La nueva copa de la Cata del Vino Montilla-Moriles

Cualquiera que se haya parado ante los carteles del evento, que abre las celebraciones previas al mes del Mayo cordobés, habrá reparado en la novedad: en los paneles no figura un catavinos canónico, sino una copa más ancha y más corta de los recientes en los que suelen degustarse el fruto de vid.

La organización de la cita es consciente de que su decisión va a traer cola. Pero que merece la pena. «Los estudios que hemos realizado dan por hecho que el vino respira mejor en una copa de más volumen a la habitual, que el vino se oxigena mejor y, por lo tanto, sabe mejor, más entero», aseguran fuentes del Consejo Regulador, cuyos responsables se afanan ahora en el montaje de las carpas junto al Palacio de la Merced con el inconveniente de la lluvia copiosa.

El Consejo Regulador sabe de lo que habla. Un libro de reciente publicación y titulado «Los vinos de Montilla-Moriles : hábitos de consumo, preferencias sensoriales y valoración de las tabernas. Manual de uso, conservación y servicio» da las claves de hacia dónde ha de dirigirse el sector para conquistar al público que aún se le resiste, como son los jóvenes y las mujeres.

Una de las sugerencias del informe es que el catavinos tradicional ha de regenerarse. No sólo existen motivos relacionados con el paladar: también los hay, y de peso, que tienen que ver con la estética. Los expertos aseguran que el recipiente más conocido para tomar vino echa hacia atrás a los consumidores potenciales. Y que para ellos la copa es más agradable a la vista.

La Cata está abierta al público en general desde este miércoles y hasta el próximo domingo.