Sexo, fiestas y drogas: los otros Titos Berni de la corrupción andaluza

Pero el político canario no es ningún pionero en estas prácticas tan poco edificantes en jornadas reivindicativas como las de hoy, Día de la Mujer. El paisanaje de la corrupción andaluza está poblado de 'titos berni', cargos públicos de sus mismas siglas políticas que llenaron páginas en la prensa y horas de telediario por haber costeado con fondos públicos juergas regadas con alcohol en clubes de alterne.

El precedente más cercano es Fernando Villén Rueda, director de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) entre 2003 y 2011, que se enfrenta a seis años de prisión por pagar con dinero público «los servicios recibidos en distintos locales de alterne de Sevilla y otras provincias andaluzas que frecuentaba», según el auto del juez que lo va a sentar en el banquillo.

El que fuera secretario general del Empleo en la Ejecutiva del PSOE andaluz (2008-2010) usó tarjetas de crédito institucionales para pagar 32.566 euros en burdeles entre los años 2004 y 2010, en quince días diferentes. La entidad pública, que está siendo investigada en los juzgados por enchufismo y uso fraudulento de dinero público, se financiaba con subvenciones para formar a desempleados de Andalucía, la comunidad con más paro de España.

Los gastos reiterados en prostíbulos son la punta del iceberg de los múltiples desmanes cometidos en los despachos de la Faffe. Una auditoría encargada por la Junta en la pasada legislatura reveló que el Gobierno socialista usó la fundación para enchufar a 16 personas en la Administración autonómica días antes de cerrarla.

Las irregularidades de la Faffe han dado tanto trabajo a los jueces como juego a los políticos. Juanma Moreno (PP), sin ir más lejos, inició la campaña electoral autonómica de 2018 –que lo aupó a la Presidencia andaluza– con una rueda de prensa frente a la fachada del club de alterne Don Angelo, en Sevilla. En su interior, Villén abonó con una visa 14.737 euros en una sola noche de farra, entre el 22 al 23 de marzo de 2010.

El dueño de este local erótico, José Ruiz García, desfiló por una comisión de investigación creada en el Parlamento andaluz para depurar las responsabilidades políticas. A la Cámara acudió también el chófer del ex alto cargo para contar a sus señorías que él mismo había entregado un sobre (supuestamente con dinero) a personal del club Don Angelo después de que se anularan los cargos en la tarjeta efectuados tres días antes. El conductor oficial confesó que «varias veces» había llevado al exdirector a «los sitios de lucecitas», pero él prefería no inmiscuirse en esta afición porque «si tiene esa debilidad, no es mi vida».

A Fernando Villén el sórdido escándalo no le costó el cargo. El Gobierno de José Antonio Griñán ya lo había relevado en 2011, cuando extinguió la Faffe. Pero algo tiene en común con el protagonista del caso ERE, el fallecido Francisco Javier Guerrero: un chófer que delata los pecados de su jefe. El del exdirector de Trabajo de la Junta declaró a la juez que se había gastado hasta 25.000 euros al mes en la compra de cocaína para consumo propio y de su superior con el dinero de las ayudas que recibieron irregularmente sus empresas. Guerrero lo negó todo con una declaración de principios: «Ni he sido un putero ni me he dedicado a la drogodependencia». «Me tengo por una persona jovial», añadió.

El mismo año que la Junta cierra la Faffe presentó su dimisión como delegado de Obras Públicas y Vivienda de la Junta en Huelva el socialista Miguel Ángel Domínguez, por echar mano de la visa platinum municipal para pagar supuestamente en un prostíbulo cuando era alcalde de la localidad onubense de Valverde del Camino. La tarjeta reflejaba siete abonos por un importe total de 3.685 euros en el burdel Los Daneses, ubicado en Camas, cerca de la capital sevillana, en febrero de 2011. La Fiscalía de Huelva archivó las diligencias a los pocos meses de su apertura porque la cuantía gastada había sido devuelta a las arcas municipales días más tarde.

Menos fortuna tuvo el alcalde de La Puebla del Río, el socialista Julio Álvarez. Le cayeron tres años de cárcel y seis de inhabilitación ese mismo año por llamar a una línea 'caliente' y a una sola mujer con el móvil de este ayuntamiento sevillano. En poco más de un año se había 'pulido' 6.098 euros, según la sentencia, por su afición al 'prostíbulo virtual' que espolea la fantasía erótica de los clientes sin espejos ni luces rojas ni contacto carnal.

La Audiencia de Córdoba condenó a otro año de prisión al secretario del exalcalde socialista de Baena, Luis Moreno, y a otro funcionario, por tejer una trama de facturas falsas para justificar, entre otros, los gastos de sus visitas a un conocido club de alterne de Marbella, el Milady Palace, a costa a las arcas locales. El secretario hablaba con total desahogo de los «chanchullos» con el exregidor y de sus reservas por emplear dinero de su bolsillo en locales donde se ejerce la prostitución. «A mí me da cosa gastarme dinero mío… en estas cosas», comenta en una conversación intervenida por la Guardia Civil. Cuando se utilizaban fondos públicos, no se andaba con tantos remilgos.