El GAR de la Guardia Civil: la fuerza que batalló contra ETA, a por el narco en Andalucía

El GAR es una fuerza especial de la Guardia Civil contra las organizaciones que tienen un fuerte enraizamiento en la sociedad y controlan el territorio donde operan. Nació en 1979 en la comandancia móvil de Logroño. Su misión era eliminar el arraigo de ETA y segar las raíces dentro de los pueblos . En un tiempo en el que la banda había incluso izado su bandera en uno de los municipios del País Vasco. En ese contexto había que entender al enemigo, sus apoyos, por qué era acogido entre la población y atajarlo.

El primer despliegue GAR se produce en febrero de 1980 tras un atentado. La banda regaba de sangre las calles sin saber que era el principio del fin. Desde entonces este grupo de la Guardia Civil ha sido parte central de la lucha contra el terrorismo, máxime cuando fijó su base en Logroño definitivamente, donde desde los años 90 tiene también su centro de formación. «El objetivo era restaurar el principio de autoridad en el País Vasco y esa misma es la misión en Andalucía con el narcotráfico» , afirma el comandante Ramos, que lleva en el GAR desde 1981, cuando entró como guardia. Pasó por otros destinos, pero siempre ha estado ligado a este grupo especial, donde ha ido ascendiendo hasta ser el comandante.

Su labor es de apoyo a los grupos de investigación y de información . El GAR no estaba solo, pero operaba en el terreno con vigilancias, rastreos o controles de objetivos para desarticular comandos en los años en los que ETA mataba a cientos de personas cada año. Los mismos que secuestraban a empresarios que se negaban a pagar las extorsiones que la banda exigía para financiar su guerra ideológica. En su haber está, por ejemplo, la operativa de la liberación de José Antonio Ortega Lara con la brigadas de Información, el funcionario de prisiones que ETA se llevó del garaje de su casa y enterró en un zulo de Mondragón 532 días.

Buscaron sin descanso a Miguel Ángel Blanco antes de aquel estallido nacional de las manos blancas contra la violencia etarra. Y en esa misión siguen desplegados. Pese a que cesó el fuego de las armas, el GAR sigue trabajando dentro de las competencias del Estado en antiterrorismo y bandas organizadas. No hay descanso.

Esa experiencia de décadas luchando bajo el plomo la trasladan a otras zonas, como es el caso de Andalucía , remarca el comandante, cuyo grupo realiza operaciones junto a los equipos de investigación de las comandancias provinciales, bajo la batuta siempre por Órgano de Coordinación de Operaciones Contra el Narcotráfico (OCON-SUR) y apoyados por el Centro Regional de Análisis e Inteligencia Contra el Narcotráfico (CRAIN).

Dentro del Plan Especial del Ministerio de Interior los datos cantan. Cada semana el narcotráfico recibe un duro golpe. Se les retiran miles de kilos de hachís, medios de todo tipo y millones de euros. El último recuento superaba los 250 millones euros en el valor de lo incautado y los 50 millones en metálico. Han caído los principales clanes tradicionales , como 'El Messi del hachís', 'Los Castañas', 'Los Pantoja' o los de 'Kiko el Fuerte'. Algunos llegaron a controlar el 70 por ciento del hachís que entraba en Europa .

El esquema de trabajo es el mismo que contra ETA, pero adaptado a otro tipo de delincuente. «Este no tiene motivaciones ideológicas, lo mueve el dinero» , afirma Ramos. Es la razón por las que son tan importantes las operaciones contra el blanqueo de capitales. El poder de estas organizaciones reside en qué y a quién pueden comprar , por eso hay que quitarles el dinero que manejan para debilitarlas y hacerlas desaparecer. En la memoria está 'El Titi' comiendo langosta y dando órdenes por su teléfono móvil desde una celda en Algeciras.

Esos grandes clanes fueron los que consiguieron convertir la costa de Andalucía en un salvaje oeste sin reglas, donde embestir a un policía y mandarlo a la UCI era una medalla dentro de la organización. Contra ellos llevan casi cinco años luchando las autoridades con un despliegue especial de este grupo , que se compone de ocho secciones llamadas EDR. Estos equipos se desplazan desde Logroño a Andalucía en período de unos 35 días de actividad.

Ese tiempo se reparte entre ciclos de días operativos, de entrenamiento e instrucción, así como de descanso. « El entrenamiento es fundamental para poder automatizar los movimientos cuando vas a entrar a una detención o cuando te mueves en un lugar peligroso, donde tienes que pensar en neutralizar el peligro y no en cómo lo tienes que hacer», señala uno de los agentes desplegados en una operación contra el narcotráfico en Málaga.

Estos equipos están apoyados por una serie de refuerzos para su protección en el despliegue. El GAR cuenta dentro de sus secciones con drones para las vigilancias. Estos aparatos también sirven para las contravigilancias, ya que muchas organizaciones tienen esta misma tecnología para ver llegar las Fuerzas de Seguridad y controlar sus movimientos.

Al mismo tiempo, el despliegue cuenta con equipos sanitarios de intervención rápida . La labor del GAR conlleva riesgos y peligros vitales, como aquel narco que los recibió a disparos en Alhaurín el Grande. En la lucha contra ETA han tenido enfrentamientos y en Andalucía también. «La motivación del narco es el dinero. No está dispuesto a perder la carga. Embiste, atropella, está dispuesto a ir a por ti. El etarra si no tenía una salida clara abortaba, pero estos no» , señala el comandante, quien dice que el extremo de esta conducta es el yihadista, que incluso quiere morir mientras cause el mayor daño posible. Por esto, es necesario en cada despliegue un equipo que entre en caso de heridos para hacer el primer auxilio y garantizar que el lesionado esté estable hasta que es evacuado a un hospital.

Los equipos tienen también agentes caninos , que no sólo son útiles y están entrenados para detectar drogas, armas o dinero oculto. Estos perros de la Guardia Civil también están preparados para neutralizar objetivos que se muestren agresivos o violentos. Todos estos movimientos los vigilan desde la distancia los tiradores de precisión (francotiradores). El grupo tiene este tipo de efectivos para controlar y en un caso extremo de peligro llegar a neutralizar de una forma «quirúrgica» y limpia.

Su entrenamiento, experiencia y buenos resultados luchando contra un enemigo que conoce el entorno mejor que ellos, hace que sean un ejemplo y que por su centro de formación pasen expertos de policías internacionales a empaparse de sus métodos. De hecho, están formando una unidad similar en los países del Sahel para poder combatir el yihadismo. Ese tipo de terrorismo también lo enfrentan en España. El GAR lleva años desplegado en Cataluña, sobre todo después de los atentados de Las Ramblas y de Cambrils.

Actualmente, tras abandonar con el resto de fuerzas españolas Kabul (Afganistán), el GAR está destinado a la protección de embajadas como las de Nicaragua o el Líbano . Es donde en muchos casos se viven los momentos más complicados. La muerte «es algo asumido» , tanto para los mandos como para aquellos que entran en una intervención, pero no estar con la familia en los momentos más duros no es algo que se pueda sobrellevar fácilmente. Los nacimientos o las enfermedades graves son el momento más complicado. «Aquí cuando llamas alguien te dice 'qué necesitas'. El que no va al riesgo es el que se enfada. Sobran los voluntarios» , añade Ramos.