Antonio Bolívar Interlocutor de la Policía con la Administración sanitaria
«Los profesionales sanitarios habían llegado a normalizar las agresiones»
Andalucía copa el ranking de agresiones a sanitarios; la Policía convence para que haya denuncias
J. J. Madueño
Málaga, con 27 denuncias por agresiones al personal sanitario, es la provincia de España con el peor dato a cierre de 2020 , según las cifras aportadas por la Policía Nacional. La segunda es Sevilla, con 19 y la tercera, Cádiz con 13. El ... personal de los hospitales y los centros de salud andaluces son los que más sufren la ira de los pacientes y donde los interlocutores sanitarios, como Antonio Bolívar, agente destinado en la Comisaría Provincial de Málaga , tienen un trabajo más arduo. Este tipo de policías nacieron en 2017 como coordinadores entre las administraciones de salud y las Fuerzas de Seguridad del Estado para dar respuesta a las incipientes agresiones que se vienen produciendo.
¿Qué es un interlocutor sanitario?
Somos el puente entre sanitarios y policía. Es una labor de segunda línea. Los que acuden ante una llamada son los compañeros de la patrulla de Seguridad Ciudadana, pero nosotros los dotamos de herramientas para ser más eficaces. Por un lado, se pone en marcha la denuncia in situ. Había sanitarios que, si tenían que acudir a comisaría, recordar lo ocurrido, volver a contarlo… Al final desistían y no había denuncia. Ahora hay un formulario que se confecciona en el momento a mano, que luego se deja en la oficina de denuncias y allí toma cuerpo de atestado. Nosotros hacemos seguimientos de la denuncia y vigilamos que todas las diligencias se cumplan en las diferentes administraciones, hasta que llega a la autoridad judicial.
¿Por qué hay tantas agresiones en Andalucía?
No hay datos específicos antes del protocolo de 2017, pero hasta ese momento era una incidencia más. Málaga siempre tiene un índice de agresiones alto, que va correlacionado con el resto de índices delincuenciales de la provincia. Es una provincia compleja y este caso no es una excepción, al igual que Andalucía. Es la primera en denuncias a nivel policial. Eso no es que haya más agresiones que en otros lugares, sino que aquí están más convencidos a denunciar.
Habrá una relación…
Uno de nuestros objetivos principales era sacar a la luz estas agresiones. Había un problema latente. Existían situaciones que las víctimas no hacían públicas. Los sanitarios habían llegado a normalizar las agresiones. Era normal llamar «x» a un médico, atosigarlo y hasta coaccionarlo. Esos comportamientos estaban normalizados. El personal lo llevaba con mucho pesar.
¿Es normal coaccionar a un médico?
Llegar a una mutua y presionar para que me den la baja es una coacción. Luego veremos el tipo penal dependiendo de la gravedad. Esa coacción, siempre que no pasara a mayores, no se denunciaba. Hay muchas figuras que son punibles por vía judicial sin llegar a pegar a un sanitario, que se quedaban en un limbo y generaban una sensación de victimismo en el agredido y de impunidad en el agresor. Eso había que corregirlo. Por eso, una de nuestras principales acciones ha sido concienciar al personal sanitario para diera el paso y denunciara.
¿Dónde está el límite para que sea denunciable?
No hay límite. Los sanitarios son trabajadores y nadie tiene que provocarles una merma física ni psicológica. En el momento que se produce un hecho agresivo hay que denunciarlo. Luego ya veremos si tiene recorrido judicial. Cuando se recibe una respuesta intolerable por parte de un paciente hay que levantar la mano y dar una alarma. Luego los agentes daremos la respuesta adecuada, la administración sanitaria dará la suya y la autoridad judicial hará lo que se tenga que hacer, pero no hay que tolerar ningún tipo de respuesta agresiva o violenta hacia un sanitario. Es intolerable.
¿Se pueden prevenir estas situaciones?
Estamos creando una cultura de la seguridad al personal sanitario. Esto es concienciarlos de que hay una nueva dimensión en el trabajo diario. Ellos deben saber identificar un riesgo. Una reacción explosiva que surge en un segundo no la pueden prever, pero sí es cierto que en la mayoría de los casos se les ve venir. Hemos hecho actividades formativas con el personal sanitario hasta 2020 con más de 200 profesionales para explicar esto. Ahora retomamos después del parón por el coronavirus para poder llegar a todo el personal sanitario. Sólo pedimos sentido común y capacidad empática. No se puede tratar a todos de la misma forma y hay que saber cómo gestionar a las personas. No todo el mundo reacciona igual; hay que desarrollar técnicas de contención verbal para resolver situaciones o para ganar tiempo para que llegue una ayuda.
¿Dónde hay más agresiones?
En los hospitales y los servicios de urgencia, por la atención continuada durante 24 horas y el tipo de situaciones. Cualquier problema se puede magnificar. Además, son lugares donde el enfermo está acompañado. El nervio del acompañante suma y empeora la situación. Una de las cosas que más nos han sorprendido en este tiempo son las agresiones al personal de las ambulancias. No esperas que alguien agreda a la persona que viene corriendo a ayudarle.
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