Misterios de Jaén: apariciones fantasmales en el 'Palacio de los Niños'
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José Manuel García Bautista
Sevilla
Este singular y bello edificio se encuentra en la calle Maestra de Andújar, su fachada impresiona tanto como su historia, una historia de fidelidad y gratitud en un pasado que hoy rinde tributo a la cultura como parte de las instalaciones municipales.
En ... su interior lo imposible se manifiesta: ruidos extraños, quejidos lastimeros, desaparición de objetos, psicofonías como «nos espían aquí» o una mujer que lacónicamente dice «Sí…»
Son sólo algunos de los inquietantes fenómenos que se viven en su interior y que en el pasado podría encontrarse la clave de los hechos que acontecen en la actualidad.
Fue en tiempo de Pedro I 'El Cruel' cuando el caballero don Gome de Valdivia, se batió con honor por Castilla y su rey contra los moros en el «cerro de la manzana».
Hubo cientos de bajas por ambos bandos y ni uno ni otros pudieron decir que habían vencido. Retirados al caer la noche llegó don Gome a Andújar donde el rey le dijo:
«No os mando degollar porque en ello tendrías el descanso y la redención de vuestra falta. No os hago preso durante todos los días que restan de vuestra vida, que ello me privaría de vuestros servicios, de los que estoy tan necesitado, contra todos mis enemigos. Os ofrezco así la oportunidad de poder quitaros la espina y volváis por vuestro buen nombre de valiente. Mi castigo será, que de ahora en adelante entréis en vuestra casa palacios por la puerta trasera, la cual está destinada a vuestra servidumbre. Y mientras viváis la puerta principal permanecerá tapiada. Con esto obtendrás la humillación y la vergüenza por vuestra cobarde conducta contra los moros».
Y la puerta fue tapiada, pero pese a ello el nombre siguió siendo fiel al rey.
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Una vez murió don Gome el rey reconoció el error y permitió a sus hijos reabrir la puerta principal de la casa palacio, pero los hijos, llenos de cólera y rabia, decidieron que permaneciera tapiada y con una guardia que impidiera tirar aquella puerta cumpliendo la voluntad del monarca.
En la puerta se colocaron dos maceros pétreos que vigilarían eternamente aquella puerta y desde entonces se denominó como 'Casa-Palacio de los Niños de don Gome'. El espíritu que mora en su interior tal vez sea el del noble que, desde el más allá, reclama por la injusticia que cometió su rey.
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