Un siglo de belleza de los Patios de Córdoba a través de los pinceles

La belleza de los patios no es algo nuevo y de ello dan fe las abundantes obras pictóricas que desde el siglo XIX y hasta nuestros días han reflejado estos espacios, las cuales podrían formar incluso un singular museo.

Todos los grandes pintores de la Edad de Plata cordobesa, en un contexto marcado por la pintura regionalista y la reivindicación de lo propio, se acercaron a ellos. También hoy son muchos los que lo hacen, entre ellos esa legión de artistas que participan en el concurso de pintura rápida ‘Córdoba y sus patios’ que convocan la Fundación Viana de Cajasur y la Diputación, el cual ha tenido entre sus participantes a pintores contemporáneos como el cordobés Manuel Castillero , el lucentino Jaime Jurado o el pozoalbense Sabino Moreno .

La historiadora del arte Mercedes Valverde explica que «el patio era el corazón de la casa y así fue como lo reflejaron nuestros pintores, que nos han dado a conocer cómo se vivía en ellos a través de sus obras». «Allí se cosía, se tendía la ropa, se guisaba e incluso se pelaba la pava en el pozo», añade.

Y son esas estampas cotidianas las que que aparecen en estos cuadros de artistas como los hermanos Romero de Torres o los grandes ilustradores cordobeses de la revista ‘Blanco y Negro’ de ABC , como el prieguense Adolfo Lozano Sidro y el cordobés Ángel Díaz Huertas .

También otros alumnos de Rafael Romero Barros como Rafael García Guijo o Tomás Muñoz Lucena o pintores del XIX hoy apenas recordados como Francisco Ramos, conocido como Ramitos. La lista no se remite sin embargo sólo a los pintores cordobeses, pues otros artistas del periodo pasaron por Córdoba también sintieron la inspiración en estos espacios.

Es el caso del valenciano Joaquín Sorolla , que pintó el patio más célebre de Córdoba, el de los Naranjos, y del asturiano Darío de Regoyos, que en una estancia en la ciudad pintó el amplio patio de la casa de los Marqueses de Priego , hoy sede de las Escuela de Artes y Oficios Dionisio Ortiz.

En el caso de los Romero de Torres, la utilización del patio como espacio pictórico se corresponde con su periodo inicial, según explica Mercedes Valverde. De inspiración les servía el patio en el que vivían, en la Plaza del Potro .

Allí residía la familia y de ese espacio se valían se para reflejar estampas cotidianas de gran belleza y que siempre transmiten serenidad y una sensación de tiempo detenido, de eternidad. Reflejo de esa etapa y de esa pintura son cuadros muy conocidos de Julio Romero como ‘La siesta’ , ‘Pereza andaluza’, ‘Mal de amores’ o ‘Mujer asomada a la puerta del jardín’.

Los contrastes cromáticos y la presencia constante de figuras femeninas en ese entorno doméstico son dos claves que se repiten en todas estas obras tempranas del gran pintor cordobés de la Edad de Plata.

Sobre los que podríamos definir como los pintores viajeros también se ha escrito en los últimos años y cada vez se conocen más datos de sus estancias y lo que hicieron en Córdoba. En el caso de Joaquín Sorolla, se sabe que estuvo en la ciudad en 1910 gracias a un proyecto de la Hispanic Society of America y que durante su viaje, que hizo acompañado por su familia, trazó un precioso apunte del Patio de los Naranjos .

Algunos años antes, en 1905, también había pasado por Córdoba Darío de Regoyos , que aprovechó esa estancia, en compañía de su amigo Pío Baroja, para pintar una serie de paisajes de la Córdoba de la época.

Su entorno predilecto fue el barrio de Santiago y el Palacio de Benamejí, cuyo patio pintó con técnica impresionista en una obra en la que aparecen de fondo la torre de la parroquia de San Andrés o la Sierra. De la fértil estancia del artista de Ribadesella en Córdoba se han escrito varios artículos muy interesantes en el magnífico blog del Hotel Viento 10 .

La tradición pictórica en torno a los patios queda por último vigente en el concurso de pintura rápida que organiza la Fundación Viana y que garantiza que se sigan creando obras relacionadas con estos espacios.

El último ganador de este certamen, Manuel Castillero , reconoce que ganar este premio es «un auténtico honor» y explica que la naturaleza y los patios son dos temas muy importantes en su obra y que suelen protagonizar muchas de sus exposiciones en las galerías de Granada, Madrid o Tánger con las que trabaja. Sobre la composición del cuadro ganador indica que «desde hace tiempo quería pintar el patio del Callejón de los Gatos , que es el más antiguo del que se tiene noticia en Córdoba».

También señala que ha huyó en su elaboración de las tendencias más habituales actualmente y decidió colocar al Patio «como el c entro de la obra , como un personaje central escoltado por las dos masas oscuras que dan entrada al recinto, lo que me permitía un encuadre equilibrado, más contemporáneo y alejado de ciertos dejes que son muy comunes en este tipo de certámenes». Con ello se demuestra que los patios aún hoy llaman la atención de estos pintores que los renuevan con técnicas actuales y nuevas perspectivas. Su belleza, su atmósfera, siguen siendo y serán una fuente de inspiración.