La venta de vivienda usada sube en Córdoba un 16% hasta octubre frente a la caída del 7% de los nuevos

Este descenso encaja en el cambio de escenario que vive el sector inmobiliario: con los potenciales compradores moviéndose en un escenario de incertidumbre económica y viendo cómo los tipos de interés se elevan, lo que les supondrá tener que pagar más por su hogar si dan el paso de adquirirlo.

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Francisco Poyato

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Antes de desmenuzar los datos, hay que tener en cuenta dos factores. El primero es que el INE recoge en su estadística las inscripciones en el Registro de la Propiedad de, por ejemplo, octubre, si bien hay compraventas que se materializaron en meses anteriores, con el acuerdo previo entre partes y el paso por el notario. Ello hace que el efecto de la desaceleración se pueda mostrar diluido.

El otro elemento a valorar es que los guarismos del ejercicio en marcha se cruzan con los de un 2021 que fue espectacular en la compraventa de pisos por estos lares. Fue el año en el que más pisos se pusieron en el mercado con éxito en Córdoba desde 2008, con 7.758.

En los diez primeros meses de 2022, en la provincia se registraron 7.109 operaciones. Esa cifra implica un incremento interanual del 11,9%, gracias a que se comercializaron 757 más. Parte de ese crecimiento se asienta sobre un primer cuatrimestre que tuvo un balance más que positivo, brillando los crecimientos de enero (31,3%) y marzo (39,2%).

A partir de mayo, la comercialización de las viviendas ha entrado en una dinámica de dientes de sierra, alternando subidas y bajadas. Eso sí, los aumentos son mucho más fuertes que las caídas.

Como se ha indicado, el crecimiento se debió exclusivamente al segmento de los pisos usados. El número de viviendas a estrenar que se vendieron de enero a octubre se sitúa en 1.149. En idéntico periodo de 2021, esa cifra se había ido a 1.238. Son, por lo tanto, 89 menos, con lo que el retroceso fue del 7,2%.

Las operaciones con los hogares a estrenar acumulan ya seis meses consecutivos de retroceso. Y en el conjunto del ejercicio son siete, porque a todos estos hay que unir febrero.

El panorama de ralentización de la economía, cuyo crecimiento tiene visos de ir frenándose intensamente en 2023, la incertidumbre que flota en el ambiente y la subida de tipos están probablemente llevando a potenciales compradores de pisos nuevos, más caros, a refugiarse en la adquisición de los hogares de segunda mano.

Así, las viviendas usadas, a diferencia de lo que sucedió en 2021 -entonces el mayor crecimiento porcentual fue para las de estreno-, son las que tiran del mercado hasta enjugar la caída de las nuevas.

De enero a octubre, en la provincia se contabilizaron prácticamente seis millares de operaciones de segunda mano. Esa cifra supera en un 16,5% a la alcanzada en idéntico periodo del pasado ejercicio, con 846 pisos más comercializados con éxito en este segmento.

En lo que va de 2022, sólo ha habido retroceso de las ventas de las viviendas usadas en dos ocasiones: abril (-4,7%) y julio (-0,4%). El resto de los meses se saldaron con crecimiento interanual. Destacaron las subidas experimentadas en octubre (35%); enero (38,8%) y marzo (41,2%).