QUEJAS VECINALES
Vivienda vacía en Córdoba, la llave de los okupas
Vimcorsa trata de hacer un mapa de pisos deshabitados mientras las okupaciones se enquistan
IRENE CONTRERAS
A lo largo y ancho de la ciudad proliferan, en unos y otros barrios, los focos de «okupas» . Los de Huerta de la Reina, Fray Albino y zonas del Casco Histórico como San Agustín, La Magdalena o El Realejo son algunos de los ... ejemplos que ha retratado este periódico a lo largo de la última semanas. Los vecinos de los barrios afectados dan fe de las molestias que puede llegar a ocasionar un perfil muy concreto de estos «inquilinos» que se instalan de forma irregular, ya sea en antiguos edificios abandonados del Casco o en promociones de nueva planta que no llegaron a venderse. Acumulación de basura, disturbios, la inseguridad que llega, con la intención de quedarse, a barrios tranquilos.
En torno a esta problemática sobrevuela una cuestión evidente: no habría «okupas» si no existieran viviendas vacías . Durante los años más duros de la crisis, el lema de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) se popularizó como consigna y en Córdoba no era difícil encontrar, sobre los muros de las casas abandonadas del Casco Histórico, pintadas en las que podía leerse aquella frase: « Ni gente sin casa, ni casas sin gente ». Hoy por hoy la realidad social es otra pero sigue habiendo personas sin capacidad económica para afrontar un alquiler y siguen existiendo edificios vacíos. La cuestión es cuántos.
Realizar un censo de vivienda vacía con precisión científica es imposible por distintos factores, y de ello da fe la empresa municipal Vimcorsa , que lleva meses intentando elaborar un mapa lo más aproximado posible de esta realidad en la capital. La metodología se basa en el cruce de todos los datos de los que puedan disponer. El último censo elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, que data de 2013, arroja la cifra de 17.562 viviendas sin habitar . No es un número que pueda tomarse al pie de la letra porque se refiere a los inmuebles disponibles para venta, alquiler o simplemente abandonados. El censo que está ultimando Vimcorsa va más allá. El primer paso ha sido enfrentar los datos del padrón de habitantes con el catastro , pero la complejidad de la vivienda requiere un esfuerzo mayor. «Hay viviendas ocupadas sin nadie empadronado, otras que se utilizan para actividades económicas. La realidad es muy diversa», explica el gerente de Vimcorsa, Rafael Ibáñez .
Para afinar en las conclusiones de este informe la empresa municipal de vivienda ha pedido la colaboración de la Agencia Tributaria para conocer qué pisos se han alquilado o tienen un uso distinto al de la vivienda. Pero el paso más importante, el que permitiría a Vimcorsa acercarse con más precisión a la realidad de la vivienda vacía, es la obtención de los datos de consumo eléctrico de los distintos pisos de la ciudad. Es la prueba del algodón: si un piso no tiene quien lo habite lo demostrará la factura de la luz . Hasta el momento Endesa no ha facilitado al Ayuntamiento estos datos, que son especialmente sensibles y están protegidos por ley.
De lo cuantitativo a lo cualitativo
Ni siquiera de esta manera, reconoce Ibáñez, se obtendría un mapeo riguroso sobre la realidad de la vivienda en Córdoba. Sin embargo, daría a Vimcorsa el punto de partida ideal para dar el salto de lo cuantitativo a lo cualitativo . Para atajar el problema de la vivienda vacía y de sus consecuencias no sólo interesa saber cuántas casas sin gente existen, sino por qué están deshabitadas . ¿No reúnen las condiciones de habitabilidad? ¿Requieren de una intervención que no puede abordar el propietario? Para dar respuesta a estas preguntas, Vimcorsa va a poner en marcha un proyecto financiado con fondos del Plan Emplea para personas desempleadas que consistirá en realizar un censo puerta por puerta y comprobar la situación en la que se encuentran las viviendas. En inicio se iba a restringir a las VPO, pero Vimcorsa quiere extenderlo para cubrir esta labor «in situ».
