Crimen de La Chica Carlota | «Tuve una relación con él, pero no maté a José Carlos. No sé quién lo hizo»

En la primera sesión del juicio con jurado popular celebrado este lunes, el principal acusado del crimen por la Fiscalía, Pedro G. ha admitido que a partir del 20 de septiembre usó la tarjeta y la documentación personal de Juan Carlos , y se aprovechó de su desaparición para sacar dinero porque no tenía.

Pedro G. ha reconocido ante los nueve miembros del jurado que es «un delincuente» y que entre sus prácticas estaban « usar varios teléfonos móviles desechables en 2017 » y que el disfraz de sacerdote era porque era la mejor forma de «pasar desapercibido porque se encontraba en búsqueda y captura por otro delito».

En su declaración, Pedro G. ha declarado que durante dos jornadas José Carlos y él «estaban comentado el asunto de la querella pero que en un momento dado surgieron cosas nuevas entre él y yo . Fueron días intensos: una relación entre los dos; porque él reconoció que tenía dudas sexuales y surgió en ese asunto». El acusado ha admitido que mantuvieron relaciones sexuales, antes incluso del 3 al 5 de septiembre, fecha de la muerte de José Carlos, pero ha negado que lo matara.

Estas han sido algunas de las declaraciones del principal acusado en el crimen de La Chica Carlota ante el Jurado popular contra el falso cura P.G.G., que se hacía llamar 'Felipe Jiménez' acusado de asesinato y el abogado que lo contrató Joaquín R. acusado por un delito de estafa por la Fiscalía de Córdoba.

El segundo acusado de asesinato por la acusación particular del crimen de La Chica Carlota, J.R ., ha admitido ante el tribunal que fue la víctima el que contactó con él a través de la web y llamó al despacho, a finales de enero o principios de febrero de 2017.

El abogado acusado ha declarado que le dio un presupuesto a José Carlos para interponer una querella por unos supuestos abusos sexuales. Una denuncia en la que incluía a sacerdotes y contra varios de sus hermanos hablando de una presunta red de pedofilia. «Le mandé el presupuesto para la interposición de la querella, que era en torno a 6.000 euros más IVA», ha reconocido ante el tribunal.

La relación entre el abogado acusado J.P. y el acusado del crimen Pedro G. era que « lo había defendido en procedimientos penales en cuatro ocasiones por robos», ha afirmado J.P.

En cuanto a por qué puso en contacto a la víctima y a Pedro G., del que sólo conocía labores entre otras como camarero o albañil , el abogado madrileño acusado fue el que le comentó que si podía ayudar a investigar unos supuestos abusos de un sacerdote en La Carlota ya que él había sido «voluntario en la Iglesia; que era creyente y que había estado de monaguillo». Entre los dos acusados Pedro G. y J.P se habían intercambiado por SMS más de 400 mensajes en esos meses.

A preguntas de la representante del Ministerio Fiscal , el abogado acusado de estafa -y de asesinato por las acusaciones particulares- ha apuntado que recibió tres pagos por parte de la víctima y ha señalado que « no se puso la querella porque estábamos esperando encontrar más detalles con la investigación».

El abogado madrileño acusado ha reconocido que en los emails a veces parecía por lo que escribía José Carlos que «estaba bebido» y que sabía que «recibía una pensión y que estaba diagnosticado de esquizofrenia paranoide; pero no que en ese momento la tuviera».

La Fiscalía de Córdoba en este caso ha solicitado por primera vez en Córdoba una pena de prisión permanente revisable para un falso cura acusado de asesinar a José Carlos, enfermo mental y enterrar su cuerpo en el huerto trasero de su vivienda en La Carlota Chica en 2017.

El escrito de acusación del Ministerio Público no acusa del delito de asesinato al abogado encausado al que las acusaciones particulares sí consideran coautor del asesinato por poner en contacto a víctima y su presunto asesino , sino sólo al presunto ejecutor del crimen.

La Fiscalía acusa , a priori, a falta de la prueba que se practique en el juicio con jurado popular, al abogado madrileño encausado en este procedimiento del delito de estafa pero no de homicidio o asesinato.

En esta primera jornada del juicio también han declarado algunos de los hermanos de la víctima que han explicado la gravedad del estado mental de su hermano así como la compañera de piso del acusado Pedro G.; así como el dueño de un locutorio madrileño al que el principal acusado regaló dos teléfnos Iphone de la víctima.