PASAR EL RATO
Tango de aniversario
A juzgar por lo hasta hoy leído, este periódico se ha hecho en Córdoba muy mayor para sus veinte años de existencia
Veinte años no es nada, cantaba Carlos Gardel hace ochenta y cinco. Es un soplo la vida, insistía, y cosas así, que dan melancolía al vino. El tango es el arte de la decepción amorosa, la exaltación del amor contrariado. Un final feliz ... lo estropea. Nuestro tango también se llama «Volver», pero acaba bien. Volver es lo que hace este periódico cada día en Córdoba, desde hace veinte años. Volver con la música, la letra y la grapa. Porque hay que hablar de la grapa, que fascinaba a Umbral . Tanto, que le dedicó un gran artículo con este título: «La grapa». Sin la grapa, decía aquel hombre hecho de prosa, el ABC sería un «un periódico deshojable y desflorable». Uno participa de esa admiración por la personalidad literaria de la grapa del ABC, aunque le canta con menos voz que el maestro. La grapa es una encuadernación de urgencia, y le da al periódico empaque de cosa duradera. La grapa no encaja con la fugacidad del medio. A uno le aflige tener que tirar un periódico bien grapado, y siempre teme oír el reproche de la grapa. Si la grapa no forma parte de los principios fundacionales de este periódico, es muy probable que esté puesta para coserlos por sus bordes. Uno lleva casi cinco años, que no es nada, en un rinconcito del ABC de Córdoba , cerca de la grapa, y a veces piensa que lo mejor de la columna es su proximidad a la grapa fundacional. La grapa da seguridad a la página, garantiza que no volará por ahí a la primera disconformidad. A lo mejor tiene razón el tango y veinte años no es nada. Aunque, a juzgar por lo hasta hoy leído, este periódico se ha hecho en Córdoba muy mayor para su edad. A uno le parece que veinte años son muchos cuando se tienen cumplidos casi todos. Pero estamos hablando del periódico.
Un periódico es la historia de una resurrección. Los periodistas dejan de interesarse por lo que han hecho en cuanto se publica, abandonan lo creado como a una fuerza extinta, para concentrar su entusiasmo en el periódico del día siguiente. ABC lleva veinte años resucitando diariamente en Córdoba. Hace falta mucha fe en el oficio para conseguir tantos milagros seguidos. Uno llega al aniversario con todo el tiempo por detrás, y sabe que está más cerca de la grapa que de la joven y brillante redacción. Lo que a uno le pone sentimental es la grapa, que es más de su edad. Me gustaría nombrar a cada uno de los periodistas -ellos y ellas, claro- que confeccionan cada día el exitoso relleno de la grapa. Y cantar, si fuera capaz, sus méritos, y declarar públicamente la admiración que me produce su obra. Ahora que han pasado veinte años, descubrámonos respetuosamente ante ellos, que hacen una creación diaria del lamento de Quevedo: «Solamente / lo fugitivo permanece y dura». Veinte años lleva ya en Córdoba el ABC fugitivo, que permanece en miles de lectores gracias a ellos. Los conozco a todos de leerlos, por sus obras los conoceréis, que no es flojo conocimiento. Muchas veces me inspiro en sus trabajos para escribir mis cositas, con más voluntad que acierto. Que Dios se lo pague. Y si no son creyentes, con más motivo.
Sospecho que, por unas cosas o por otras, no podré cantar el próximo tango de aniversario, dentro de otros veinte años. Y no por falta de oído y sentimiento, sino de voz. A lo que uno aspira, quizá con poco fundamento, es a escribir en el ABC de Córdoba su propia necrológica. Para hablar bien de uno, por lo menos una vez en la muerte.
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