Los milagros de San Rafael

Sentada en la cantarina fuente barroca de la plaza de San Rafael , que data de 1809 y que trae sus aguas del venero de la Palma, me llegan los ecos de la devoción al Arcángel como la procesión de desagravio organizada tras la evacuación francesa de Córdoba o las rogativas por las epidemias de cólera , mientras contemplo la fachada neoclásica del Juramento rematada por las esculturas de San Rafael y los patronos San Acisclo y Santa Victoria , cuyos restos le fueron señalados a Roelas en un sueño. Mantener nuestras creencias y tradiciones proporcionan el milagro económico y revitalizador de la ciudad. Así como otros tienen el Rocío o la Virgen de la Cabeza , los cordobeses tenemos a San Rafael. No en vano, el nombre de San Rafael significa medicina de Dios y protector de viajeros , y seguimos necesitando de su intervención.

En una ciudad donde Urbanismo tiene pendientes 21 solicitudes para abrir un hotel , donde las licencias para construir o reformar una casa o abrir un comercio tardan 2 años, donde el Centro de Ferias y Convenciones sigue varado como una ballena en el Parque Joyero , donde el comercio tradicional desaparece en la oscuridad del alumbrado de nuestras calles, donde las naves cerradas pueblan los desiertos polígonos industriales como pueblos del oeste, donde se desaprovecha nuestra posición estratégica para la distribución, donde no se aprovecha su río, su Sierra, su aeropuerto . Una ciudad donde la tasa de paro es del 22,52% y cuya población envejece y decrece, ya no es la peste pero necesitamos un milagro de San Rafael.

Animo a que el día de San Rafael cojamos de la mano a nuestros hijos y vayamos a visitarlo al Juramento , cuyo rector, Don Fernando Cruz Cond e , está remozando con tan buen criterio. Refresquen sus conocimientos en el Centro de Interpretación del piso de arriba , y que como en una especie de juego hagan una ruta por los Triunfos erigidos por las plazas de la ciudad como el del Puente, la Compañía, Aguayos, Potro, Fuenseca, Puerta Nueva y Puente Romano, y el altar de la calle Lineros . Porque será bueno para su salud debido a la caminata, para su familia al disfrutar juntos de nuestras tradiciones, para el comercio , hostelería y turismo que mantienen la vida económica de nuestra paralizada ciudad, y siga así obrándose el milagro de San Rafael durante muchos años más.