Crimen La Chica Carlota | El falso cura que encargó un pasaporte falso para huir a Colombia

En una de las conversaciones telefónicas intervenidas a Pedro G. éste había exigido un pasaporte falso que estuviera «mejor conseguido» al detectar algunas deficiencias en el que le habían realizado por encargo, según han detallado los investigadores durante su declaración ante los miembros del tribunal.

La investigación de la Policía Judicial ha sido expuesta ante los miembros del jurado relatando que se prolongó varios meses desde finales de septiembre con el hallazgo de indicios que declararon la desaparición de Juan Carlos de alto riesgo, ya se hablaba de desaparición forzosa. Entre esos indicios policiales estaban el hecho de que se fuera sin ropa y sin gafas de ver, así como la rotura de puertas y cristales en su vivienda.

Las numerosas pesquisas detalladas por el instructor del caso pasaron desde el análisis de antenas, cámaras de seguridad de cajeros de donde se extrajeron imágenes del acusado así como los móviles y volcado de datos pasando por llamadas a taxis desde el teléfono de Pedro G. a una clínica de Madrid.

Los datos que cruzaron los investigadores entre todos los que se llamaban como Pedro G. como se registró en la clínica hallaron a un individuo con lugar de nacimiento próximo al de la ferretería donde había comprado el acusado las herramientas . Las intervenciones telefónicas aportaron el resto de indicios a la investigación policial para detener a Pedro G.

Uno de los hallazgos más llamativos del estudio de las búsquedas que hizo el acusado Pedro G. en Google fue «cuánto tiempo tarda un cuerpo en descomponerse» o cómo «abrir sin romper una cerradura antigua», ha detallado el investigador del caso.

Durante la inspección en la casa de Juan Carlos apareció el pico que compró Pedro G. y la carretilla la encuentra junto con sacos de herramienta de la víctima y restos de la misma cuerda verde que había comprado Pedro G. en la ferretería de Valdepeñas.

En este registro policial, según ha detallado este agente ante el tribunal, se hicieron análisis para detectar huellas y restos bióticos. « Hay un primera búsqueda con un perro y se repite con un segundo perro para que tenga diferencia y ambos señalan ADN de Pedro G. en el suelo de una habitación y en unas manchas de la zona de carga de la carretilla, de la víctima Juan Carlos B.», ha declarado este instructor ante el t ribunal popular.

Además, en otra inspección ocular, han explicado los agentes se encontraron una brida cerrada y luego cortada con los dos perfiles de ADN de la víctima y su presunto asesino Pedro G.

Este instructor ha contado que hicieron más inspecciones oculares en la casa y se hace una segunda búsqueda con perros y marcan el de nuevo el lugar donde antes se había encontrado ADN de acusado y víctima en el interior de la casa .

«Seguimos las gestiones porque aunque sabíamos que podría estar muerto no aparecía. Se analizó la casa y los pozos de los vecinos, todos los pozos de la zona. Descartando todas las búsquedas que no surtieron efecto, en esa casa en concreta, basándonos en que el teléfono de Pedro G. siempre había aparecido en la vivienda muchas horas, hasta 16 seguidas, decidimos levantar la casa en el patio , y se pidió al Juzgado», cuenta este investigador. Esto ocurrió en 2018 casi un año después de la desaparición y así se halló el cadáver.

En esta investigación, en la entrada y registro realizado en la casa de Pedro G. en Madrid, los investigadores encontraron en su habitación todos los enseres de Juan Carlos desde el colegio , es decir, «la vida de una persona en papel», según esta investigación.

Junto a los papeles de la víctima, los agentes encontraron desde alzacuellos, a sotanas y otras prendas de sacerdote , además de la impresora, portátil, armas, elementos de fuerza, botes de productos prohibidos y otros fármacos, además de varios DNI falsos, uno de ellos bajo el nombre de Felipe Jiménez.

Este instructor ha señalado ante los miembros del jurado que Pedro G. en una declaración espontánea a los agentes le aseguró que «trabajaba» con Joaquín R. para investigar los hechos que había denunciado Juan Carlos B. Sin embargo, no han podido conocer el contenido de los más de 400 SMS entre Pedro G. y el abogado madrileño acusado J.R.

En ningún momento Juan Carlos B. estuvo cerca de La Chica Carlota, según ha testificado este instructor. La relación del abogado madrileño y el acusado ha sido laboral, según otro de los investigadores por las conversaciones telefónicas, por haberlo defendido en varias causas alguna de ellas por robo con posible uso de sustancias en casas a las que Pedro G. acudía por 'citas' .