La Magdalena, otro foco de «okupas» en el Casco Histórico de Córdoba

El procedimiento se lleva por la vía civil a través de un levantamiento que será ejecutado próximamente, según informaron a ABC fuentes judiciales. Es el segundo caso que sale a la luz este mes, después del de los «okupas» del p alacete del siglo XVI en el Realejo , pero la presencia de estos inquilinos ilegales en la Plaza de la Magdalena no es nueva. Según relataron varios de los vecinos de la zona, el edificio, que está abandonado y es propiedad de la Sareb desde que quebró la constructora que lo adquirió, lleva ocupado varios años. La representante de la asociación vecinal La Magdalena-Regina , Laura Montes, afirma que la expulsión de los «okupas» no solucionará nada porque durante los diez últimos años se han producido otros desalojos y siempre han vuelto. « Mientras siga abandonado no se va a solucionar », explica.

El escenario que se abre cuando se pasea por la calle de Santa Inés en dirección a la plaza de la Magdalena es el de un edificio casi en ruinas abierto a un patio en el que se acumulan todo tipo de objetos formando una especie de trinchera. A través de las ventanas de las habitaciones del inmueble puede verse ropa tendida , el síntoma inequívoco de que alguien ha hecho de ese sitio su hogar, aunque los balcones que dan a la plaza están tapiados y las puertas cerradas con un rudimentario candado. Desde las terrazas colindantes puede verse la acumulación de basura del patio . Los «okupas» son personas con problemas de exclusión que utilizan el inmueble para resguardarse y a menudo salen a la plaza a asearse y lavar la ropa en la fuente.

Los vecinos consultados por ABC reconocen que las molestias que ocasionan los «okupas» son escasas, pero afirman que la situación no puede mantenerse así eternamente por las condiciones de insalubridad en las que viven. No son conflictivos, pero su presencia en ese edificio abandonado y la acumulación de objetos y basura crea malestar y hace que muchos vecinos eviten la zona en la que se encuentran, sobre todo cuando cae la noche. La asociación vecinal ha remitido al Ayuntamiento escritos denunciando la situación y la Gerencia de Urbanismo ha instado a la propietaria a ofrecer soluciones, pero el estado de abandono del inmueble y el solar colindante, sólo protegido por una valla provisional y fácil de retirar, puede constatarse a simple vista. Los vecinos han propuesto que se protejan y tapen los restos arqueológicos que se hallaron en la zona para habilitar el solar como aparcamiento e instalar una zona de juegos infantiles . Por ahora sólo se ha limpiado superficialmente la zona para evitar incendios de cara al verano, según explica Montes.

La historia se repite a lo largo y ancho del Casco Histórico cordobés: inmuebles abandonados que son utilizados por personas sin hogar ni recursos para instalarse. Es un problema que se ha enquistado en barrios como San Agustín o en el entorno de la Fuenseca. El punto común que tienen todos los casos es la situación de exclusión social de los «okupas» y el abandono de los edificios: junto a la citada vivienda de la Magdalena se extiende un solar que lleva años pendiente de atenciones . Se trata de una zona, recuerdan los vecinos, que en su día estuvo plagada de viviendas plurifamiliares como las de las tradicionales casas-patio . A día de hoy muchas permanecen sin rehabilitar.

En el caso concreto de la Magdalena, los vecinos insisten en que el problema no son los «okupas» sino el estado de abandono del inmueble . Asumen que es necesario sacar de allí a las personas que están ocupándolo ilegalmente por meras razones de seguridad: el edificio puede caerse en cualquier momento. Además, consideran que su propietario tiene que implicarse para garantizar la salubridad y seguridad de los vecinos de la zona, que ven el solar convertido en un nido de infecciones, insectos y ratas a raíz de la acumulación de basura procedente de la rebusca de contendedores.

Según la representante de los vecinos de esta zona, los habitantes del barrio se sienten « impotentes » ante el abandono del edificio, que se encuentra en plena plaza de la Magdalena. El barrio ha mejorado en los últimos años con la recuperación de la iglesia como centro cultural y la reforma de la plaza, pero el ruinoso edificio sigue siendo un asunto pendiente del que están cansados de informar al Ayuntamiento. No es ninguna novedad ni algo que pase desapercibido. «En los últimos diez años ha pasado por aquí de todo», lamenta Montes.