Las huellas fósiles de Doñana más numerosas del mundo

Un nuevo estudio publicado el pasado 19 de octubre en la revista internacional Nature y dirigido por el catedrático de paleontología de la Universidad de Huelva Eduardo Mayoral ha fijado las huellas encontradas hace dos años en la zona intermareal del entorno de El Pichilín, de la playa Castilal de las dunas fósiles del Arenosillo, en casi 300.000 años frente a los 106.000 que se barajaba inicialmente. Son por lo tanto 200.000 años más antiguas de lo que se pensaba. De esta forma se trataría de restos correspondientes al Pleistoceno Medio y no el Superior, como se había interpretado inicialmente. Se trata de una época de cambio climático en el que la línea costera se encontraba unos 20 kilómetros más adentro y el nivel del mar era sensiblemente inferior. El estudio destaca que en este periodo «los climas fríos y secos caracterizan a estos estadios en el centro de la Península Ibérica y especialmente en el norte de Europa.

Sin embargo, las zonas costeras del golfo de Cádiz sirvieron como reservorios de comunidades vegetales termófilas en estos periodos fríos, favoreciendo el asentamiento de poblaciones humanas. Esto indicaría un clima más templado y húmedo, con altos niveles freáticos, abundante vegetación y desarrollo edáfico y/o lagunar». Esto permitía la existencia de una amplia llanura hoy cubierta por el agua fértil y ventajosa para la existencia de este tipo de homínidos emparentados como el hombre actual.

Los datos refuerzan el valor de un yacimiento que se ha erigido como el más importante del mundo en lo que a huellas de homínidos se refiere, ya que solo hay 4 más en todo el planeta, y este es el más extenso y mejor conservado, con casi 300.000 años de antigüedad. Además, es único en la península Ibérica y Europa. La nueva datación abre entre otras cosas la posibilidad de que podría no tratarse de huellas de Neanderthales, como se pensó en un principio, sino de homínidos Pre-neanderthales.

Eduardo Mayoral Alfaro, investigador principal del grupo que ha liderado el proyecto, explicó en la entrega de una réplica de las pisadas al Ayuntamiento de Almonte, que «estamos ante un yacimiento único, apenas hay 4 más en el mundo y estos tienen muy pocas pisadas, mientras que el de Matalascañas tiene una gran variedad». «Esto nos permite reconstruir el ambiente, su actividad, la composición del grupo, la edad de los individuos que lo formaban, y un largo etcétera que nos aportará mucha información sobre la época en cuestión», señala Mayoral.

La nueva datación del yacimiento fue posible gracias a una nueva técnica por luminiscencia estimulada ópticamente que según explica la publicación especializada National Geographic es un método utilizado para obtener la edad absoluta de los sedimentos que han sido expuestos completamente a la luz solar. Algunos minerales enterrados almacenan la carga liberada debido a su exposición a las radiaciones ionizantes. Gracias a la técnica de luminiscencia estimulada ópticamente se puede determinar cuándo el sedimento estuvo expuesto a la luz solar. La técnica de datación por luminiscencia se basa en la medida de la señal que producen los minerales de cuarzo y feldespato principalmente.

El yacimiento de Matalascañas tiene un enorme valor, ya que los registros fósiles de homínimos del Pleistoceno Medio son muy escasos en Europa. Hasta ahora, según se recoge en el artículo de Nature que detalla las claves del descubrimiento, solo se han encontrado huellas de este período en los yacimientos de Terra Amata y Roccamonfina (Italia), datadas entre 380.000 y 345.000 y atribuidas a Homo heidelbergensis, y en los yacimientos de Biache-Vaast (Francia) y Theopetra (Grecia), con una antigüedad de entre 236.000 a 130.000 años, atribuibles en este caso a Homo neanderthalensis.

Las nuevas evidencias de la riqueza del yacimiento de las dunas fósiles del Arenosillo mantienen la esperanza de los investigadores de encontrar más pruebas. Los trabajos liderados por el equipo internacional de Eduardo Mayoral siguen su curso ya que los restos pueden ofrecer muchos datos para conocer la evolución de los homínidos que recorrían el suelo de la Matalascañas actual.