INCENDIOS FORESTALES
El inagotable 'cuerpo a cuerpo' contra el fuego en Tenerife: «Es frustrante, no logramos pararlo»
El trabajo que hace el operativo de incendios, desde el rango más bajo al más alto y desde todas las brigadas y administraciones es «titánico» y «con mucha tensión»
El incendio de Tenerife, a las puertas del Parque Nacional del Teide

El representante de la Asociación Profesional de Agentes Forestales y Agentes de Medio Ambiente de Canarias AFMACAN, Antonio Barro, se confiesa «cansado, muy cansado» y es que aún después de cinco días de lucha incansable contra el incendio forestal en Tenerife, el fuego sigue avanzando imparable. «Es una frustración enorme cuando después de 7 horas luchando y trabajando una zona el fuego salta y ves que la has perdido», relata a ABC, «estamos acostumbrados a trabajar duro, días enteros luchando contra el fuego, pero con este incendio la sensación es que no se paran los frentes» y eso es desgarrador para quienes se dejan la piel entre el fuego y el humo.
Este es «quizás, el peor incendio desde el punto de vista técnico del ataque que ha sufrido la isla», por su inaccesibilidad, por su gran extensión y por el paveseo que «se salta las líneas de defensa».
«Sientes que no ha servido para nada, que la maniobra funciona para cerrar una zona y de repente cambia el viento de forma virulenta y nos vemos obligados a recular».
Normalmente, cuenta este agente con más de 30 años de experiencia en primera línea, «el primer y segundo día vas detrás del fuego, pero el tercero ya lo vas acotando, lo vas parando, le cercas la llama». En este caso no está siendo así. «Pocas veces se cuenta esta sensación de frustración que tenemos porque estamos entrenados» pero el trabajo que hace el operativo de incendios, desde el rango más bajo al más alto y desde todas las brigadas y administraciones es titánico y sobre todo »físicamente muy cansado y con mucha tensión, que anímicamente te come». Con turnos de hasta 15 horas seguidas «la tensión va haciendo mella», y «aunque cuesta», él y sus compañeros también están preparados para «estar, seguir y para aguantar, para mantenerte arriba».
Confiesa la pena de ver lo que se ha perdido, pero aunque duela la prioridad son siempre las personas, y proteger las viviendas e infraestructuras. Esta es la parte más compleja, el interfaz urbano forestal, «porque cada casa que hay que proteger lleva mucho tiempo, y «por paveseo se reproducen fuegos por toda la zona y eso significa, vuelta a empezar» y »consolidar núcleos de población».

Casa por casa, ataque-contraataque
Ahora mismo los núcleos de población a proteger «son tierras de cultivo abandonadas con mucha vegetación, que llevan a un fuego muy virulento» y por eso la estrategia es esperar a que golpee y baje la intensidad de llama para ahí entrar y apagar. Más del 90% de las viviendas en Canarias «soportan el primer embate del fuego sin quemarse», señala, «el problema son esas brasas latentes en los alrededores si el perímetro no está limpio, un toldo, basura, que va quemando con alto poder calorífico, rompe un cristal y entra dentro de la vivienda». Con las viviendas es un «casa por casa, ataque-contraataque».
Desde Tacoronte a Santa Úrsula está lleno de casas, y sobre todo «parcelas abandonadas y viviendas metidas en el monte». La ciudad «sube y el monte baja» y a la hora de un incendio se crea un escenario muy peligroso.
El incendio en Tenerife ya nació con la peor de las previsiones, y es que el fuego metido en la dorsal «es muy complicado de controlar» ya que «el viento cambiante lleva a escenarios donde es imposible acceder y muy complejos para asegurar frentes». En la dorsal es es »un fuego complicado en paredes verticales donde hay mucho combustible porque no se puede tratar ni hacer labores preventivas» y cuando arde «lo hace libremente».
En zonas de barranco hay que buscar dónde atacar, explica, porque hay zonas que tienen una veintena de barrancos con riesgo de atrapamiento. El avance hacia la ladera de Tigaiga es peligroso aunque «allí tenemos cortafuegos y una parte ya quemada del pasado año».
En este incendio «no acabamos de cerrar ninguno de los frentes porque no podemos dar por seguro ninguno» por el momento. A pesar de las duras condiciones, Antonio Barro es «optimista», porque «estamos en horas decisivas» y confía en poder »controlar zonas». Hay «equipos muy entrenados y medios por todos lados, con materiales y formados, aunque es una superficie muy extensa».
«Hay que replantearse las cosas»
Durante años se han vivido incendios en las islas, pero no de este tipo. Antonio conoce bien los montes tinerfeños y de las islas y lo vivido en estos últimos años obliga a «replantearse las cosas». Asegura que no le gusta hablar del cambio climático porque «parece que nos excusamos en él» pero la realidad es que mientras «antes teníamos un incendio grande al año, y a veces ni eso, ya este año llevamos varios en Canarias». No es un fenómeno canario, ya «pasa en todo el mundo».
«Tenemos un problema con el cambio climático, cada vez tenemos menos panza de burro y en la cumbre ya no hay la humedad que permitía a la vegetación estar más fresca y verde». Baja la intensidad del mar de nubes y »esa parte de monte está más seca que nunca».
«Hay que replantearse las cosas, con calma repensar la gestión completa del medio natural», porque a su juicio «hay medios suficientes y preparados, brigadas especializadas y cada vez más pero ante un incendio así no damos a basto» porque »hay que pensar que el problema no es la extinción sino la gestión previa para que cuando llegue un fuego se convierta en gran fuego forestal». Hay que «pensar en frío y meditado cuál sería la estrategia general de mantenimiento de los bosques y la naturaleza».
«No debemos tener casas en el monte ni huertas abandonadas que son carga de combustible». Mientras antes se hacía un uso racional de los montes ahora «tenemos excursionistas, acampados, ciclistas, caballos, parapentes» y aunque «eso está bien y es bueno ese uso más grande del medio natural supone riesgo» porque «las posibilidades de que de un descuido lleve a un incendio se agravan».
De mismo modo, ha destacado la importancia de «impulsar la investigación de las causas», para «darle fuerza, conocer el origen, si hay culpable y sancionar». Hay indicios suficientes para sospechar el origen provocado de este fuego «porque parece que fueron varios focos en una hora y una zona donde no suele haber nadie». Investigar y dar con el origen y los culpables «es una carrera de hormigas», pero «hace falta el detalle de los conatos y dar un paso por delante para saber a lo q nos enfrentamos». El pirómano «no viene a buscarte», por lo que apuesta por brigadas especializadas y un empujón a esta área de investigación para ponerles freno.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete