Coordinador del despliegue del Infoca fuera de Andalucía
Antonio Sánchez: «Los incendios como los de León los veremos en Andalucía en 20 años»
Entrevista
El coordinador del Módulo de Acción Exterior del Infoca explica a ABC la impotencia de enfrentarse a fuegos inabarcables para el ser humano
Así salvaron los bomberos del Infoca un pueblo de las llamas en León
La brigada andaluza que descifra los secretos del fuego
La fuerza de choque contra los incendios en Andalucía
Granada
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Iniciar sesiónAntonio Sánchez Anguita es el director del Centro Operativa Provincial del Infoca en Granada, pero este verano le ha tocado la intrincada tarea de coordinar el despliegue del Infoca fuera de Andalucía. Bajo su mando han estado 122 efectivos con más de 13 medios ... de la Junta de Andalucía en Castilla y León, Orense y dos hidroaviones en Cáceres. Por tierra estuvo desplegado en León siendo parte activa del Módulo de Acción Exterior que la Consejería de Presidencia del Gobierno andaluz tiene operativo dentro del servicio de extinción de incendios de Plan Infoca.
—¿Qué es el módulo de acción exterior del Infoca?
—La idea es para cuando te solicitan ayuda de otra zona o de otras comunidades autónomas, incluso de otro país, puedas aportar lo necesario sin dejar a Andalucía descubierta. Entonces, pues se piden voluntarios. Esta recogido por convenios. Cuando piden ayuda a Andalucía se piden voluntarios y se ofrecen. Aquí en Granada lo montamos para ayudar a Castilla y León, además con dos brigadas en Galicia. Tuvieron la duda de si mandarnos a Zamora, pero nos enviaron a Boca de Huérgano en los Picos de Europa. Me imagino que sería por la similitud. Estamos más acostumbrados a las montañas. Esa noche llegamos sobre las once a León, nos quedamos en los hoteles para entrar al día siguiente. Llegamos al centro de mando de León, había 12 incendios activos y nos mandaron a ese punto. No vamos por libre. El incendio era muy agresivo, teníamos viento de sur muy descendente, poca humedad y mucha temperatura. Tenían diez días ya de calor acumulado y con la cantidad de combustible que tienen allí el monte ardía. La vegetación tiene mucha acumulación por la cantidad de lluvias y por el abandono del campo.
—¿Cómo se coordina?
—Somos un incendio dentro de otro incendio. Al final coordino a mi equipo y hago de enlace con la dirección de extinción. Estoy en el puesto de mando y tengo a mi técnico de operaciones y a los retenes que estaban sobre el terreno trabajando. Nos asignan un lugar y les digo cómo abordar el trabajo ahí. Luego también viene un equipo de logística que nos suministra comida, alojamientos, transporte, agua... No puedes generarles un problema con tu llegada. En León éramos 56 personas y no había alojamiento. Nos fuimos a León. El Ayuntamiento nos facilitó un parking público para que pudiéramos tener todos los vehículos aparcados con seguridad, incluso nos pusieron a la policía local para que nos escoltara hasta salir a la autovía para quitarnos todo el tráfico. Ahí te das cuenta que las administraciones funcionan, que toda la gente se presta, pero que hay cosas que son inabarcables para el ser humano. Llegamos hasta donde pudimos. No somos superhéroes. Mucha gente nos dice que somos héroes sin capa. No soporto esa frase. Lo último que quiero es que mi gente le pase algo en el incendio, ni un arañazo y, además, nos pagan por ello.
—Mucha vegetación, calor, pendientes pronunciadas y viento. ¿Eso hace el fuego incontrolable?
—No tienes forma de actuar. Con todos los dispositivos que hay en España, y creo que de cualquier parte del mundo, estos fuegos son inabarcables. Un fuego de 10.000 hectáreas lo apagamos entre todos, pero esto es otra cosa. Había dos incendios en León, otro en Salamanca, más focos en Zamora, Palencia, Asturias, Galicia, Cáceres... No puedes. Te sientes hormiga con un tren que viene en busca tuya, quieres parar las olas del mar poniendo las manos. No es cuestión de medios. Es que no se puede. El ser humano no puede con una catástrofe así.
—Un incendio de sexta generación.
—Incendios que no somos capaces de abarcar. Lo peor para nosotros es la incertidumbre de cuándo va a acabar, de dónde va a terminar o qué línea de actuación voy a tener hasta que se acabe. Intentas defender flancos, las zonas más fáciles de apagar, intentas ir a ver si ha muerto en alguna cresta porque solo hay roca... Pero sigue avanzando. Sientes impotencia. No puedes atacar con longitudes de llama de 20 metros porque te quemas. Solo puedes hacer contrafuego.
