Misterios de Granada: premoniciones cumplidas

Ángeles no sabía explicar cómo sucedía esto, pero sabía que no era algo normal. Además, no había nadie en su familia que tuviera este tipo de habilidades, por lo que no podía hablar de ello con nadie. Se sentía sola e incomprendida, y a menudo se preguntaba si estaba perdiendo la cabeza.

Un día, cuando tenía 25 años, tuvo una premonición que cambiaría su vida para siempre. Estaba caminando por la calle cuando de repente tuvo una visión de un accidente de tráfico. Vio claramente un coche chocando contra un árbol y a una mujer joven herida en el interior del vehículo. Sabía que esto no era una simple imaginación, sino una premonición real.

Inmediatamente corrió hacia el lugar donde había visto el accidente en su visión. A medida que se acercaba, comenzó a escuchar los gritos de la mujer herida y los sonidos de los coches que habían chocado contra el árbol. Cuando finalmente llegó al lugar del accidente, vio que todo lo que había visto en su premonición era cierta. Un coche había chocado contra un árbol y había una mujer joven herida en el interior.

Ángeles no dudó ni un momento en ayudar a la mujer. Se acercó al coche y comenzó a hablar con ella, tratando de mantenerla calmada mientras esperaban la llegada de los servicios de emergencia.

La mujer estaba muy asustada y herida, y no tenía a nadie más a su alrededor que pudiera ayudarla. Pero sabía exactamente lo que tenía que hacer, gracias a su premonición.

Finalmente, los servicios de emergencia llegaron y llevaron a la mujer herida al hospital. Ángeles regresó a casa, conmocionada por lo que había sucedido. Sabía que su premonición había salvado la vida de esa mujer, pero no podía explicar cómo había sucedido.

Desde ese día decidió que no podía seguir ignorando sus premoniciones. Comenzó a prestar más atención a sus visiones y a intentar entenderlas mejor. A medida que lo hizo, comenzó a tener premoniciones más claras y detalladas.

En una ocasión tuvo una premonición sobre un incendio en un edificio cercano. En la visión, veía claramente las llamas y el humo negro que salía del edificio. Sabía que era una premonición real y que tenía que hacer algo al respecto.

Llamó inmediatamente a los bomberos, explicando lo que había visto en su premonición. Los bomberos inicialmente dudaron de la información de ella, pero ella insistió en que era una premonición y que podía ser cierta.

Finalmente, los bomberos decidieron investigar el edificio y encontraron que había un pequeño fuego en uno de los apartamentos, que de otra manera podría haberse convertido en un gran incendio si no hubiera sido detectado a tiempo.

Gracias a la premonición de Ángeles el incendio fue controlado antes de que causara daños graves y nadie resultó herido. Los bomberos agradecieron su rápida intervención y le preguntaron cómo había sabido sobre el fuego. Ella sólo les explicó que era una premonición y les pidió que no la tomaran por loca.

A partir de ese momento comenzó a utilizar sus habilidades para ayudar a la gente. Ayudó a encontrar objetos perdidos y hasta a persona, a nivel privado tenía una gran reputación como una persona con premoniciones exactas y había gente que comenzó a buscarla cuando necesitaban ayuda.

Sin embargo, en ocasiones, las premoniciones que tenía eran terribles y la atormentaban. Había tenido visiones de desastres naturales y accidentes que habían matado a muchas personas. Había visto guerras y conflictos que habían dejado decenas de miles de muertos.

Se sentía impotente ante estas visiones y no sabía cómo detenerlas. A menudo, se preguntaba por qué ella tenía este don y por qué tenía que ver cosas tan terribles. A veces, se sentía como una carga para ella misma y para los demás.

Pero a pesar de todo esto no dejó de ayudar a la gente. Sabía que tenía este don por una razón y que tenía que usarlo para hacer el bien en el mundo. A lo largo de los años, ayudó a miles de personas y salvó innumerables vidas gracias a sus premoniciones.

Finalmente, cuando Ángeles tenía 70 años, tuvo una última premonición. En la visión, se veía a sí misma en su lecho de muerte rodeada por sus seres queridos. Sabía que era su hora…

Ángela murió poco después, rodeada por sus seres queridos, tal como lo había visto en su premonición. Su familia me confesó su historia con un único deseo «qué se sepa todo lo que hizo» y hoy cumplo con la palabra dada. Hay personas que tienen ese facultad que nunca se debe tomar a la ligera y deben de tener siempre el respeto, más de los que no entienden las razones por las que se produce.