Si la causa es otra, es decir, si la vivienda se encuentra en perfecto estado pero está vacía y fuera del mercado, se abre un nuevo campo de trabajo. «Aquí hay que filtrar en función del propitario », explica Ibáñez. Una promoción de viviendas de una inmobiliaria quebrada cuyos activos absorbió un banco no se puede medir con el mismo baremo que el piso que heredó una familia reacia a ponerlo en alquiler. «Para movilizar la salida al mercado de los pisos de pequeños propietarios hay que hacer una labor de fomento, ofrecer garantías ante posibles casos de deterioro, que es lo que más preocupa», afirma el gerente de Vimcorsa. Otra de las medidas que se ha planteado en múltiples ocasiones en el seno del cogobierno, aunque no se ha llevado a cabo, es el gravamen especial del IBI para los pisos vacíos. El objetivo último es que salgan al mercado el mayor número posible de viviendas «teniendo en cuenta la función social».
Mientras la Administración trata de atajar un problema al que no se le ve solución a corto plazo, los vecinos sufren las consecuencias de un asunto que se ha enquistado en determinadas zonas especialmente sensibles, como el Casco Histórico . «Se están ‘okupando’ casas del siglo XVI. Ya no es sólo una cuestión de convivencia, también de cuidado del patrimonio», lamenta Rafael Soto , de la asociación de vecinos San Agustín. Se refiere, matiza, a un movimiento organizado de «okupas» que desliga de los casos de necesidad extrema. « En el barrio hay ‘okupas’ buenos , que no sólo no molestan sino que contribuyen a hacer el barrio habitable. De esos no tenemos queja», explica. La denuncia de Soto va dirigida a lo que considera tramas organizadas de delincuentes que han convertido la Axerquía en una zona incívica en la que abunda el trapicheo de droga . La colaboración entre administraciones y entre los distintos cuerpos de seguridad es imprescindible, defiende, para evitar que el problema se siga trasladando de un punto a otro. «Los que estaban en un sitio ahora están en el Realejo y mañana estarán en otro sitio», lamenta.
Lo que está sucediendo en la Axerquía es observado con preocupación por los vecinos de la Medina. La presidenta de la asociación de vecinos, Lourdes Martínez , reconoce que existe «preocupación» entre los habitantes de esta zona del Casco por que los edificios abandonados se conviertan en un nuevo foco de «okupas». La asociación ya ha pedido al concejal de Urbanismo, Pedro García, que se ponga en contacto con los propietarios de los inmuebles abandonados para instarles a arreglarlos porque suponen además un peligro para los vecinos ante el riesgo de derrumbe.
Palacetes como los de la calle Isaac Peral no suelen pertenecer a los pequeños propietarios de los que habla Ibáñez. Están en manos de bancos o de personas con amplitud económica a las que no les preocupa esperar a que llegue una buena oferta de compra para un edificio que se cae a pedazos. En este sentido, el gerente de Vimcorsa recuerda que la legislación permite la puesta en marcha de órdenes de rehabilitación de viviendas si lo estima preciso, para iniciar obras que correrán a cuenta del propietario del inmueble. Esta opción conlleva un problema añadido: qué pasará después con el edificio. En los últimos años han proliferado proyectos que prevén convertir edificios patrimoniales en hoteles con encanto . «Corremos el riesgo de que el Casco acabe convertido en un lugar para turistas, y eso juega en contra del propio turismo», señala Ibáñez.
La otra cara de la moneda está en los edificios que son propiedad de entidades bancarias . Los vecinos critican el desinterés que muestran por las viviendas de su propiedad que son ocupadas y causan molestias a los vecinos. Sólo ellos pueden iniciar el proceso judicial que acabe con la expulsión de los «okupas». Una de las entidades señaladas ha sido Sareb , el conocido como «banco malo», propietario de la antigua fábrica de hielos de La Magdalena que lleva años ocupada. Sareb se defendió afirmando que denunció en 2015 a los «okupas», si bien fuentes de esta entidad aclaran que ante casos de ocupación irregular se intenta a llegar previamente a una solución pactada a través de alternativas habitacionales y alquileres sociales. En la provincia, Sareb tiene unas 120 viviendas.
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