Construir con mentiras

Mis lectores saben por dónde voy. Pero me permito hacer algunas puntualizaciones. Decía mi amigo y compañero articulista Pepe Calvo en su artículo «Nueva Normalidad» , que «las palabras no son inocentes y menos cuando se utilizan en política». Se refería a la tan cacareada «Nueva Normalidad» que el gobierno dice que nos espera cuando pasemos las crisis que padecemos. Llamar nueva normalidad a lo que viene es llamar vieja a la normalidad anterior. Y eso, si no se aclara y concreta suficientemente, es algo que debería preocuparnos.

Recordemos que se mintió descaradamente a los electores en la campaña y se sigue mintiendo en la actualidad a todo el mundo. Raro es el día que unos y otros no se acusan de poner falsedades y mentiras en los medios. Se ocultan los nombres del grupo de expertos que toman decisiones que vinculan a todos. Se adoptan decisiones políticas al margen del Parlamento so pretexto de defender nuestra salud. Miembros del gobierno hacen manifestaciones contra sentencias, omitiendo las verdaderas razones que las originan. Se constituye una Comisión para la Reconstrucción Económica que sólo va a servir para tenernos engañados y adormecidos un poco más, porque ellos saben que llegar a un acuerdo unánime en estas condiciones es imposible. Y si no es unánime el acuerdo sólo servirá para blanquear esa «Nueva Normalidad» de la que tanto se habla y nada se sabe.

No podemos permitir que las mentiras , las ocultaciones o las medias verdades sirvan de argamasa para construir nuestro futuro. En política, las construcciones hechas a base de mentiras terminan desplomándose sobre todos los ciudadanos. Si verdaderamente estamos en democracia, ¿no es justo que el pueblo soberano exprese con sus votos una opinión sobre esa «Nueva Normalidad» de la que tanto nos hablan?