Las niñas salvadas en Almuñécar de ser vendidas iban a huir para no ser obligadas a casarse

Como adelantó ayer este periódico, los padres y madres de ambas chicas, que son primas, se encuentran en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Almuñécar después de ser arrestados por la Guardia Civil acusados por trata de seres humanos, coacciones y amenazas . Tres de los progenitores investigados han sido identificados como M.M., S.M. y D.M., tienen entre 25 y 40 años y son de origen rumano.

María -nombre ficticio- había sido vendida por 3.500 euros, botellas de whisky, dos ovejas y un cerdo y debía contraer matrimonio con un adolescente de 16 años que pertenecía a un clan asentado en Asturias cuyos padres pagaron para más dinero de lo estipulado porque la menor era virgen. La ceremonia debía celebrarse en mayo. En el caso de Elena, la otra víctima –también nombre ficticio-, no había fecha para la boda aún. Con 13 años, sus padres ya le habían advertido que antes de los 15 debía casarse con un adolescente al que conoció en febrero durante otro enlace. Y como con su prima, el precio a pagar iba a ser elevado debido a que no ha tenido relaciones sexuales. Al negarse a ser vendidas, las dos menores planearon huir de Almuñécar y desplazarse a Madrid para escapar de su familia. Esta circunstancia se iba a producir el mismo día en que, gracias a la colaboración ciudadana, los Servicios sociales municipales tuvieron conocimiento de la delicada situación de ambas y actuaron con celeridad. Según pudo saber este periódico por distintas fuentes, la primera de las menores tenía la intención de no regresar más con sus padres , por lo que cogió su documentación, una mochila que llenó de ropa y unos 500 euros en efectivo que encontró en su casa.

Su prima Elena hizo igual. Simuló que, como cada día, acudía al instituto, aunque en esta ocasión llevaba un bolso con prendas y cerca de 50 euros, con los que pretendía sobrevivir un tiempo en Madrid. La rápida intervención de la Guardia civil evitó esta nueva situación de riesgo para las chicas, que en varias ocasiones expresaron que temían por su integridad si regresaban a sus casas, ya que sus padres y hermanos considerarían una afrenta que rompieran el matrimonio concertado previo pago.

«Toda la familia respaldaba, y lo sigue haciendo, que las niñas tengan que casarse con quien ellos quieran a cambio de dinero», explicaron las citadas fuentes. Por esta circunstancia, se evaluó que las menores carecían de un familiar con el que pudiesen estar seguras, por lo que las distintas instituciones implicadas en el caso decidieron que lo mejor es que ingresaran en un centro de protección de la comunidad. Allí llevan cerca de dos semanas.

La información aportada por las dos chicas en una amplia declaración, en la que realizaron un relato «contundente», reveló a los agentes que estaban ante una práctica que podía ser generalizada y que es difícilmente detectable debido a las coacciones que sufren las víctimas y el carácter hermético de los clanes que la llevan a cabo.

De sus palabras se dedujo un entramado de compraventa de niñas –que disimulan en costumbres y tradiciones de carácter étnico– que posibilita a la Guardia Civil abrir nuevas líneas de investigación en distintas partes del país. María contó que en su entorno familiar más próximo tenía pruebas de esta realidad. Una de sus hermanas se casó obligada bajo las mismas circunstancias; mientras que en el matrimonio de la otra, quien pagó fue su madre, ya que fue ella quien eligió al novio. La víctima también señaló que otra prima suya residente en Asturias y de 12 años de edad presuntamente va a ser obligada a casarse el próximo mes de mayo.