La Junta de Andalucía impulsa dos planes para que el mar absorba el CO2 en Cabo de Gata y Bahía de Cádiz

En este escenario, el Consejo de Gobierno que se celebró ayer de manera telemática —junto a Juanma Moreno están los consejeros de Sostenibilidad, Ramón Fernández-Pacheco, y el de Política Industrial y Energía, Jorge Paradela— se centró sobre todo en asuntos relacionados con la revolución verde que forma parte de la estrategia política del Gobierno andaluz.

Moreno anunció un plan de cuidados de fondos marinos, una iniciativa que lidera la Consejería de Sostenibilidad y que supone un paso estratégico en la política andaluza. Con ella pretende impulsar la protección y conservación de la biodiversidad marina y la mejora de su hábitat, favorecer la adaptación al cambio climático y la resiliencia de las costas mediante las energías marinas renovables y la transición hacia una economía circular en los mares y costas.

La clave de esta iniciativa es trabajar para que los fondos marinos aumenten la capacidad de ser sumideros de dióxido de carbono. El Gobierno andaluz ya ofrece a las empresas compensar sus emisiones de CO2 con la plantación de árboles en zonas estratégicas; el cuidado de los fondos marinos va en el mismo sentido.

Y hay dos proyectos pilotos en carbono azul, uno en las praderas de posidonias del Cabo de Gata y otro con la vegetación asociada a las marismas de la Bahía de Cádiz. Para ello se ha creado un grupo de trabajo específico con diversas empresas interesadas y del que ya forman parte empresas como Cepsa, Navantia, Iberostar, Metro de Málaga o Cosentino.

En Andalucía, el mar genera 300.000 empleos, entre 4.000 y 5.000 pymes andaluzas, más del 10% del PIB anual andaluz y una facturación de 17.000 millones de euros al año. Los casi mil kilómetros de costa andaluza y su posición en el encuentro de dos cuencas marinas, la Atlántica y la Mediterránea, hacen de Andalucía una región con una fuerte identidad marina que queda reflejada en la cultura, la economía y en el sistema de asentamiento y organización del territorio de la comunidad. Actualmente, el uso urbano ocupa un 30% de la franja litoral.

Dentro su agenda de ayer, la delegación andaluza mantuvo un encuentro con un grupo de empresas españolas que están participando en la cumbre asociadas bajo el nombre de Grupo Español para el Crecimiento Verde, asociación formada por más de 50 empresas de diversos tamaños, perfiles y sectores que comparten que la transición ecológica es también una gran oportunidad por sus múltiples retornos.

El mensaje del presidente andaluz fue claro: «Andalucía tiene capacidad, talento, recursos y la determinación de su Gobierno para hacer de ella un punto de referencia en producción y consumo energético, es un territorio estable y seguro para invertir en energías renovables». Sobre todo en iniciativas ligadas a mitigar los efectos del cambio climático.

En ese encuentro, el presidente andaluz desveló que está desarrollando una política para lograr la soberanía energética en 2023. En los últimos cuatro años se ha incrementado la potencia renovable instalada hasta llegar al 52% del total de generación eléctrica, para convertir a Andalucía en la primera comunidad en energías eléctricas renovables, cubriendo el 75% de las necesidades por medios sostenibles.