princesa Leonor es un puntal para la Corona porque los jóvenes conectan mucho con ella. De ahí esa 'Leonormanía' que se ha desatado desde este verano, porque ella pertenece a una generación que se enfrenta a desafíos desconocidos y que deberá responder ante ellos. Y en este sentido, la Heredera conecta con los problemas y realidades de la gente de su edad. Lo curioso es que genera interés pese a ser una chica desconocida.
«En una época donde por redes sociales sabemos casi todo de casi todo el mundo, nos llama la atención y nos choca que de un personaje tan público como es la Princesa no sepamos nada», reconoce Lorente. El profesor dice que «es un ejemplo muy bueno»: «Pertenece a un modelo de familia que ha protegido mucho a sus hijas y ahora, a punto de cumplir 18 y con una cabeza más amueblada, empiezan a exponerlas. Muchas veces exponemos a nuestros niños más de la cuenta sin pensar en los riesgos que suponen las redes rociales». En este sentido, «es muy responsable lo que han hecho los Reyes. A lo mejor ha sido algo extremo, pero está bien», afirma.
Y concluye: «Puede parecer que la Casa del Rey o la Familia Real ha perdido oportunidades de conectar con los ciudadanos, de transmitir cercanía y naturalidad, pero se puede ver como algo responsable hacia una niña que no deja de ser eso: una niña». El 'método Leonor' frente al enigma de una Princesa a la que nadie conoce, es algo que funciona. .
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