Luis Salvador: «No tengo ninguna duda: el PSOE no permitirá una censura con un tránsfuga en Granada»

Tras los acontecimientos de estos días y las últimas reuniones con el Partido Popular ¿va a seguir siendo alcalde de Granada hasta que acabe la legislatura?

He contestado lo mismo desde el primer día y en casi cualquier puesto político. No cambio la hoja de ruta: partido a partido. No lo estoy diciendo ahora por la coyuntura. La política es vivir cada día haciendo lo que tienes que hacer, cumpliendo tus responsabilidades. Yo soy alcalde de Granada. En todo momento. La política es complicada y muy compleja, pero no vaticino otra cosa que seguir cumpliendo con mi responsabilidad cada día, en este caso, como alcalde de Granada.

Tras respaldar el cumplimiento de su mandato Inés Arrimadas, presidenta nacional de su partido, este lunes ¿de qué depende ahora un posible cambio en la alcaldía? ¿Dará ese paso al lado que le piden desde el PP?

Insisto como siempre en que depende de la dirección nacional. Dependió de ella el pacto que se cerró a cuatro años la Alcaldía para Ciudadanos y será ella quien decida cualquier posible variación.

¿Hubo 2+2 como admitió el portavoz de su partido, Manuel Olivares?

Eso ya lo ha contestado Inés Arrimadas.

Aún con ese apoyo, ¿siente que tiene el respaldo de su propio grupo municipal?

En Ciudadanos en los últimos tiempos, producto de la coyuntura que estamos viviendo, no todo el mundo está en el mismo sitio. Pero mi preocupación no está en mi partido, sino en el equipo de. gobierno.

Granada es una de las ciudades que más ha sufrido la pandemia. Hay que recuperar el tejido económico y la financiación de los fondos europeos va a ser crucial. Todos los acuerdos alcanzados no se pueden poner en peligro simplemente por diferencias personales. Granada no se puede permitir perder 100 millones de euros en financiación.

Si sucediera algo, tengo claro que los granadinos no volverían a votar a quien haya hecho eso en su vida. Tenemos que estar sincronizados y coordinados. Nuestra obligación es estar ahí, en el trabajo para los granadinos y no en otros líos.

¿Es posible esa «sincronización» en la actual situación de inestabilidad que vive el gobierno?

Una cosa es la sensación de inestabilidad que existe, porque hay debates estériles que se ponen encima de la mesa, y otra cosa es el debate real. No hay ningún granadino que se haya quejado porque sus servicios públicos no funcionan. Al contrario, funcionan mejor que antes. No puede haber inestabilidad con una gestión municipal estable. Puede haber diferencias de criterios, pero lo que se ha generado es un debate paralelo.

¿Niega entonces que haya una crisis política?

Se puede reconocer que hay una crisis política por las declaraciones que se han manifestado. Lo que digo es que no hay crisis del trabajo político en la ciudad. Ni ha estado dejada, ni se ha dejado de avanzar ningún proyecto. Eso es lo que yo garantizo. Mi labor como alcalde es salvaguardar esa estabilidad. Y si no es posible que la haya en el aire, al menos que la haya en el día a día.

En una entrevista reciente en este mismo periódico, el secretario general del PP en Granada Jorge Saavedra le acusaba de «falta de liderazgo» y le señalaba como el causante de la «falta de cohesión» en el gobierno municipal

En primer lugar, siempre ha existido cohesión en el trabajo. Mi problema nunca ha sido no tener liderazgo. Creo que Granada tiene un alcalde que da la cara por su ciudad y que es reconocido por sus ciudadanos. Se dicen muchos detalles que no son verdad. Que tengo salidas de tono, que desprecio…y no, yo trato educadamente a todo el mundo, hasta a los que no se portan bien. Nunca he perdido la compostura.

Los granadinos no entenderían que no hiciéramos eso. Lo demás pertenece a las tertulias. Además, no se puede circunscribir a Granada la inestabilidad y tratar todo lo demás sitios como un remanso de tranquilidad.

¿No le parece llamativo que esa estabilidad todavía esté en duda después de dos años? Es probablemente el único ayuntamiento que tiene una crisis de estas características en toda España

La relación con el PP es buena. Una cosa distinta es que cuando cualquier partido, en cualquier ámbito, juega a algo, en ese momento se escenifica. Pero mi relación con todos los concejales del Partido Popular es fantástica y quien siempre ha querido ese debate ya no está en el Partido Popular. Ni siquiera debería afectar.

Bueno, esa persona de la que habla, Sebastián Pérez, deja caer un posible apoyo a una moción de censura por parte de la izquierda. Es de hecho la baza del PP para pedirle que deje el cargo

Esa moción de censura que podría apoyar Sebastián la anula el pacto antitransfuguismo nacional. Ese pacto está suscrito por un gobierno socialista. La declaración institucional aprobada contra el transfuguismo por la Federación Española de Municipios y Provincias, está dirigida por un socialista. No tengo ninguna duda de que el PSOE, a nivel nacional, nunca, ni a nivel local ni a nivel autonómico, permitiría una moción con un tránsfuga como Sebastián Pérez. Esa es la realidad.

¿Cuál es su relación actual? ¿Ha hablado con él últimamente?

Le saludé en el último pleno presencial. Yo soy respetuoso. Pero no debería de importar qué relación tenemos. Lo que él pretende no tiene incidencia en la corporación porque oficialmente ya es un tránsfuga. Además, él mismo dejó caer que no iba a quitar a «un alcalde socialista», refiriéndose a mí, por otro alcalde socialista. Luego suelta que a lo mejor sí lo hace. Dice lo uno y lo contrario. Eso sí que genera inestabilidad.

Ha habido varias filtraciones publicadas en esta última semana. Entre ellas, la grabación de las negociaciones para el reparto de cargos en el gobierno municipal o los vídeos de campaña que tenía preparados para presentarse a las primarias de su partido en Andalucía en 2018 ¿Siente que le están intentando hacer la cama para que dimita?

Hay gente interesada, es evidente. Se está intentando desvirtuar mi imagen permanentemente y tratar de hacer ver lo contrario de lo real. Llevo años en esto y sé cómo funciona. Si alguien me hace un agravio, le respondo con trabajo. Tenemos que estar por encima, aunque tengamos nuestro corazoncito y no nos guste. Yo no me puedo permitir nunca sentir pena o indignación por las cosas que se digan contra mí. Mi sentido de la responsabilidad está por encima de eso. Y el del equipo de gobierno también.

¿Qué imagen cree que se está dando con toda esta polémica? ¿No teme que el ciudadano puede hartarse?

Yo lo que veo en la calle son mensajes de apoyo. Todos los días se me acercan personas que me dicen justamente lo contrario. Me dicen «alcalde», y a partir de ahí todo en positivo. No siento ninguna orfandad ciudadana, sino todo lo contrario. Siento que la gente está orgullosa de su alcalde y su alcalde orgulloso de sus ciudadanos.