La vivienda nueva repunta con fuerza en Córdoba: sus ventas suben un 19% hasta junio

Antes de analizar las cifras, hay que exponer un par de cuestiones relevantes. Una es que este ente público acaba de dar las inscripciones en el Registro de la Propiedad de junio -los últimos indicadores ofrecidos son de ese periodo-, pero hay compraventas que se materializaron en meses anteriores, con el acuerdo previo entre partes y el paso por el notario. Ello supone que la desaceleración se pueda mostrar diluida.

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El otro elemento que se debe valorar, y que da especial importancia a las cifras positivas alcanzadas en el presente ejercicio, es que las cifras de 2023 se cruzan con las de un 2022 excelente. Se comercializaron 8.456 viviendas. Para hallar un dato aún mayor, hay que irse a 2007 -en la despedida de la burbuja del ladrillo, que acabó explotando-. Entonces, fueron 11.015. La cantidad alcanzada el pasado año, además, implicó un alza interanual del 10,1%.

De vuelta a la actualidad, en los seis primeros meses de 2023, encontraron comprador 4.504 pisos. Esa cifra implica un crecimiento respecto al mismo periodo de 2022 del 3,8%. Son 164 más. Han sido los datos de mayo y junio los que han devuelto este indicador a números positivos, porque en el primer cuatrimestre las operaciones experimentaban una caída del 5,1%. El descenso está acorde con un escenario en el que la subida de tipos o la contracción del crédito de la banca afectan al mercado inmobiliario.

Y es la vivienda nueva la que ejerce fundamentalmente de flotador para que el sector emerja aquí entre los factores negativos. Hay un colectivo de población con un poder económico suficiente para resistir la desaceleración de la economía o el escenario inflacionista. Ahora bien, habrá que esperar a ver si los datos de mayo y junio, los que, como se han indicado, han devuelto la estadística a un nivel positivo, son puntuales o marcan una tendencia.

En el primer semestre, en Córdoba, se vendieron 867 pisos a estrenar. Fueron 137 más que en 2022. Es decir, se produjo un aumento del 18,8%.

El último bimestre ha sido clave para esta tendencia al alza. Entre enero y abril, las operaciones con pisos nuevos experimentaron un descenso del 2%. De 537 bajaron a 526. Sin embargo, en mayo, este segmento del mercado inmobilario protagonizó un fortísimo incremento. De prácticamente un centenar de viviendas comercializadas en ese periodo de 2022 se catapultaron a 172. Eso se tradujo en un estirón del 73,7%.

Y en junio las ventas de hogares de primera mano volvieron a anotarse un incremento vertiginoso. Fueron 169. Esa cifra superó en casi un 80% a la registrada un año antes al contabilizarse 75 más.

Por su parte, la vivienda usada, que es el pilar cuantitativo de esta actividad, también salda el primer semestre en cifras positivas, aunque sean modestas. El número de pisos de segunda mano que se comercializaron fue de 3.637 cuando un año antes esa cifra se había quedado en 3.610. Fueron 27 operaciones más, con lo que el aumento se situó en el 0,7%.

En este indicador, sí se pueden ver más los nubarrones que se observan sobre el mercado inmobiliario. La subida del precio del dinero, la incertidumbre sobre la marcha de la economía -la de nuestra provincia, independientemente del escenario general, suele ocupar los puestos de cola- o las tensiones inflacionistas castigan a muchos cordobeses. Es un cúmulo de factores que debilita la demanda.

De hecho, es un indicador concreto, el de mayo, el que ha logrado sacar a flote las operaciones en los pisos usados. En el citado periodo, se vendieron 710 viviendas de este tipo. Fueron 163 más que un año antes -incremento interanual de prácticamente el 29,8%-. Fue una cifra suficiente para enjugar el saldo negativo que acumulaba hasta entonces ese segmento. Porque de enero a abril habían encontrado comprador 2.258 viviendas de este tipo. Eran 140 menos, con lo que el descenso fue del 5,8%.

Y en junio las operaciones se quedaron casi congeladas. Se vendieron cuatro pisos más de segunda mano que en idéntico periodo de 2022, para alcanzar los 669. El incremento porcentualmente se situó en un 0,6%.