El no de Teresa Rodríguez para volver a liderar Podemos Andalucía

Esta decisión no supone que vayan a abandonar la política ni mucho menos. Por el momento, mantendrán sus actas de diputados en el Parlamento andaluz como miembros de la confluencia de Adelante Andalucía. Más adelante, ya se verá. Otro asunto que está sobre la mesa es si la corriente Anticapitalista que lidera Teresa Rodríguez y el eurodiputado Miguel Urbán se decide finalmente a marcharse de Podemos y a fundar otro partido, como están barajando y decidirán el próximo domingo. Esta sería, desde luego, la opción preferida por Pablo Iglesias que este martes no tuvo empacho en decir públicamente que sería «lo más lógico» por la «incompatibilidad» de la estrategia política de Podemos con la de los Anticapitalistas. «No hay por qué estar a la fuerza en un partido político si no estás de acuerdo con la línea política de ese partido», dijo a La Sexta.

Ya le pasó con Íñigo Errejón y el resultado no pudo ser más favorable para los intereses políticos del actual vicepresidente del Gobierno.

Pero las urgencias de Teresa Rodríguez están ahora en Andalucía . La decisión de no volver a aspirar a liderar la formación en la comunidad autónoma ha sido largamente meditada y debatida en el seno de la dirección que lidera Teresa Rodríguez y los motivos son políticos. El primero y principal es el importante abismo que separa a Teresa Rodríguez de una buena parte de la militancia de Podemos en Andalucía. La gaditana ya no es la líder que arrastraba a sus postulados políticos a la mayoría de la formación morada cuando llegó en 2015, cada vez tiene más críticos que no comparten su manera de hacer las cosas.

Entienden que hay un clima de oposición a todo, una falta de empatía con otras corrientes y unas posturas muy rígidas que impiden negociar acuerdos beneficiosos para la organización.

También está la presión de Pablo Iglesias que ha ganado el pulso que mantenía con la lideresa andaluza. El secretario estatal de Podemos y vicepresidente del Gobierno ha logrado imponer su criterio en la forma de conformar el partido, con un modelo presidencialista que favorece su liderazgo. Podemos Andalucía no será nunca un partido independiente, como Compromís , tal y como era la aspiración de Teresa Rodríguez. Iglesias no ha permitido autonomía ninguna a la federación andaluza, que lleva años peleando por tener un grupo propio en el Congreso —¿cómo habría sido la negociación de la investidura si Andalucía hubiese tenido un grupo propio en Podemos?— y por disponer de un CIF independiente de Madrid así como controlar el censo de inscritos.

El pacto de Gobierno que Iglesias ha firmado con Pedro Sánchez para el Gobierno de la nación también ha sido criticado por la dirección de Teresa Rodríguez que siempre se ha posicionado en contra de este acuerdo porque considera que traiciona el espíritu de Podemos.

Precisamente una de las claves del perfil público de Teresa Rodríguez es que siempre dice lo que piensa . Considera que la coherencia es uno de sus principales valores políticos y está dispuesta a ejercerla a cualquier precio. Muchas veces sin calcular bien las consecuencias.

De hecho, Podemos Andalucía ha criticado varias actuaciones del Gobierno central en el que están sus compañeros, «nosotros vamos a defender los intereses de los andaluces por encima de todo», ha dicho cada vez que se le ha preguntado. Una postura que Teresa Rodríguez entiende que refuerza al partido en Andalucía sobre todo porque el PSOE ha optado por callar y decir sí a todo lo que viene de Madrid.

Hay, además, otro problema grave y de fondo. La coalición Adelante Andalucía, el proyecto político que tanto ilusionó a Teresa Rodríguez y a Antonio Maíllo cuando era el coordinador de IU, ha fracasado . Es francamente difícil que ambas fuerzas políticas vuelvan a presentarse como coalición de partidos a unas elecciones. El proyecto común que tenían Podemos e IU no ha sido capaz de levantarse tras el varapalo sufrido en las elecciones del 2 de diciembre.

Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo formaban un tándem político perfectamente engrasado que funcionaba bien en el trabajo interno, de cara a la opinión pública y también en cuanto a su agenda mediática, dejando también espacio para el discurso andalucista. Pero la marcha de Maíllo ha sido un duro golpe para esta coalición y las relaciones con Izquierda Unida ya no son tan fluidas como antes. Todo lo contrario.

La llegada de Toni Valero a la coordinación general de IU en Andalucía ha cambiado radicalmente las cosas , a pesar de que es de la misma corriente política que Maíllo. Valero apuesta por reforzar el papel de IU en el Gobierno central y quiere poner todos sus esfuerzos en defender el trabajo de Alberto Garzón, el ministro de Consumo.

Toni Valero es, además, un líder extraparlamentario (lo que no le ocurría a Antonio Maíllo) por lo que tiene que plantear una agenda alternativa para hacerse visible. No vale ya alternar las voces para que ambos se conviertan en referentes políticos y sociales.

También hay diferencias de concepto ya que Teresa Rodríguez no está dispuesta a llegar a acuerdos con el PSOE de Susana Díaz (lo mismo que le sucede a la socialista con Rodríguez, por cierto), lo que en IU entienden que perjudica la estrategia global que pasa por reproducir en Andalucía el acuerdo que ambos partidos han alcanzado con el PSOE. Lo mismo que hacen PP y Ciudadanos.