Lozano Sidro muestra en Priego de Córdoba su don para ilustrar los relatos de Blanco y Negro

Como explica el Museo ABC, Adolfo Lozano Sidro (Priego de Córdoba, 1872-1935) dedicó una parte significa de su obra a ilustrar cuentos, novelas y pequeñas piezas de teatro que la revista «Blanco y Negro», en la que tantos trabajos publicó, daba todas las semanas. Se trataba de relatos por entregas , generalmente breves, que estaban entre lo cultural y lo comercial: por un lado se ofrecían piezas de calidad y por otra se alimentaba a los lectores y se les incitaba a que siguieran comprando la publicación en espera de la siguiente entrega en que se iría desvelando cómo evolucionaba la trama. Hubo relatos cortos, novelas seriadas y piezas teatralizadas que coincidieron con su época de mayor éxito, cuando estaba en plena madurez.

Las obras que se exponen hoy forman parte de uno de los géneros a los que más atención dedicó Adolfo Lozano Sidro: el llamado retrato social . En muchas ocasiones, como explican los organizadores de la exposición, españoliza a los personajes y sitúa la acción en el contexto que le es conocido. Y eso que muchos autores son extranjeros, como la norteamericana Alice Muriel Williamson o la francesa M. Maryan , pseudónimo de Marie Deschard. ¿Tienen estas piezas una menor envergadura que sus portadas? Sólo aparentemente, ya que en ellas muestra su habilidad con el trabajo con el lápiz, que le obliga a gamas cromáticas más limitadas, pero en las que también se siente cómodo. También puede desarrollar los retratos, en los que muestra su pericia académica.

Los espectadores podrán conocer obras con un fuerte componente narrativo, como aquella que se titula « El espejo no miente », y que se publicó por entregas en marzo de 2018. Es una historia en la que tiene que haber un componente de crueledad importante, porque aparece una mujer haciendo daño a un niño, siempre con una paleta cromática muy limitada que sin embargo no quita expresividad. Ilustra una obra de José Ortiz de Pinedo . Casi siempre las ilustraciones tienen gran ambición , como aquella que acompaña a «Pase de comedia. Puede ir usted al baile», un texto de Ortiz de Pinedo. El pintor hace una valiente composición en la que una mujer se viste para un espectáculo. La silueta femenina es azul, mientras que el resto de la obra, el lugar en el que lo hace, es de color amarillo. De vez en cuando viaja a La Habana Colonial y recrea sus paisajes, como en la que acompaña en 1928 a una novela corta de García Sanchiz.