Precursoras

Fue pasando el tiempo y a la par que crecía en la ciudad la popularidad de las siervas de María, aumentaban las necesidades modernas, disociadas siempre del cuidado y el tiempo que necesitan ancianos y enfermos. La incorporación de la mujer al trabajo conllevó la cesión de cuidados a otras manos y las esclavas de María observaron cómo su asistencia cubría el cometido doble de atender a los enfermos y colaborar con el desarrollo laboral de la mujer de la casa. En cada orden religiosa, en cada congregación, existe una sensibilidad anticipada a lo que más tarde termina imponiéndose como realidad de inaplazable estudio, algo de observación obligatoria que ya solventaron en el silencio de la fe y en la fortaleza de la vocación.

Las siervas de María son las precursoras de la ayuda a domicilio , a la que siempre reclamamos humanidad de trato y profesionalidad. Aunque su misión no se adapta a la restricción de ningún oficio, el modo de entrega fraterna representa el modelo de relación con el que después se han fraguado protocolos de atención a enfermos y ancianos. En ellas se han debido inspirar muchos de los programas asistenciales que, presentados como novedosas iniciativas, han buscado parecerse algo a estas mujeres en las que nace el amor cada día. En la rotundidad con que entregan la vida no hay afán de agradecimiento, sino vocación y servicio para quienes tienen poco que perder a su alrededor y mucho que ganar en su compañía.

Ahora, las hermanas han comenzado a recibir parte del agradecimiento que la sociedad cordobesa les tiene. Muchas personas que han visto la dedicación de la comunidad , la disponibilidad y el amor con que han ofrecido sus servicios, han pasado a felicitarlas y se han unido a la modesta celebración de la hospitalidad y la acogida. Ciento veinticinco años más tarde, no ha cambiado su carisma.