Análisis

Huelva tiene agua suficiente para Doñana

La falta de infraestructuras hídricas en la provincia y la atroz sequía son sus verdaderas amenazas, no los agricultores del entorno

Imagen de Doñana tomada en el 50 aniversario de su declaración como parque nacional Raúl Doblado

Romualdo Maestre

En el siglo XX se sacaban los santos de los pueblos en andas para que mediante rogativas trajeran las aguas del cielo a las tierras y así poder bendecir las buenas cosechas . En la actualidad, las organizaciones ecologistas recogen firmas para que los ... agricultores de Huelva «no pongan en peligro de extinción los flamencos y las garzas reales de Doñana».

Pero la realidad es tozuda antes y ahora. Cuando no llueve y falta el agua en una zona sólo cabe una solución: trasvasarla de donde sobra. Las precipitaciones acumuladas a lo largo del presente año hidrológico en Andalucía se encuentran un 42% por debajo de la media establecida en los últimos 25 años , según se desprende del Informe Pluviométrico que mensualmente elabora la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

En 2018 el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó con carácter de urgencia un decreto ley para abastecer de agua al Condado de Huelva desde las cuencas de los ríos Odiel, Tinto y Piedras

Y en Huelva hay agua suficiente para todos, incluso Doñana. Baste ver que sus embalses se encuentran al 74,2% de su capacidad mientras que los del Guadalquivir apenas aguantan un 30 por ciento del total. El humedal más importante de Europa, reserva mundial de la Biosfera y parque nacional de Doñana tiene dos graves amenazas, la persistente sequía que padece no sólo Andalucía sino media España y la falta de infraestructuras hídricas de Huelva. En 2018 el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó con carácter de urgencia un decreto ley para abastecer de agua al Condado de Huelva desde las cuencas de los ríos Odiel, Tinto y Piedras. Los 19,9 hectómetros cúbicos darían para que los agricultores de la zona norte no tuvieran que seguir usando el agua de los pozos que están esquilmando uno de los acuíferos, el 27, de los que se nutre Doñana.

Este trasvase descansa en tres pilares fundamentales: las obras del mismo; hacer un bypass en el túnel de San Silvestre que con más de 50 años de antigüedad es un cuello de botella por donde pasa el 90 por ciento del agua para toda Huelva y la construcción de la presa de Alcolea. Cuatro años de absoluta dejadez en los presupuestos generales del Estado con unas obras estimadas en total en unos 250 millones de euros aproximadamente ha impedido que se pueda atacar de frente la grave sequía. Lo fácil era en este caso desviar la atención y acusar a unos agricultores que llevan más de 40 años cultivando frutos rojos —fresas, arándanos, moras y frambuesas— de «robar el agua de Doñana». Para hacernos una idea de lo que supone este sector de los ‘berrys’ en la provincia basta fijarse en que sólo en exportaciones superan los mil millones de euros al año, da trabajo a cien mil personas, sesenta mil más si contamos los empleos indirectos y las explotaciones son de pequeño y mediano tamaño, con alrededor de 1.300 productores.

Las aguas ácidas

Lo más chirriante del tema, algo que los ecologistas pasan por alto, es que la no realización de la presa de Alcolea, —se encuentra abandonada desde hace cinco años después de aportar el Estado en su día 72,5 millones de euros—, afecta de forma preocupante al medio ambiente. Hasta que no se finalice el embalse no se podrá neutralizar la contaminación ácida por los lixiviados de pasivos de la cuenca minera de la provincia. Los lixiviados son líquidos que se forman como resultado de pasar o «percolarse» a través de un sólido. El líquido va arrastrando distintas partículas de los sólidos que atraviesa. Estos residuos suelen ser inertes, esto es que no son solubles ni combustibles, ni biodegradables. La primera beneficiada por la presa de Alcolea será la marisma del Odiel.

Y todo esto lo sabían de sobra los socialistas de los pueblos de la comarca afectada por la regularización de los cultivos: Moguer, Lucena del Puerto, Bonares, Rociana y Almonte. Del PSOE es también su plan especial de ordenación de las zonas de regadío de la corona forestal de Doñana de 2014 de la que se quedaron fuera los agricultores que ahora reclaman sus derechos. Este ha sido el motivo de la abstención esta semana en el Parlamento andaluz de la nueva proposición aprobada por PP, Cs y Vox que asombra a Madrid y a los recoge firmas. Suele ocurrir cuando se construye la política desde los lucidos tejados y se obvian los cimientos.

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