—¿Por qué hay ahora estos incendios tan voraces?
—Hay un abandono del campo. Hemos pasado de una sociedad que vivía en los núcleos rurales y a las ciudades. La gente quiere una supuesta calidad de vida, más ocio, más oportunidades y más servicios. Ya nadie vive en un pueblo que no haya consultorio médico, colegio, banco o farmacia. Son inconvenientes que echan a los vecinos de los pueblos y, al final, quien paga el pato es el monte, que está abandonado y acaba ardiendo. Esos incendios ha sido en la «España vaciada». Pero no se va a arreglar. Nadie va a volver al campo. Nadie quiere ser pastor y muchos tampoco bomberos forestales. Eso hace que no haya quien cuide los montes.
Despoblación
«Nadie quiere ser pastor, hay un cambio de modelo de sociedad que ha abandonado el monte»
—No vive nadie.
—No. Y cuando hay un fuego no hay accesos. No podíamos entrar a muchos de los tajos porque el único camino que había era por el fondo del valle por los prados de las vacas. Los pocos caminos históricos se han perdido, cerrados por la vegetación. Si no hay gente que los transite, no hay gente que explote esos montes, que saque madera, que saque leña, que saque pasto, que quite combustible, habrá fuego. Cuando llega una tormenta seca, una chispa, tenemos un fuego y hasta 12 a la vez en una noche de fatalidad de caída de rayos. Estos incendios los vamos a ver en zonas de Andalucía dentro de 20 años, porque es fruto de la despoblación. Es el futuro y tenemos que estar preparados.
—¿Y qué solución hay?
— Mejorar los sistemas de extinción. Cuanto más profesionalizada esté la gente, está claro que esto irá mejor. Tienes que tener al personal todo el año formándolo, ensayando, practicando y acumulando experiencia con compañeros. Al final van enriqueciendo los dispositivos. En los agravios de unas comunidades con otras, pues cada uno tiene sus circunstancias. A mí no me gusta. Unas comunidades son más ricas por su situación geográfica y otras pues no tienen gente por su situación geográfica o por sus condiciones climáticas. ¿Y qué haces? No es justo, pero lo que haya debe estar profesionalizado.
Profesionalización
«Hay que mejorar los sistema de extinción con profesionalización de sus trabajadores con más formación»
—¿Qué haces cuando ves que no vas a apagar un incendio?
—Priorizas. Lo primero es la vida humana de los que apagamos el fuego y de los que están allí, en el pueblo. Y luego salvar los núcleos de población.
—¿Cómo se gestiona el no poder apagar un incendio?
—Cuando llegué al puesto en el centro operativo de León tenían en una pizarra el despliegue. Estábamos viendo cuatro incendios. Y dije: «¿todo esto son los medios que tenéis desplegados?». Me enseñaron otra pizarra con otros cuatro y otra más con otro cuatro y una tercera con otro cuatro más. Ahí dices a ver lo qué me encuentro. Cuando vimos el humo sabíamos que era un fuego de unas 3.000 hectáreas, pero cuando después de estar ahí todo el tiempo va por 20.000, crees que algo has hecho mal. Hicimos lo que pudimos. Hemos ralentizado el avance a Barniedo de la Reina dos días y eso puede salvarlo. Y si hemos salvado a Portilla de la Reina, pues ese ha sido el objetivo. No fuimos a apagar el incendio, sino a tratar de a ayudar a todos los que sufren la catástrofe.
—Ha dicho que es difícil encontrar bomberos forestales...
—En Andalucía se destina presupuesto, pero hay comunidades que son mucho más escasas de población. Es que ni que los busques. No hay gente, ya están empezando a entrar extranjeros porque no hay españoles. Es que nadie quiere trabajar en esto. Es muy penoso. El calor, el humo o que ahora estamos aquí hablando y en cuestión de un minuto hay que salir corriendo. Prefieren otras cosas que una azada en el monte.
—Sí, pero tiene sus cosas buenas.
—En el puesto de mando en León nos han llevado alguna dedicatoria de «muchas gracias» a Infoca, a los de amarillo. La gente agradece el trabajo. Al final estás en esto por esas cosillas. Esos son los detalles que te dan ese empujón para seguir. No solo son calamidades. Si he podido ayudar en algo la satisfacción es máxima. Nuestro trabajo es de satisfacciones al evitar más calamidad. Por eso no abandonas.
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