Cuando Susana Díaz «quería» a Pedro Sánchez

Lo más curioso de todo es que hay listas con los nombres y las aportaciones de quienes entonces participaron económicamente para financiar la campaña a las primarias de Pedro Sánchez. En la Diputación de Sevilla, por ejemplo, Paco pedía la aportación —siempre voluntaria— mientras que Loli se encargaba de cobrarla apuntándolo todo en una lista que se guarda con mimo. Y lo mismo en todas las instituciones gobernadas por el PSOE a las que se pedía colaboración a los cargos de confianza que en ellas trabajaban.

La dirección del PSOE andaluz sabe que no va a ser fácil explicar que el hombre por el que se apostó en 2014 como la solución para el PSOE se ha convertido en el problema principal para el partido y que aquel contra quien se luchaba a machamartillo, Eduardo Madina, es ahora un amigo leal. Sobre todo, porque todavía no se puede decir que Susana Díaz va a dar el paso para convertirse en secretaria general. Es más, hay muchas voces que ya dudan de que eso vaya a producirse aunque fuentes de su entorno aseguran que nada ha cambiado, que los planes siguen adelante.

La preocupación que cunde en San Vicente tiene una base real. Hay datos demoscópicos —hay quien sostiene que incluso una encuesta con todos sus perejiles— que aseguran que Pedro Sánchez tiene más partidarios en Andalucía de los que ni él mismo soñaría. Ciertas voces, no sanchistas precisamente, hablan de un apoyo de la militancia que podría rondar el 60% .

Por eso en el PSOE andaluz no hacen más que contar y contar. De hecho, los vídeos de Pedro Sánchez en Dos Hermanas han sido más vistos por los partidarios de Susana Díaz que por los suyos propios. También había que identificar caras porque el aparato sabe que la agrupación que dirige Francisco Toscano no tiene más de doscientos militantes.

El propio Pedro Sánchez estima en un 35% el apoyo que podría tener en Andalucía, una cifra que le garantizaría la Secretaría General del PSOE, previsiones muy halagüeñas para el madrileño y que, oficialmente, el PSOE-A considera un atrevimiento fuera de la realidad. Lo que no dicen públicamente es que es un cálculo por lo bajo.

Pero todavía queda tiempo. En dos meses pueden cambiar mucho las cosas en el clima interno del PSOE y de eso Susana Díaz y su equipo más cercano saben de sobra. De hecho trabajan incesantemente para cambiar las percepciones actuales de los militantes. Y no sólo los de Andalucía. Fuera de la comunidad, Susana Díaz también se prodiga aunque lo hace en reuniones privadas y con personas clave.